C I N C U E N T A Y C I N C O

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Mackenzie desvió la mirada de la fulminante de Olivia y trató de no pensar mucho en lo que su jefe, Tony, le había pedido. Pero le era imposible cuando Olivia no le apartaba la mirada y su ceño estaba levemente fruncido al no poder escuchar bien sus pensamientos porque la rubia se encontraba tarareando una canción infantil. 

— ¿Vas a decirme que está tramando Tony o tendré que seguir escuchando esa terrible canción?

—Oiga, esa canción me la cantó mi abuela cuando era pequeña—responde cruzándose de brazos y como consecuencia dejó de cantar, dándole paso a que Olivia entre en su mente. — ¡Diablos! ¡Arroz con leche me quiero casar...! Ay ni sé por qué me esfuerzo—murmura cuando ve a Olivia agarrar el teléfono.

—Más tarde hablaremos jovencita—amenaza Olivia, asustando a la rubia, quien se remueve un poco en su asiento. —Nunca, pero jamás en tu vida debes escuchar a Tony, él a veces no es que tenga buenas ideas. Contigo quería hablar—murmura al teléfono cuando Tony responde la llamada, quien cierra los ojos al escuchar su tono modo Pepper Potts.

—Hola, amor—saluda, alzando su dedo índice hacia el chico que tenía al frente para que no hiciera ningún ruido. — ¿Cómo están nuestros pequeños? ¿Spike no te ha dado dolores de cabeza?

—El que me está dando dolores de cabeza eres tú—responde entre dientes, preocupando a Tony por como le hablaba. — ¿Anthony Edward Stark en qué estás pensando?

—En muchas cosas, ¿por qué? ¿ya no te funciona tu truco para leer mentes? —él sabía que estaba jugando con fuego; pero aún así a veces, solo a veces, le gustaba molestar a su esposa.

—No seas idiota. Tony, son niños, no los puedes llevar a pelear contra expertos—regaña caminando de un lado a otro. 

—Bueno, yo... —intenta defenderse Mackenzie, pero ante la mirada severa y seria que le dio Olivia, prefirió callar. —Sí, es verdad somos niños. Lo siento, señor Stark.

—Además, Mack solo está para cuidar a Spike.

Tony cierra los ojos algo frustrado y suelta un suspiro. —Amor, yo los protegeré. Solo estarán para evitar que Steve se vaya con ese imbécil que te atacó.

— ¿Y por qué no voy en vez de...

—¡No!—exclaman Tony y Mackenzie a la vez, Olivia frunció el ceño. —Gracias, rubiecita, sabía que eras de confiar.

—Ella no te escucha, tarado. —rueda los ojos soltando un respiro. —Porque sé como eres no diré más nada, pero te advierto, Anthony, si me entero que alguno de los dos niños sale herido te irás de la casa por un mes.

Tony emite un sonido de sorpresa y por instante dudó si llevarlos o no. —Una semana.

—Un mes. Y no está a discusión—finaliza Olivia y se gira a ver un poco más calmada a Mackenzie reír algo divertida. —Ahora, ¿Quién es el otro chico? ¿Por qué no le dijiste el nombre a Mack?

—Porque sabía que llegaríamos a esto, además, ellos no deben saber la identidad del otro. Es peligroso. —Olivia ríe sarcástica. —De acuerdo, no le describí bien, pero tú me entiendes.

La castaña suspira y asiente. —Bien, espero que te cuides y trata de no lastimar a los demás, ¿sí? Son nuestra familia a final de cuentas.

—Si ellos atacan fuerte...

—Lo sé. Vale, solo intenta que no haya tantos heridos.

—Sí, sí, te lo prometo—dice Tony con una leve sonrisa y baja la mirada. —Te amo.

| Fire & Love | [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora