Capítulo 17 (Sombra)

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Catalina se encontraba tumbada en el piso del cuarto, mirando las estrellas que Emma había pitado el domingo anterior, Carlos, Omar, Thomas y Leo estaban dormidos en el sillón bueno dos de ellos el tercer estaba caído en el piso al otro lado de Lina. Emma se encontraba en su cama dormida.

Catalina suspiró con pesar y se fue caminando hasta la habitación de Emma, su Camisa Blanca la cubría como si fuera un vestido de dormir, abrió la puerta y la vio, estaba dormida con su pijama de osos rosados, eran horrendos, pero a ella le gustaba, caminó y se sentó encima del cuerpo de su amiga.

—Catalina si no te bajas en este momento de mi espalda te juro que te voy matar. – dijo Emma con voz adormilada.

—Ay cómo sabes que soy yo. – dijo Catalina con pesar.

—Doy mi cabeza que los chicos no son capaces de hacer esto y si lo fueran serían eunucos. – Emma decía estas palabras con un dedo muy amenazador al aire.

—Otra vez con las palabras del diccionario, porque no eres clara Emma.

—Me gusta ser complicada querida. – se incorporó de golpe y Calina cayó de la cama.

—!Au¡ – dijo Catalina rascándose la cadera.

—Buena noche Catalina. – dijo Emma tomando las cobijas de su cama y volviéndose a cubrir.

—Cuántas veces tengo que decirte que me llames Lina. – dijo quitándole las cobijas.

—No te voy a decir así, tú nombre es Catalina no Lina, si te digo Lina solo sería una parte de ti no serías tú.

—Ni que mi nombre fuera algo. – Catalina se cruzó de hombros.

—Pues bien, querida. – se sentó en su cama. – por si no te has dado cuenta tú nombre es lo que hace ser la Red Witch, tú nombre es el que gritan, tú nombre...

Catalina se acercó a ella y le puso un dedo en sus labios Emma tragó saliva.

—Bien, bien ya tengo claro, la fama es gracias a mi nombre y no a mi voz. – le guiñó un ojo. – Pues bien, ahora quiero hacer algo como Lina, no la cantante, no la rockera, no la famosa, solo Lina, vale.

—Catalina son las dos de la madrugada.

—Como sabes decir, mejor pronto, porque los demonios también se levantan temprano.

—Emma rio, y suspiró con pesar.

—¿Qué tienes pensado?

—Tú solo cámbiate y levanta a los chicos.

Después de unos minutos, fueron al parque de diversiones de Selegna. Omar el mayor de todos estaba bostezando sin parar, Thomas estaba fumando para tratar de ahuyentar el frío. Carlos, el intelectual de la banda cargaba a Leo el menor de todos ellos con solo 16 años ya estaba tocando en las grandes ligas junto a su mejor amigo, la batería.

Catalina se acercó al hombro de Carlos para jalar de la oreja a Leo para que se despertara.

—Ni se te ocurra, pequeña Bruja.

—Ay vamos esta es una salida de banda todos debemos estar activos.

—Si... cla... ro... co... mo...tu.. no....

—Emma estás exagerando llevas guantes, gorro, dos chompas térmicas y la cobija, en serio esta vez te pasaste mujer. – dijo Thomas.

—Tengo frío.

—Bueno Bruja. – Thomas le sobo la cabeza como si de un perro se tratara. – ¿Cuál era tu plan?

—Vamos a caminar, cantas y si se puede prender esa máquina del infierno y vamos a olvidarnos del mal de amores.

Entre Sombras Y Acordes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora