T R E S

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Olivia Toub

Cogí una metralleta y Tony salió primero haciendo que todos empezarán a disparar. El plan era que él los distraerá mientras que yo los mataría desde la cueva.

Cuando veo que Tony cae levemente yo apunto hasta la colina donde veo que de ahí le disparan. No lo dudo y en un segundo el imbécil cae muerto. Corro y disparo cuando veo que no se puede levantar.

Al tenerlo al frente lo ayudo y sigo disparando aun en medio del fuego.

—Creo que es hora de irnos—dije y él asintió como pudo, cuando de repente, siento un disparo en mi hombro—Diablos.

Tony al verme no duda en encender los propulsores, tomarme de la cintura y salir volando de ahí antes de que todo explotara. Pero al estar arriba, los propulsores se agotaron y empezamos a caer. Me solté de Tony y ambos caímos en la arena.

Me moví adolorida y mire a Tony. — ¿Estás bien?

Asiento y dejo caer mi cabeza en la arena.

—Nada mal—susurró Tony igual de adolorido, me levanté, luego de unos minutos, como pude y lo ayudé a salir de ahí quitándole la armadura.

Arranque un pedazo de mi camisa y se la di para que me ayudara. Enrollo la tela en mi hombro haciendo presión.

Tragué al sentir el dolor tanto físico como emocional. Caminamos por un buen rato en silencio lo cual agradecí.

—Y dime... ¿Cuál es tu nombre?—dice luego de un buen rato, suspiré y lo mire por unos segundos.

—No es necesario que hablemos. Cuando encontremos la manera de salir de aquí, cada uno por su lado—dije seria, él bufó.

— ¿Tienes a dónde ir?—pregunta y me quedo callada, ya que no tenía hogar. —Lo imaginé.

—No necesito de tu lastima. Veré que hago, cuando salgamos de aquí.

—Al menos dime tu nombre.

Bufé y me detuve. —Olivia. Olivia Toub.

Él asintió y seguimos caminando por un buen rato. Cuando estaba por darme por vencida, sentimos un viento a nuestras espaldas y un sonido característico. Era un helicóptero. Habían venido por Stark.

Gritamos de emoción alzando nuestras manos, pero me tensé cuando Tony me abrazo. Gemí de dolor por el hombro y se separó al instante.

—Lo siento.

—No te preocupes—dije y vimos a un grupo de reconocimiento correr hacia nosotros. Me abrace el brazo que estaba herido viendo como un hombre le sonrió a Tony.

— ¿Cómo estuvo el auto divertido?—pregunta y se agacha. —La próxima vez, viajas conmigo.

Se abrazaron y respiré aliviada. Estábamos a salvo.

Suspiré y mire la habitación en la que estaba. Me había negado llegar al hospital, pero Stark me obligó a que me sacaran la bala.

No pude evitar ponerme triste. No tenía a nadie. Estaba sola, y no tenía a donde ir. Enciendo la televisión ya que Stark dijo que daría una rueda de prensa.

Cierro los ojos dejando salir algunas lágrimas. Debo ser fuerte, por mi padre.

La puerta se abre pero dejo los ojos cerrados, debe ser alguna enfermera.

—Si tratas de hacerte la dormida, te comento que eres pésima en hacerlo. —abrí los ojos al escuchar su voz. En la puerta estaba una pelirroja de brazos cruzados y con una mirada seria.

— ¿Qué haces aquí? Pensé...

—Si quieres me voy. —Negué con una sonrisa leve. —Déjanos un momento a solas, Pepper.

Nos mirábamos sin decir nada, y él suspiro y se sentó en la silla al lado de la camilla.

—Gracias, Stark.

—Deja de dar las gracias—dice abriendo una bolsa sacando una hamburguesa - Te daría pero no puedes.

Negué. —No quiero de todas formas.

Él me miró masticando y cuando tragó la comida suspiro nuevamente. — ¿A dónde iras?

Ahora fui yo la que suspiré. —Aún no lo sé.

—Bueno, mientras que lo piensas te puedes quedar conmigo.

Fruncí el ceño. —... Digo, mi casa es gigante y te puedo dar una habitación mientras tanto.

Lo pensé por unos segundos. —No quiero molestar, digo... Ya has hecho mucho por mí.

—Para nada. Por favor, quédate por unos días o si no mi conciencia me torturara de por vida.

Dijo haciendo una mueca. A lo que yo reí.

—Lo pensaré.

—Bien. —dio un mordisco a su hamburguesa. — ¿Te encuentras bien? ¿Te están tratando bien?

Asentí con una sonrisa. —Sí, aunque aún me duele el hombro pero estoy bien.

—De acuerdo. Vendré luego de la rueda de prensa para llevarte a tu nuevo hogar.

—Stark, aún no he aceptado.

Él sonrió colocándose de pie. —Lo harás.

Negué divertida. —No digas nada estúpido.

—No lo haré.

Dicho esto salió de la habitación y volví a quedarme sola. Apreté el botón para llamar a la enfermera.

En unos minutos una joven castaña entró. — ¿Necesita algo?

—Eh sí, es que quisiera darme una ducha.

[###]

Estaba comiendo algo que me trajo la enfermera cuando abren la puerta, me giro y trato de no sonreír.

— ¿Otra vez tú?

Tony hace una exclamación de dolor. —Me dolió que dijeras eso Olivia—la nombrada sonríe al ver a Stark haciendo una mueca de dolor. —Pero tranquila, vengo por nuestro trato. Nos vamos a casa.

Me estremecí por sus palabras. — Stark, piénsalo bien.

—Créeme, ya lo pensé. Así que levante tu flojo trasero de ahí, que nos vamos.

Resoplé y salí de la camilla. — ¿Firmaras los papeles para poder irme?

—Claro que sí, preciosa.

Rodé los ojos. —Deja de llamarme así.

—Lo haré, preciosa.

Escuche su risa y salí con él de la habitación. En recepción me encontré con la misma pelirroja y ahora había un hombre con unas gafas y traje. Supongo que es su guardaespaldas.

—Bien, Olivia. Ella es Pepper Potts mi secretaria y él es Harold Hogan mi chófer y guardaespaldas, pero puedes decirle Happy.

—Un gusto—dije sonriendo leve, Pepper asintió seria y "Happy" me sonrió leve.

—De acuerdo, ¿dónde firmo?

Habiendo firmado salí del hospital siguiéndolos a ellos. Tony me miró y ahora miró a Pepper.

—Pepper, ¿por qué no vas de compras con Olivia?

La nombrada lo miró seria, a lo que yo alcé una ceja.

—Claro. ¿Eso es todo, Señor Stark?

—Así es, señorita Potts.

Definitivamente hay algo ahí.



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