Capítulo 4 (Leila)

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La música cada vez estaba más potente y el juego de luces hacía que te emocionaras con cada nueva pista, estaba bailando con toda la energía que me daba el cuarto Martini que me había tomado, cuando, vi que Diablo se encontraba muy, pero muy entretenido con una rubia.

Es mi momento, pensé

Me acerqué cuidadosamente hacía donde estaba Diablo, en ese momento, estaba susurrando algo en el oído de la chica, como siempre, viré mis ojos, dirigí mi mano hacia su bolsillo trasero y saqué su pastillero rojo, últimamente estaba demasiado adicto a la metanfetamina y me estaba preocupando, pero decirle; ya deja de tomar esa mierda, era como decirle; dale ingiere más, pero si... simplemente desaparecía, era más fácil evitar su consumo o eso pensaba, pues hice lo mismo hace tiempo conmigo misma

Después de mi robo, salí del centro de la pista y me dirigí a la barra.

—Hola, perdona me podrías servir otro Martini. — le dije al camarero con mi tono de voz más encantador que pude.

—Claro, linda.

Estaba esperando, que me sirviera cuando una voz conocida me gritó desde lejos

—Leila blue.

¡Que es turquesa maldita! Hay una diferencia entre el azul y el turquesa porque no entienden. Bueno el sobrenombre no me molestaba, de hecho, sonaba mucho mejor que Leila turquois, además todo el mundo ya me conocía con este sobrenombre, así que, para que discutir.

—Hola Nicole, ¿Cómo has estado? — pregunté mientras le saludaba con un beso de la mejilla a la violinista de los Eluveitie, que llevaba sus envidiables ondas castañas.

—Agotada, aunque mi banda solo va hacer la apertura del concierto, estamos hasta el tope con los ensayos ¿y la tuya?

Para ser sincera, cuando llegamos de viaje Diablo estaba que se desmayaba del sueño y dijo que mientras su bebe no llegue a Selegna él no se iba a mover en otro vehículo. Tom y Lían querían estar a solas, por lo que, todo el día pasamos en el hotel, al día siguiente Tom y Diablo se drogaron demasiado, como para ensayar, yo creo que también. Antes de ayer, se me dio por hacerles una broma a los chicos, así que no encontraron su ropa interior, sé que a la mayoría de chicos no les incomoda ese tema, pero, vayan a un estudio de música sin ropa interior y comprenderán, porque los chicos no fueron a ensayar y porque la broma fue tan buena. Y hoy nos colamos a una fiesta, por lo tanto, los cuatro primeros días desde que estamos aquí, no hemos tocado ningún instrumento y somos los que cerramos el concierto, somos increíbles en verdad.

—Pues nosotros también estamos al tope. — bebí un trago del Martini que ya me habían servido. — Diablo está trabajando en una nueva canción.

Trabajaba, pero cuando lo hacía su cuarto del hotel era un tiradero de papeles, creerás que es porque desecha una letra escrita, pues no, él caminaba por su cuarto y sí se le viene una línea para una nueva canción, la anotaba en el primer papel que se le cruzaba, ahora une ese montón de papeles, sí a Diablo no se le complicaba escribir canciones, se le complicaba ponerles en orden, ahí es donde entraba Tom

—Wou, tu vocalista es increíble, me hizo temblar mis piernas. — se mordió su labio inferior. — ya sabes a lo que me refiero.

Si claro, todas dicen lo mismo, algunas hasta son más explícitas que tú, querida

—Compone bastante bien. — me encogí de hombros.

Diablo, solía decir que no tenía la chispa, que los demás vocalista sí lo tenían, que en pocas ocasiones realmente lo sentía, era algo que yo no lo notaba, ni muchas de sus seguidoras, él en realidad cantaba increíble, su voz te estremecía, excitaba, te emocionaba, te animaba a gritar a todo pulmón que se vaya a la mierda el amor, pero muchos vocalistas siempre lo atacaban diciendo eso de la chispa, era creo, un tema de vocalistas, es como a nosotros los bateristas, decimos que debemos sentir que nuestras manos son las verdaderas baquetas, que nuestro pie es el motor que impulsa a revivir ese corazón dormitamos de la batería, sí dile eso a guitarrista, bajista, teclista o vocalista y te miran con cara de ¿cuándo saliste del manicomio?

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