Capítulo 12 (Tom)

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Una Chica de cabello corto entró en el estudio, llevaba una chaqueta roja de cuero, uno short, top negro y unos anillos en los dedos.

La estaba mirando atónito, lo que sin duda le llamó la atención, nos miramos, sus ojos eran negros como su cabello, tenía esa mirada que infundía miedo y deseo a la vez.

En el tiempo que la chica se quedó mirándome, los guardias aprovecharon para tomarla de los brazos.

—Disculpe señor, este incidente no volverá a suceder. — dijo el guardia de la derecha dirigiéndose a Daniel.

—No hay problema.

La chica aún no hablaba ni replicaba solo estaba mirando fijamente a Diablo. Ahora qué hiciste pendejo Diablo la miraba con cara de tener al frente un maldito problema matemático en vez de una mujer muy atractiva, luego sus ojos se iluminaron.

—Si estás embarazada, ese hijo no es mío. — digo Diablo inclinándose un poco hacia la muchacha.

Dime que no acabas de decir eso por Dios

—Qué pena cariño ya le había puesto tu nombre y había planeado nuestra boda en Imaim, por cierto, de nada. — dijo la chica mientras trataba de librarse del agarre de los guardias.

—De que. — Diablo se cruzó de brazos.

—Se ve que olvidas las cosas infausto. — la chica alzó una de sus cejas perfectamente delineadas y gruesas.

Sí, definitivamente este par se conocía.

—Define infausto. — dijo Diablo con una sonrisa arrogante y seductora a la vez.

¿Qué?

—Hecho que causa tristeza, sufrimiento y pesar, conclusión eres un pobre desdichado. — ella le guiñó el ojo y luego añadió. — y ¿te gusto el basurero?

—No, pero gracias por preguntar, ¿no tenías los ojos azules? por cierto. — Diablo miró a los guardias y luego hizo un movimiento de cabeza.

Estos miraron a Daniel, que también asintió con la cabeza. Los guardias soltaron a la chica y salieron por la puerta, luego está caminó hacia Diablo.

—Son lentillas, querido, además tienes un contrato pendiente pequeño. — le dijo mientras golpeaba con su dedo índice el pecho de Diablo.

—Ah sí. — Diablo la tomó de quijada y la acercó más a sus labios.

Miré a Leila por instinto. Ella esta con cara de perdida, no entendía lo que pasaba, de hecho, creo que ninguno de nosotros tenía idea.

—Si. — la chica bajo una de sus manos por los brazos de Diablo. — y será mejor que nos vayamos.

Vayan a un hotel Dios, vire mis ojos mentalmente, porque si lo hacía delante de ellos iba a dar una mala impresión.

—Lo siento, pequeña sombra, pero hoy trabajo. — dijo Diablo mientras daba un paso hacia atrás. — además ya me diste suficientes problemas ayer. — le apuntó con el dedo. — Así que no pequeña no iré.

—¿Trabajando? Se supone que en 6 días te presentas, por lo tanto, debes de cuidar tu voz, cómo es que ahora les explotan. — miró a Daniel.

¿Quién era esta mujer?

—No les exploto y no les estoy haciendo que repasen música vieja, como sabrá señorita el disco de esta banda no ha sido revelado aún, por lo que las canciones y letras se hacen en privado y secreto, para el día de la presentación, por esa razón su preparación y repaso son hasta un día antes de la presentación, con todo ese trabajo, cuido muy bien de mis chicos y que de Diablo no esfuerce su voz y tampoco quede lastimaba, ni agotada para el evento, simplemente esté lista.

Entre Sombras Y Acordes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora