Pegué mi frente al piso, estaba helado, la noche no se acababa aún y para mí ya habían pasado tres vidas. Me levanté del piso, tomé una de las motos de los sujetos que estaban golpeando a Emma. Tarde unos segundos en arrancar, los metros que ella había ganado, pude recuperarlos en los dos semáforos que la retuvieron, la herida en su cabeza me preocupaba, de seguro ella ni siquiera lo habría notado, la estaba siguiendo porque algo dentro de mí me decía que iba a terminar colapsando o que se iba a meterse en más problemas.
La seguía, pero mi mente estaba en otro lado.
Una hora antes.
Me limpié el labio que me rompió Tom, lo miré con furia él me devolvió la mirada, a lo lejos escuchamos el motor de una moto, me iba a lanzar sobre él pero las manos de Álvaro nos detuvieron.
—El que faltaba. — dije irritado.
Me ignoró y miró primero a Tom
—Será mejor que se calmen, la prensa ya se enteró en qué hospital está internada, no tardarán mucho en llegar y si montan un espectáculo como este, las consecuencias van a recaer en la banda.
—Pues bien, solo dile al imbécil que me deje pasar que necesito verla.
—No. — dijo Álvaro mirándome, su no, me hizo dar un paso para atrás. — será mejor que la dejes descan...
—No saben que está bien, yo me largo.
Me di la vuelta y salí corriendo, solo quería verla, pero Tom tenía razón, no estuve ahí para ella, no le conteste y yo... para estas alturas del partido ya había roto más de tres promesas que le había hecho tiempo atrás, no dejarla sola, no mentirle, y primero ella.
Entonces... porque demonios no volvía a al hospital encaraba a Tom y me plantaba en tu habitación y te gritaba ya llegue, el imbécil de Tom no creyó que era apropiado que me vieras en estas fachas, tú te reirías y luego me acercaría a ti y te dejara que termines de estropear mi aspecto con tus lágrimas, pero... una parte de mí no se atrevía a volver, una vocecita en mi cabeza decía que si entraba por esa puerta te iba hacer más daño.
El taxi se paró y me subí, saqué un billete y le di al taxista.
—No preguntes, no hables, solo llévame a un lugar donde pueda encontrar problemas.
El sujeto tomó el dinero y arrancó en silencio. Selegna se presentaba ante mí como una hermosa y bulliciosa ciudad, pero conforme avanzamos las calles eran más desoladas y empezaba a ver las sombras de tanto brillo y lujo de la gran ciudad.
—Perdona que te pregunte, sé que me dijiste que no lo hiciera, pero.... ¡tu eres Terry Robertson, apodado el Diablo", oh por dios no lo puedo creer, es...
La voz de la chica me dejo atontado, creí que era un hombre, pero lo que me mantenía callado no era mi perplejo al descubrir su género, sino que no paraba de hablar, disparaba un montón de preguntas que ella mismo se respondía, lucía tan radiante y emocionada cada vez que me echaba ojo por el retrovisor, su entusiasmo hizo que mis ánimos se recuperaran un poco.
—Espera un segundo, niña, hablas demasiado.
—Si, me lo han dicho, pero oye no soy una niña.
—¿Señora?
—¡Que! — se sacudió los hombros. — El matrimonio es mi peor miedo después de la muerte, claro.
—De acuerdo, ¿entonces tu nombre?
—Dana.
—Un placer.
—Puedo preguntar.
—No has parado de preguntar. — le dije alzando una ceja.
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Entre Sombras Y Acordes
Teen Fiction"Los muertos deberían permanecer muertos, las sombras deberían permanecer en la oscuridad y tú corazón debería permanecer con el amor de tu vida, pero desgraciadamente el amor de tu vida no suele ser tu alma gemela." El 12 de marzo del 2016 Selega...