Capítulo 6

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Olivia

Mañana sería el cumpleaños de mamá. Ha pasado poco más de una semana desde el accidente y aún siento como si tan sólo hubiera pasado hace unos segundos. Luego de cinco días siendo monitoreada me dieron la confirmación para volver a casa, afortunadamente sólo saqué un brazo roto y algunas cicatrices en mi cuello, frente y hombro izquierdo que según el doctor, se irán con el tiempo, y cuando digo afortunadamente en realidad quiero decirlo de manera sarcástica.

Papá ha estado muy al pendiente de mí, lo veo sonreír pero es una sonrisa dura, lo hace casi por inercia, pero sé que por dentro está destruido, creo que más que yo. No sólo perdió al amor de su vida con quién estuvo desde los quince sino también a su hija, su primera hija. Admiro su fuerza, confieso que no he sido el mejor consuelo para él. Me la pasé en silencio, llorando cuando estuviera sola.

El funeral fue dos días después del accidente, me dieron un permiso para salir esa mañana temprano y volvimos cerca de la hora del almuerzo. Contrario de lo que esperé, no lloré, ni una lágrima, creo que mis sentimientos estaban algo confundidos, no sabía qué hacer o decir así que opte por estar ahí, como una presencia más. Papá lloró todo lo que no pudo estando las veinticuatro horas conmigo. Y lo dejé llorar, lo abracé de lado y lo sostuve, sin moverme ni un centímetro. No quería soltarlo porque si lo hacía iba a romperme.

Luego de recibir palabras alentadoras y lamentos por parte de todos los presentes, que en realidad no recuerdo porque mi atención nunca estuvo en ellos, partimos de vuelta hacia el hospital.

Estoy en casa desde hace un par de días y créanme, prefiero estar en ese hospital. Fotos y todas sus cosas están por todos lados, apenas pisé el lugar no dije nada y me dirigí a mi habitación. Papá tenía que volver a la estación así que tendría que quedarme sola, y lo hice pero no supe de nada porque me quedé dormida.

Era de noche cuando papá llegó, escuché la puerta y sus pisadas dirigiéndose a mi cuarto, el sabe que odio cuando abren sin tocar pero lo hizo para comprobarme. Sé que tenemos que hablar pero no quería enfrentarlo aún, así que pretendí estar dormida hasta que de nuevo, el sueño llegó.

Desperté ese sábado con un dolor fuerte en la cabeza, papá me dio el medicamento que nos recetó el doctor en caso de migrañas y otras cosas más.

Nos sentamos a desayunar y de nuevo, ninguno habló aunque sabía que papá quería, lo podía ver en sus ojos, creo que estaba respetando mi silencio, quiere que tome la iniciativa así que lo hice. Pero no hablé del accidente, en su lugar le pregunté por el trabajo como siempre hacía, hablamos de la escuela y de que volvería el próximo lunes para distraer mi mente y tomar aire fresco aunque mi idea de aire fresco sea una playa en algún lugar paradisíaco voy a conformarme con esto, lo que sea que me saque de esta casa.

Luego de lavar los platos fui a prepararme para ir al cementerio a dejar unas flores en la tumba de mamá y desearle un feliz cumpleaños, Abby también recibió atención. No nos quedamos mucho tiempo, la herida aun estaba fresca y estaba cansada de llorar. Papá lo entendió y volvimos a casa pronto.

El resto del día pasó tranquilo, sin absolutamente nada interesante, tampoco es como si mi vida fuese interesante. En realidad no lo es, me la paso en la escuela, haciendo tareas y en mis ratos libres sólo leo, como, veo televisión y duermo. Si alguien fuese a hacer un reality show de mi vida se moriría de hambre.

Es domingo y papá tuvo que salir temprano para la estación, creo que el hacerte trabajar los fines de semana es un delito grave, pero a él no le importa, supongo que también quiere un poco de espacio y alejarse por un rato de este lugar. No lo culpo. Aún no puedo entrar a la habitación de mamá y he captado a papá durmiendo en el sofá algunas veces desde que llegamos del hospital.

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