Capítulo 13 (Diablo)

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Ella estaba caminando unos pasos delante, su short le quedaba espectacular y me siento seguro de decir que solo la estoy siguiendo como perro por las calles de Selegna por ese short y no porque me siento atraído sobre que problemas me puede causar una sombra como ella.

— ¿Tienes una linda vista? – volteó a mirarme.

—He tenido mejores. – me encogí de hombros, ella se rio.

—Pues muévete y camina a mi lado, esta no es una procesión a un funeral.

— Contigo probablemente sea una procesión a algo. – me coloqué a su lado, para seguir caminando.

—Pues no, solo va hacer una salida entre una bella hada madrina y la. – se detuvo a observarme. – y la pobre alma en desgracia.

—Acabas de mezclar dos cuentos. – reí. – en tal caso a ti si te queda el rol de la bruja del mar y a mi la pobre alma que le toca estar condenada a un contrato injusto solo porque no leyó las letras pequeñas o bueno en este caso que ni siquiera se acuerda de haber firmado.

—No me gustan las brujas. – se palmeó el labio inferior con uno de sus dedos. – además ningún contrato es injusto. Una persona pone en la mesa el mejor platillo a un mendigo, el mendigo decide si acepta o no, pero en el mendigo esta preguntar que contiene ese platillo antes de decidir comerlo, si lo hace sin saber, puede que termine con una reacción alérgica, en la morgue o satisfecho, en conclusión, un contrato no es injusto solo hay que saber leer, para no caer en el engaño. – me guiñó el ojo.

— Ok, tienes razón, pero bueno fue un placer estar contigo preciosa. – puse uno de sus cortos mechones de cabello detrás de su oreja. – y gracias por sacarme del estudio, pero ahora, me voy hacer lo que tenía planeado. – me separé de ella y caminé adelante.

—Alto ahí. – tomó del cuello de mi buzo, giré mi cabeza para verla.

—Ahora que. – viré mis ojos mientras la encaraba.

—Me debes un favor recuerdas. – me sonrió con su particular arrogancia.

—Cobrale a mi agente, ahora me tengo que ir a dormir.

—No nene. – se acercó a mis labios y empezó a susurrar. – ahora me vas acompañar a ver el parque de diversiones de Selegna.

Bésala, maldita sea bésala, porque te quedas parado ahí.

—Y si no quiero. – di un paso para atrás.

— Te sigo, como la sombra que dices que soy, hasta fastidiarte y créeme soy muy fastidiosa cuando me propongo.

— Recuérdenme porque estamos en esta situación. – suspiró con pesar.

—Por un lindo mensaje de ayuda. – pasó su brazo por el mío.

Suspiré y continuamos caminando hacia su bendito parque de diversiones como un par de enamorados y en esos momentos me estaba arrepintiendo un montón de haber contestado el mensaje.

5 horas antes.

Había subido hasta mi habitación del hotel, como sabía que Daniel iba a subir detrás de mí le dejé la puerta abierta, caminé hacia mi velador y puse a cargar mi teléfono. Al conectarlo su pantalla se iluminó y vi que había un mensaje de un número desconocido, lo abrí y leí.

Te gustó el basurero. Una cara sonriendo. 7:30.a.m.

Sabía quién era la del mensaje aun así quise jugar un rato.

¿Quién eres? .7:32.a.m.

Tu conciencia y tu sombra querido Peter Pan. Carita mirando para arriba. 07:32.a.m.

Entre Sombras Y Acordes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora