Capítulo 17

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Joshua

Mis pies duelen. Siento lo hinchados que están dentro de mis tenis y no dudo en arrojarlos a un lado apenas entro al oscuro departamento.

Olivia me arrastró por toda la ciudad porque insistió en darme una clase detallada de lo que significa "tener espíritu navideño". Incluso me llevó al alberque de animales cerca de la biblioteca para jugar con unos cachorros porque según ella, mi cara estaba matando el ambiente.

El piso del cuarto es helado bajo mis pies descalzos pero agradezco la agradable sensación que le da a ellos. Hago todo el camino hacia el refrigerador y saco un poco de agua, ¿también comenté que esos dos cumplieron con la promesa de mostrarme de lo que me perdía al desconocer por completo el chocolate caliente de Mimo?

Tenían razón. Me bebí tres tazas.

Ahora no sólo mis pies gritan por un descanso, también mi estómago.

Termino el vaso en mis manos y visualizo la bolsa que Olivia dejó esta mañana cuando apareció en mi puerta a falta de chimenea. Sólo le faltaba un vestido rojo y podría haber pasado por la señora Claus sin dudarlo.

Dejo el vaso cristalino sobre la mesa y me dirijo hacia el pequeño sillón verde.

Debería guardarlos y devolverlos por la mañana, ese es mi primer pensamiento.

El segundo es que no he tenido una Navidad como la de hoy en mucho tiempo. Diablos, ¿siquiera alguna vez tuve una?

Y el tercero es que Olivia seguramente haría que me trague estas cajas si llevo la patética excusa de que no me gustan los regalos.

Inspecciono la bolsa roja y saco cuatro paquetes de diferentes tamaños. Empiezo por uno alargado y plano en forma de rectángulo.

Son dos libros grandes, uno de Skinner y el otro de Pavlov. También hay uno pequeño llamado "¿Cómo saber cuando estás siendo un completo idiota? Vol. 1"

Una carcajada involuntaria sale de mi garganta imaginando que fue idea de esa linda rubia.

Continúo con uno un poco más grande y alto. Es una chaqueta de los Piratas de Pittsburgh con una gorra a juego. Bufo en molestia. Hace unos días tuvimos una pequeña conversación sobre baseball con Ren y prácticamente terminamos en una calurosa discusión entre su fanatismo por los Piratas y mi preferencia hacia los Dodgers de Los Ángeles.

Por supuesto que no voy a usar esto.

Pongo en la mesa las otras dos cajas más pequeñas y decido al azar abrir la de la izquierda primero.

Es un portarretratos con la foto que la mejor amiga de Olivia tomó ese día. Los tres estamos riendo, Los ojos de Ren desaparecen en su cara. La sonrisa de Olivia sin duda es la pieza principal del retrato y yo... ¿Hace cuanto que no me veo reír así? Aunque lo que me llama la atención es mi mirada completamente perdida en la chica a mi lado.

El cuadro viene con una nota dentro de la caja.

"Te dije que era la foto perfecta. Ten una buena Navidad, Joshua.

Jamie S.

PD: Deberías sonreír más seguido, sin duda atraerías a más de una pretendiente, aunque puede que ya la tengas."

Abro el último paquete y saco un teléfono con una post-it en la pantalla con sólo una palabra escrita:

"Enciéndelo"

Cuando lo hago, la imagen de fondo es el poster de Zac Efron que Olivia tiene en su cuarto. Lo vi cuando pasé hasta el baño para encargarme de limpiar el desastre que hice con su techo, al igual que todo lo relacionado con el ballet del Cascanueces que me dieron la idea de regalarle esa bola de nieve de cristal.

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