| Fire & Love | [1]

T R E I N T A

Olivia Toub

Estaba preocupada por Happy, luego de ver las noticias, Tony fue al hospital para asegurarse de que estaba bien, ya que había sido víctima del Mandarín.

Él me había prohibido salir ya que supuestamente el Mandarín podría atacar en cualquier momento y no quería que nada me pasase. Estaba comiendo el desayuno cuando el rostro de Tony en las noticias me deja en shock así que alzo el volumen y presto atención.

— ¿Puede decirnos algo más?

—Señor Stark. ¿Cuándo matarán a este sujeto? Solo pregunto. —gruño pensando el periodista.

Tony se gira serio y ya siento que va a decir algo que tendrán consecuencias. — ¿Eso es lo que quieres? Tengo un obsequio de navidad que he querido enviar a el mandarín. Solo que no sabía cómo decirlo hasta ahora.

—Y aquí viene.

—Me llamo Tony Stark y no te tengo miedo. Sé que eres un cobarde. Así que he decidido... —se quita las gafas como diva molesta. —Que acabas de morir, amigo. Iré a buscar el cuerpo. Esto no es política. Es venganza a la antigua. No hay ningún Pentágono, solo somos tú y yo. Y si, por casualidad, eres un hombre, aquí tienes la dirección de mi casa.

—Ni se te ocurra—amenace con el ceño fruncido, mirando la televisión.

—10880 Malibú Point. 90265. Dejaré la puerta sin llave—dijo y golpee mi frente. Apagué el televisor y bufé.

—Eres un estúpido, idiota, Stark—dije mirando el techo. —JARVIS, sé que Tony vendrá hacer su trabajo de investigar al Mandarín por lo que te pido que accedas a la base de datos de la CIA, de SHIELD y del FBI y recopila todo sobre el maldito ese.

—Como diga, srita.

Suspiré y dejé todo en el lavavajillas. Subí a la habitación y saque dos maletas. Él está loco si piensa que nos quedaremos en la mansión, cuando acabó de amenazar a un terrorista. Estaba buscando unos zapatos abajo de la cama cuando escucho que abren la puerta. Me levanto y saco mi arma para salir de la habitación alertada a cualquier movimiento.

— ¿Qué haces con esa arma, liv?

Suspiro aliviada y miro a Tony. —Acabas de sentenciar nuestra muerte. Debo estar preparada para cualquier cosa—dije bajando el arma y me puse seria. —Sobre eso...

—No actives tu modo Pepper.

—Eres un maldito loco. ¿Cómo se te ocurre dar la dirección? No sé cómo puedes ser un genio, pero a la vez un tarado—dije caminando a las escaleras con él siguiéndome.

—Amor.

—Nada de amor, ahora quiero que cojas un traje y lo prepares porque nos largamos de aquí. Y no quiero un no por respuesta, Anthony Edward Stark.

—Pero...

Él suspiró y bajo la mirada para ir hacia el taller. Subí a la habitación y guardé la ropa en las dos maletas, no sé por cuánto nos iríamos, pero será lo necesario hasta que sepamos quien es el Mandarín y poder matar a ese bastardo.

No sé cuánto tiempo pasó, pero tocan el timbre. — ¿Eso aún funciona? JARVIS, ¿quién es? ¿Es el Mandarín?

Pregunté psicoseada. —Es una mujer, srita Toub.

Fruncí el ceño un poco molesta, y tomé las maletas, —Normalmente diría que sí, pero ahora estoy en una relación. —y las lancé por las escaleras enojada. —Con ella.