-Cariño, llámame por mi nombre, que yo lo haré por el tuyo.
Choi Yeonjun, capitán del equipo de fútbol soccer, y Choi Beomgyu, capitán del equipo de baloncesto, mantienen una eterna rivalidad sin fin. Un odio que es mutuo y sin restricciones.
Ambos...
"Parece que nos reconciliamos más de lo que hacemos el amor".
—¿Qué te pasó ayer Beomgyu?— Taehyun preguntó, llegando a las gradas dónde se encontraba el mencionado.
—¿De qué hablas?.
—Caminas cómo pingüino— Kang se burló —¿Qué? ¿Ayer te dieron duro contra el muro?.
Las mejillas del capitán se colorearon de un intenso rojo y gritó indignado:
—¡Éso no es de tu incumbencia!— bramó sonrojado hasta las orejas, haciendo qué Taehyun soltará una gran carcajada.
Se encontraban en la cancha de baloncesto, las clases en la universidad ya habían terminado y el partido contra la SNU se jugaría en unas horas, así que debían de prepararse para la victoria.
—¿Qué sucede?— Soobin se acercó a sus dos amigos con semblante alegre.
—Nuestro lindo capitán tuvo acción anoche.
—¡Claro que no!— Beomgyu bufó ofendido, siendo consciente de los ojos abiertos como platos de su mejor amigo —No fué tan exagerado.
—Tu caminar no dice lo mismo— Kang molestó.
—¿Quién fué?— Soobin cuestionó curioso.
—Ya dije que no es de su incumbencia— Choi volteó su rostro y se dedicó a ignorar a sus compañeros, los cuales comenzaron a reírse de su desgracia.
Y es que desde la mañana que Beomgyu caminaba de una forma extraña. No iba a mentir, su trasero dolía cómo los mil demonios.
Pero vaya que lo disfrutó.
Después de tener sexo, los dos capitanes no dijeron nada más y ambos se retiraron. No lo hicieron una, ni dos, si no tres veces. Y en todas las gozaron como nunca.
No eran novios, mucho menos amigos como para tratar de quedar en buenos términos. Así que no les importó mucho el despedirse de manera cordial del otro.
Sería un secreto que ambos se llevarían a la tumba. Nadie más debía saberlo, o por lo menos éso querían creer.
Antes de que Taehyun y Soobin siguieran molestando a Beomgyu, Lee Félix se acercó entusiasta con la botarga de lobo puesta y sosteniendo la gigantesca cabeza entre sus brazos.
—¡Hola chicos!— saludó enérgico.
—Hola Félix— correspondieron los otros tres.
—¿Otra vez serás la botarga?— preguntó Beomgyu.
—Así es— el pelirrojo sostuvo la cabeza con firmeza —¿Si me solicitarás en el partido verdad?.
—Por supuesto que sí.
—Bien— suspiró aliviado —Me alegro, porque ayer Yeonjun no me quiso en el partido de soccer.
—Es cierto— los tres basquetbolistas parecieron recordarlo.
—No te vimos ayer— comentó Soobin —Por ningún lado.
—¿Choi no solicitó tu presencia?— Beomgyu cuestionó con el entrecejo fruncido.
—Así es— el de bonitas pecas asintió —Creo que no estaba de muy buen humor ya que me dijo ¡No necesitamos a éste estúpido animal!. Francamente, lo ví muy irritado.
—Extraño porque Yeonjun adora a la mascota de la escuela— habló Taehyun —Definitivamente ayer no fué su día.
—Ni que lo digas, pero bueno— Félix encogió sus hombros —¡Estoy listo para darles ánimos chicos!— se colocó la cabeza del lobo y comenzó a dar pequeños brincos con sus brazos extendidos hacia arriba —¡Vamos lobos! ¡Vamos lobos! ¡Vamos lobos!.
Los otros tres simplemente rieron y lo miraron con ternura. Adoraban cuando Félix era la botarga, su carácter enérgico y entusiasta definitivamente daba muy buena energía en la cancha.
—¡Oh!— Soobin se golpeó la frente y tomó su mochila con velocidad —Ahora regreso.
—¿A dónde vas?.
—Al club de soccer— comentó apresurado —Debo ir a entregarle éste reloj a Kai. Lo había olvidado.
—Club de soccer— Beomgyu murmuró —¿Puedo acompañarte?.
Tanto Taehyun como Soobin enarcaron una ceja ante el pedido del capitán. Pero de inmediato el alto asintió.
—Claro— sonrió —Vamos.
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—¿A dónde fuiste ayer?— HueningKai miró con ojos entrecerrados a su mejor amigo.
Yeonjun suspiró y simplemente levantó sus hombros.
—Ya te dije, a mi departamento. Necesitaba descansar.
Desde que había llegado a la universidad, Kai no dejaba de cuestionarlo sobre el paradero que tuvo después del partido. Choi apreciaba su preocupación, pero creía que Huening exageraba.
—Pudiste avisarme— el rubio cruzó sus brazos y puchereó —Me preocupé mucho por tí.
—Lo sé— Yeonjun le sonrió cálidamente y lo abrazó —Perdón Ning. A la próxima te avisaré.
—Espero.
—Por cierto, no te había felicitado correctamente— revolvió los rizos dorados del menor —Buen trabajo ayer bebé. Te luciste, muchas gracias.
—Gracias Yeon-Ye— Kai acarició el estómago del contrario.
—Además, quería decirte que....
—¡Kai!— el grito de Soobin interrumpió completamente a Yeonjun.
Ambos futbolistas voltearon y (para su sorpresa) Soobin no venía solo, Beomgyu lo acompañaba con tímidez y sus mejillas sonrosadas.
El capitán de soccer no pudo evitar sonreír de medio lado. Que Choi estuviera ahí hizo revolotear su corazón.
¿Su corazón?.
Inevitablemente siguió a su mejor amigo que daba brinquitos hacia los dos basquetbolistas. Quería hablar con Choi cuánto antes.
—¡Oppa!— Jimin se interpuso en su camino y lo abrazó con fuerza —Que bueno que ya estás mejor.
—Eh, sí— sonrió incómodo y trató de apartar a la pelinegra, fallando inútilmente.
—Me preocupé por tí bebé— la pelinegra puchereó.
—Ya estoy mejor Jimin— suspiró —Lamento haberte gritado así. Me encontraba muy irritado.
Y justo en ése momento, la capitana de animación por fin aflojó su agarre en su novio, permitiendo que Yeonjun la alejará un poco y así ver hacia Choi.
Pero lo que vió definitivamente no le gustó para nada.
Pues Lee Heeseung se encontraba halando hacia un costado al capitán de baloncesto.
