Capítulo 11

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Joshua

-No puedo creer que aun no hayas decorado la casa-se queja la linda chica sosteniendo unos cuantos adornos navideños entre sus manos.

Me encuentro apoyado contra el marco que separa la cocina de la sala de estar mientras veo la divertida escena de un padre siendo regañado por su hija. Ren dijo que Olivia se toma muy en serio las cosas, en especial las fiestas de fin de año.

-Estaba esperándote para que lo hiciéramos juntos, cariño-se defiende su padre tratando de desenredar las luces sobre su regazo.

-Tenemos que ir a buscar el árbol, creí que lo sacarías del depósito hace una semana- ella vuelve a hablar sacudiendo su cabeza.

-He estado ocupado con varias cosas, perdona a tu viejo padre y como recompensa te compraré un gran tazón del chocolate que te gusta-la mira frunciendo sus labios y sus ojos me hacen acordar al gatito de la película Shrek. Olivia parece caer en sus redes cuando la veo suavizar su expresión autoritaria y muerde su labio.

Ese simple gesto la hace parecer una tierna niña.

-Dos y cerramos el trato-redobla la apuesta y Ren procede a dar un aplauso en señal de afirmación.

-Hecho-me mira-tu también tendrás uno-ni siquiera me pregunta si eso es lo que quiero.

-No me gusta el chocolate caliente-al parecer mi afirmación fue tomado como un escupitajo en la cara porque ambos me miraron con una expresión en el rostro rodeando el aturdimiento, sorpresa e incomprensión.

Casi puedo escuchar en mi mente la frase "Deshonrado tú, deshonrada tu vaca". Culpo a Aurora por hacerme ver tantas películas de Disney. Incluso lleva el nombre de una de sus princesas.

La sola invocación de ese nombre hace estragos en mi mente e instantáneamente estoy pensando en ella, ¿Dónde y con quién está en este preciso momento?, ¿Cómo pasará la Navidad?, ¿Piensa en mí? ¿Me extraña?

Esas y muchas más son las preguntas que me atacan cada segundo de cada día.

Mi momento en la luna fue interrumpido por otra queja.

-¿Acaso eres uno de esos Grinch de la Navidad que odia todo lo que tenga vida y esperanza bañado en brillos y lucecitas?-pregunta Olivia mirándome con tanta seriedad que casi suelto una risa.

-No soy muy fanático de esas cosas-admito.

-¿Nunca decoraste tu casa ni tomaste chocolate caliente?-pregunta con rapidez pero veo como una vez que termina de hablar se tapa la boca en arrepentimiento. Si bien no conoce nada de mi vida puedo sentir que se está esforzando mucho para no hacerme sentir incómodo o pasarse de la raya con algún comentario, así que ignoro su accionar y hablo con desinterés para suavizar la situación.

-Mi madre se encargaba de la decoración y nunca tomé chocolate caliente porque no me llamaba la atención-respondo con honestidad.

Olivia me mira con curiosidad y se remueve un poco incómoda.

-Entonces ven a ayudarme con éstas luces y te daré un tazón de chocolate-Ren palmea el sillón invitándome a sentarme junto a él.

-Te dije que no me gusta.

-Error-levanta la mano-dijiste que nunca lo habías probado ¿cómo sabes que no te gusta si ni siquiera has tenido el placer de beberlo?

-Y eso que no conoces el chocolate de Mimo-agrega la chica sacando más cosas de las dos grandes cajas que tiene frente a ella- cuando lo pruebes verás tu vida desde una perspectiva diferente.

Podría seguir quejándome pero ninguno de ellos me va a escuchar. Puedo decir con confianza que tienen la misma sangre.

Ambos tienen la facilidad para cambiar la situación a su favor sin importarles tu opinión.

Suspiro pesadamente mirando hacia el sofá mientras rasco mi cabeza.

-No puedo quedarme, tengo cosas que hacer-ambos me miran. Olivia baja la mirada después de un momento y no dice nada mientras sigue con su tarea. El hombre sentado me mira con aun más curiosidad que su hija y asiente.

-Bien, pero antes me ayudarás a traer el árbol-deja las luces a un lado con cuidado, se levanta y empieza a caminar hacia el jardín. Ni siquiera me espera así que lo sigo a paso lento.

-Ten-me lanza un sobre blanco antes de abrir la puerta del destartalado galpón. Lo miro inseguro pero aun así lo abro-es el pago por tu trabajo de ayer-aclara indiferente.

-¿$100 dólares? es demasiado, no hice mucho-hablo con franqueza-y no quiero tu limosna.

-Creo que dejamos en claro que lo que siento por ti no es lástima, hijo-se adelanta hacia la casilla hasta quedar fuera de mi vista-la tarea de sacar el árbol está incluida ahí.

El hombre corre las cajas de cartón que entorpecen su camino y me guardo mis comentarios así como el sobre en el bolsillo de mi abrigo para ayudarlo.

-Ve a buscar a Kelly a la cafetería de ayer, ella te dará la dirección de algún lugar barato donde puedes quedarte si así lo quieres-miro su espalda ya que no puedo ver su rostro-sé que no te gusta dormir en este lugar, Livie me dijo esta mañana que dejara de presionarte-ahora si gira y me mira-lo siento si te hice sentir incómodo de alguna manera- es la primera vez que escucho una disculpa de su parte y claro que he estado esperando para escucharla pero ahora me sabe mal. Muy mal.

No sé qué contestar, desvío mi mirara hacia detrás de él y veo la punta del que debe ser el árbol navideño. Paso a un lado del hombre y alcanzo a agarrar las ramas para empezar a sacarlo de su escondite.

-Dime, ¿no se supone que se deben cortar los pinos o comprarlos en los puestos de la calle?

-Hablas como si nunca hubieses tenido uno-comenta detrás de mí.

-La navidad en mi casa nunca se sintió como una-admito sin darme cuenta de mis palabras y me maldigo por dentro.

-Lamento escuchar eso-eso es lo que quería evitar, más de su lástima- y no, no es necesario cortarlos, Livie consiguió este árbol hace mucho para evitar hacerlo.

-¿Para no cortarse una uña?-bromeo y escucho una suave risa del hombre a mi lado que se encuentra ayudándome a sacarlo de la caja.

-No le gustaría cortar un pedazo de naturaleza, la respeta mucho-aclara y ahora me siento como un idiota.

Conseguimos sacar el armatoste de casi dos metros y lo llevamos dentro de la casa.

Tal vez estuvimos fuera por mucho tiempo o la chica es rápida pero al pisar la sala de estar cada cosa está organizada por colores y formas, incluso las luces ya están desenredadas.

-Wonder Woman está de regreso-ríe su padre-por eso digo que tu eres la habilidosa de esta familia.

-Se fueron una eternidad, hasta creí que me habían dejado sola para irse de fiesta por ahí-por un momento creo que está recriminándonos con enfado hasta que veo una pequeña sonrisa en su cara-déjenlo ahí-señala el lugar que designó especialmente para el árbol junto a la ventana.

-Sí, señora-responde Ren haciendo una seña militar.

Sin duda esta chica tiene un poder especial sobre él. 

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