S I E T E

4.8K 458 35
                                    


Narra Olivia

Luego de que Stark hiciera las pruebas, salí del taller para no distraerlo para que siguiera ya que estaba cerca de lograr lo que quería. Fui a mi habitación y me cambie por una ropa deportiva. Saldría a correr, luego de lo de mi padre me propuse a entrenar físicamente. Salía en las mañanas o en las tardes e iba al gimnasio que tenía Tony.

Amarré mi cabello mientras salía a la sala. —JARVIS, saldré. No tienes que decirle a Tony. Si pregunta por mí, dile.

—Como diga, srita Toub.

Salí de la casa y empecé a trotar.

En mi mente cantaba una canción de Journey, "Don't Stop Believin'". Sonreí al recordar como mi padre cantaba esa canción con mi madre.

Paro al frente de una cafetería, y gruño al recordar que no tenía dinero. Suspiro, y cuando estaba por irme, un brazo me detiene y lo siguiente que hago es tomar el brazo extraño y me giro para colocarlo atrás de la espalda del desconocido.

—Al parecer, nuestra cita no fue la mejor. —solté el brazo de él, al reconocerlo.

— ¡Lo siento! ¿Nunca te han dicho que sorprender a alguien así es lo peor?

James rio. —Pues ya no te sorprenderé. Anotado.

Reí y tomé su brazo para acariciarlo. —En serio lo siento.

—Está bien, preciosa. No me dolió. —lo miré mal. —Bueno, si me dolió. No sabía que tenías tanta fuerza.

Lo mire ofendida. —Que sexista eres.

Él carcajeó negando. —Ahora soy yo el que debe disculparse. Una café y una dona lo arreglaran.

—Hecho.

—Al parecer alguien tiene hambre.

Me encogí de hombros sonriendo y entramos a la cafetería. —No me digas que desde que nos conocimos has venido aquí esperando verme.

James bajo la mirada y la alzó con una sonrisa.

—Algo así, pero no te sientas importante, ¡eh! Aquí venden unas donas deliciosas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Algo así, pero no te sientas importante, ¡eh! Aquí venden unas donas deliciosas.

Reí negando. Hicimos nuestro pedido y charlamos toda la tarde. Reíamos por las anécdotas del otro y nos conocimos más. Ahora sé que él escritor, vive a unas cuadras de la cafetería y por eso es que no tenía problema en venir a "esperarme". Ahora caminábamos hacia la mansión de Stark.

—Ya hemos salido dos veces y aún no tengo tu número.

—Me encantaría dártelo, si tuviera. —dije y reí en cuanto me miró.

— ¿No tienes celular?

—Me acabo de mudar hace unos días. No he tenido tiempo para comprarme uno, pero... —me encogí de hombros, llamando su atención. —Prometo darte mi número cuando consiga uno.

—Bien, pero espero que al final no te arrepientas.

Negué y seguimos caminando en silencio. Cuando estuvimos al frente de la mansión de Stark él frunció el ceño.

— ¿Eres algo de Stark?

Mordí mi labio inferior. —Algo así. Somos amigos, nos conocimos en un momento difícil para ambos y bueno, nos unió de alguna forma.

Él asintió aun mirando la mansión. —Bueno, hemos llegado. Espero y nos volvamos a ver.

— ¿Seguirás yendo a la cafetería?

—Ahí me encontrarás siempre.

Sonreí asintiendo. Deje de respirar unos momentos cuando veo que se acerca más a mí. —De acuerdo. No vemos.

—Adiós.

Beso mi mejilla quedándose ahí por unos segundos, segundos que para mí fueron fascinantes. Cerré mis ojos y cuando se separó los abrí. No pudiendo evitar ver sus labios que estaban entreabiertos.

—Adiós. —se, de antemano, que entrar era lo mejor pero una parte de mí no quería irse lejos de él. Así que me acerqué y besé su mejilla repitiendo lo que había hecho.

Me separé y mordí mi labio al verlo lamerse los suyos. —No hagas eso - dice sacando mi labio inferior del agarre de mis dientes. —Estoy haciendo todo lo posible para controlarme.

Mi corazón se aceleró, y solté las palabras mágicas. —Entonces no lo hagas.

Él sonrió y colocó sus manos en mi cuello para acercarme a él. Juntó nuestros labios en un beso lento y apasionado. Pase mis manos por su pecho hacia su cuello y ahí las deje acariciando su cabello. James pasó sus manos desde mi cuello a mi cintura para acercarme más a él, nos movimos hacia atrás y me pegó contra la pared. Me levantó y enrolle mis piernas en su cintura.

— ¿Qué estamos haciendo?—pregunta empezando a bajar los besos a mi cuello, gemí bajo.

—No lo sé, pero creo que deberíamos parar. —él asintió aun besando mi cuello, e hizo un sonido de afirmación

—Tienes razón. —nos miramos a los ojos con una sonrisa traviesa, aun estando en su cadera.

—Casi tenemos sexo en la calle.

—Y al frente de la mansión de Stark.

Me baje de él y mire hacia abajo avergonzado y nerviosa, no sé porque. Me despedí rápidamente de él y entré a la mansión sin mirar atrás y sin darle tiempo a responder.

Algo en mi me hacía sentir mal, como si lo que hubiera hecho estuviera terrible. Pero otra parte de mí, decía todo lo contrario. Que era lo mejor que hubiera podido hacer.

Me asusté cuando escuche como algo se estrellaba con la casa, me asomé y era Tony que caía con el traje. Corriendo baje al taller y lo vi en uno de sus carros tirado y a badas rociándolo con el extintor.

—Iré por hielo.


°°°


Mire a Tony de brazos cruzados, él solo se mantenía en el sillón con la bolsa de hielo en la cabeza. De cierto modo, estaba un poco molesta con él por poner en riesgo su vida.

—Veo que no eres tan inteligente como la gente piensa. —Tony solo rueda los ojos bufando.

—Estoy bien.

—JARVIS me contó lo que hiciste allá arriba.

—Gracias, JARVIS.

—Siempre a la orden, Sr.

—En mi defensa, lo hice porque los récords son para romperse. —se encogió de hombros

Suspiré y me acerque a él. —Debes tener más cuidado, Stark.

— ¿Te preocupas por mí?—vi un destello de alegría en su mirada pero la escondió enseguida como desinteresado.

—Claro que sí, Tony. Somos amigos, y no quiero que nada te pase. —creo ver un poco de decepción en su rostro.

—Sí, tienes razón. —se levantó y camino por el taller hasta detenerse en la mesa donde estaba la caja que le había dado Pepper unos días antes. Me acerqué lentamente y mire lo que contenía cuando le quito la envoltura. Era el reactor que había creado mi padre, sonreí al leer lo que decía: "La prueba de que Tony Stark, tiene corazón"

Sonreí y lo miré, él tenía en su rostro una sonrisa tierna. —Tiene razón, tienes un corazón y uno muy grande.

Tony me miró y se acercó a mí para abrazarme con un brazo, yo como respuesta pase mi brazo izquierdo por su espalda y la otra la deje en su abdomen.

Y nos quedamos así por unos minutos, mirando el reactor que salvó a Stark.

| Fire & Love | [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora