Capítulo 1 (Diablo)

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Estaba conduciendo por las vías de las afueras de Selegna, cuando veo por el retrovisor como Tom y Lían se besaban.

—Vale que haya aceptado su relación no quiere decir que lo quiera ver, aún no lo proceso del todo. – fingí estremecerme, sacudiendo mis hombros y haciendo gesto de asco. Leila que estaba a mi lado me dio un codazo.

—Déjalos, cuando lleguemos tendrán que fingir.

—Además, ¿Por qué maneja alguien que no tiene licencia? acaso nos quieres matar Diablo. – dijo Lían alejándose del brazo de Tom.

—Sencillo yo manejo mejor que todos ustedes que si tienen la licencia y porque esta vez creo estar sobrio.

Todos reímos a carcajadas.

*****

Mi banda era de las pocas que en verdad se llevaban bien. A Tom lo conocía desde mi infancia, habíamos crecido juntos. Un día en la cochera de sus padres, encontramos una caja llena de discos de bandas de rock de los 60 y 70, nació nuestro gusto por la buena música. Tom fue el primero en conocer a Lían, el color de su cabello fue lo primero que me llamó la atención, quería decirle zanahoria o burlarme de él, pero a su joven edad de 14 años ya tocaba la guitarra como una bestia y me sentía como un completo inútil ante su talento, así que en vez de burlarme con malicia lo hice con camaradería.

Lían nos enseñó a tocar la guitarra, poco después Tom se decidió por el bajo y a mí se me ocurrió escribir una canción para conquistar a una joven del barrio, no recuerdo su nombre, pero ese día descubrí que catar se me daba bastante bien y que componer era escribir lo que decían las voces de mis alrededores y camuflarlas con las mías.

Seguimos practicando todas las tardes, pero aún nos faltaba miembros y un nombre, decidimos poner un cartel en la escuela, nadie vino obviamente, hasta que una noche cuando regresamos a nuestro estudio, es decir la cochera de Tom, escuchamos el rugir de una batería, era increíble, te hacía querer sacudir la cabeza y mover el pie, corrimos hacia la batería y vimos en una ventana a una chica con coleta, tocando a todo dar. Yo me enamore en ese momento, lástima desde el inicio me puso un alto.

Tom tomó la iniciativa, al terminar la joven su presentación, él lanzó una pequeña roca a su ventana, yo quería correr, Lían se veía con las mismas intenciones, pero Tom estaba decidido ella sería parte de la banda, misma que carecía de nombre.

La chica salió por su ventana, tenía unos ojos avellana que atrapaban, el rubor de sus mejillas la hacía más atractiva y el sudor que corría por su frente, demostraba lo entregada que estaba al momento de tocar, su gesto era de extrañeza y enfado a la vez, era fascinante. Habló antes que Tom.

—Les importa, estaba trabajando.

—Quería preguntarte si has pensando en unirte a una banda. — dijo Tom muy confiado.

—¿A cuál? — ella se cruzó de brazos.

—A... — Tom titubeó, confianza disminuida al 100%.

—A los Luners. — dijo Lían que literalmente estaba viendo a la luna. Ella se rio y sacudió su cabeza.

—No tienen nombre ¿verdad? perdón, pero como escucharon tengo talento y no pienso desperdiciarlo con novatos, si me disculpan. — iba a cerrar su ventana y me dio el impulso de hablar.

—Nosotros no somos novatos. — alcé una de mis cejas. — para demostrarlo ven mañana a la cochera de Tom, si cuando canto no hago que quieras lanzarte a mis brazos por un beso, nos dejas, pero si lo consigo, te quedas y formas parte de la banda ¿qué te parece?

—Hecho, pero no creo lanzarme a tus brazos.

Ella cerró su ventana y nosotros corrimos a la chochera a ensayar, no pensábamos dejarla, habíamos encontrado a nuestra baterista después de un año de buscar, era muy talentosa sin mencionar que era atractiva.

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