Capítulo 23 (Sombra)

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Tomé la mano de Diablo y lo jalé, las cámaras, las personas estaban por todo lado, era un caos, traté de hacerme camino por la multitud, evitando que las cámaras nos enfocarán, pero no estaba funcionando, los reporteros empezaron hacer un círculo a nuestro alrededor.

Se escuchó un golpe seco, junto con el ruido del cristal rompiéndose, el sitio donde estaba el karaoke, estaban Lucas y Juan, peleándose. Gracias chicos. Aproveché el segundo de distracción y me abrí paso, llegué a la puerta, Diablo seguía como zombi, no sé qué había visto en la tele, solo sabía que lo había afectado mucho.

Corrí, las cámaras nos pisaban los talones, lástima que esta vez no tenía un basurero cerca seguí corriendo en línea recta, necesitaba un escondite u otra distracción que retrasara las cámaras hasta encontrar donde escondernos. Mi cabeza hizo clic al ver un policía abriendo la puerta del copiloto, corrí más fuerte y empuje al policía.

—Ey señorita, esto es considerado una agresión deténgase. — gritaba.

Me di la vuelta corriendo de espaldas y le respondí.

—Claro, pero primero a ellos. — señalé con mi dedo a la multitud de atrás, luego me giré y viré a la derecha.

Espero que esos segundos nos sirvieran

Corrí hasta el final del pasaje y empecé a reconocer el lugar, no habían salidas a los túneles, pero si había una T, por lo que tomé el lado derecho, con intención de regresar a la caverna, en vez de seguir adelante como las demás personas pensarían que haríamos.

A la mitad del camino, escuché unas pisadas y voces, a lo lejos, mierda ya nos encontraron, miré al piso, encontré una rejilla de la alcantarilla, me pare en ella, con la respiración agitada, a decir verdad, todo esto estaba sobrepasando mi resistencia física, arrastrar un cuerpo en medio de una persecución no había sido tarea fácil y mis brazos ya empezaron a protestar. Diablo también estaba con la respiración agitada, pero con la mirada perdida.

—Ok, es hora de que la fuerza masculina sirva para algo ayúdame. — le dije mientras me ponía en posición para alzarla rejilla.

—¿Qué prete...?

Los gritos y las pisadas se empezaban a escuchar más claras, que son demasiado empecinados.

—Muévete. — le dije mientras mis manos ya estaban alzando un poco la tapa.

—Él se movió rápido y me ayudó a alzar, la alzamos, esta dejó un espacio suficiente para entrar.

—Listo. — lo miré.

—No.

Las pisadas empezaron a escucharse más fuerte.

—Perfecto. — lo empujé.

Diablo, trastabilló y luego lo volví a empujar, cayó, espero con todas mis fuerzas que no haya caído de cabeza, en mi defensa el pánico me domina y yo también me encontraba en estado automático, había...

Busqué a mis lados algo para poder tapar el agujero de la rejilla, y encontré unos cartones a lado de un basurero, genial a la hora que apareces basurero. Tomé esos cartones, me metí en la alcantarilla, jalé todo lo que pude de la rejilla, tapé el espacio que quedaba con los cartones, esperaba que pasara desapercibido.

Seguí bajando por la escalera hasta que mis pies tocaron el piso, al sentir mis dos pies abajo, suspiré de alivio.

—¡Qué demonios te pasa, pudiste matarme, maldita loca!

Muy pronto para la paz ¿verdad? Yo también me encontraba alterada, me había dejado llevar mucho, con la música, la canción, los recuerdos, con su voz... espero que ninguna cámara me haya enfocado, ni grabado, en que mierda pensaba, yo.... ¡Maldita música, no me abandonaste hace años, que haces regresando ahora, ah!

Entre Sombras Y Acordes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora