Capítulo 26

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Olivia

-¿Entonces las cosas con Leo se enfriaron?-pregunto mientras mantengo el brazo entrelazado con el de Jamie.

Esta mañana me invitó a tomar un café y luego pasar a rebelar unos rollos de fotos que había tomado el fin de semana pasado.

-La chispa se apagó-dice negando-además, no creo que sea mi tipo.

-¿Un príncipe con auto importado y acento australiano?-la miro levantando una ceja.

-Sabes que ese acento me vuelve loca-dice dramáticamente.

Las calles están casi vacías debido a las vacaciones de verano. La gente de por aquí usualmente aprovecha para salir de la ciudad y acampar en alguna reserva cercana, hacer viajes a la playa o salir del país.

-¿Qué me dices de ti y el chico malo?-cambia el tema.

-¿Qué con él?-trato de no sonreír pensando en Joshua.

-¿Qué pasó?-se detiene para mirarme.

-Nada, ¿qué te hace creer que pasó algo?

-Haces lo de tu oreja de nuevo-cuando me doy cuenta quito la mano del lóbulo de mi oído y maldigo por lo bajo este estúpido hábito nervioso.

-Como que nos besamos un poquito-paso una mano por mi cabello mirando hacia otro lado. Jamie abre la boca y yo se la cierro porque sé que está a punto de gritar.

-¿Qué tan poquito es un poquito? Un poquito así-hace ademanes con su mano provocando sólo un toque-o un poquito así-realiza de nuevo la acción pero esta vez una mano se traga a la otra.

-Me largo-la empujo antes de empezar a caminar.

-¡Es lo segundo!-grita saltando sobre mi espalda-no puedo creer que tu y el chico Tanner finalmente se dieron cuenta de esa tensión que ambos cargan a todos lados.

-Cállate-río pero mi expresión cambia cuando veo a un grupo de muchachos a mitad de la calle. No me dan buena espina.

Una mujer sabe cuando algo no es bueno, nunca hay que ignorar esos instintos.

-¿Cruzamos de calle?-pregunta Jamie y asiento sin pensar pero cuando intentamos cruzar no nos damos cuenta que un auto viene hacia nosotras y toca bocina llamando la atención de esos chicos.

Una vez que logramos lo que queremos una pizca de alivio recorre mi cuerpo hasta que el sonido de pasos me ponen en alerta.

-Jamie-susurro a mi amiga-¿eres buena corriendo?

-Cuando se trata de un Black Friday me convierto en Usain Bolt mezclado con Jackie Chan-responde-creo que puedo hacerlo bien.

-Oigan lindas-la voz rasposa y profunda de uno de ellos me da escalofríos- no corran, queremos hablar con ustedes-dice a nuestras espaldas y sus acompañantes comienzan a reír. Miro hacia mis costados y no veo a nadie que pueda ayudarnos, es ahí cuando me doy cuenta que sin querer nos metimos en un vecindario no muy bonito.

-Jamie, sígueme-le pido a mi amiga quien se mantiene en silencio. Mi plan es dar vuelta a la manzana y continuar hasta la calle que lleva al centro, son unos tres bloques y con suerte la florería de Mary estará abierta así podemos entrar.

-¿Aun recuerdas las maniobras que Ren te enseñó?-pregunta Jamie al mismo tiempo que escuchamos las pisadas acercarse hacia nosotras.

-Algo sí.

-Bien, si nos atrapan por correr lento puedes darles donde más les duele...

-¿Qué....-no puedo terminar la pregunta porque Jamie se da vuelta y saca el desodorante en aerosol que trae dentro de su bolso para rociárselo en la cara a los tres individuos detrás de nosotras-¡corre!-grita y juro que nunca estuve tan feliz de que la entrenadora Wilson nos haya presionado tanto durante las clases de atletismo.

Encuéntrame a tu lado ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora