Capítulo 22

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Olivia

Papá nos dio una noche más aquí. Dijo que saldríamos a primera hora de mañana. Quiere darle un poco más de tiempo a Josh con su hermanita. Salió temprano, antes del desayuno y aun no ha vuelto.

Algo que odio de mí misma es la facilidad que tengo para crear escenarios imaginarios donde sucede lo peor.

¿Y si su tía lo vio y llamó a la policía? ¿Y si le pasó algo de camino a la casa de Aurora o en su regreso hacia aquí?

Doy vueltas en la habitación de las gemelas y recuerdo que no tomé mi medicación el día de hoy. Busco en mi mochila y saco el frasco blanco de pastillas. Las he estado tomando desde que me diagnosticaron con depresión y ansiedad. Si bien no tuve ningún episodio depresivo en años, aun me enfrento a ataques de pánico que llegan cuando menos me lo espero.

La ansiedad puede ser una mierda, pero es bueno aceptar lo que te sucede y trabajar en ello. Hubo un tiempo donde solía esconderlo, tenía vergüenza de que los demás supieran que mi mente no está en su mejor condición, pero cuando te das una oportunidad a ti misma, pensando en tú propio bienestar, créanme, es como liberar una carga interna.

Escucho la camioneta afuera y un gran alivio me recorre.

-¿Todo bien?-le pregunta papá cuando bajo las escaleras.

Josh no habla, en su lugar asiente y esboza una hermosa sonrisa.

-Escuchen niños-dice la tía Sarah saliendo de la cocina-los domingos suelo ir de camping cerca del lago con unas amigas, ¿les gustaría asistir? A muchos de por aquí les gusta hacerlo, especialmente a comienzos del verano cuando el tiempo está así de lindo.

-Podría ser una buena forma de despedirnos del lugar-habla papá mirándonos y se detiene cuando tía Sarah lo observa con los brazos cruzados-despedirnos por ahora, vamos a volver más seguido-levanta una mano y sonríe-promesa.

-Más te vale cumplir con eso, Lorenzo o yo misma iré a quedarme por un mes.

-Vayan a prepararse-gira hacia la mujer rubia-te ayudo con la comida.

Giro con torpeza para subir las escaleras pero al hacerlo el frasco de pastillas en mi bolsillo sale volando y aterriza a unos pasos de Joshua. Me agacho a recogerlo pero Josh lo toma antes y lo observa con semblante serio antes de que se lo quite.

Ni siquiera lo miro antes de seguir con mi camino.

Es cierto, el clima está espléndido y este lugar es demasiado encantador. El lago está rodeado de cientos de árboles y arbustos con flores, así mismo, el prado verde que se extiende junto a él es perfecto para una tarde al aire libre. Algunos niños juegan a la pelota simplemente corren alrededor. Más allá un grupo de personas disfruta de su comida en una mesa de picnic.

-Iré a saludar a las chicas-dice tía Sarah señalando a unas mujeres que se encuentran sentadas a la sombre de un gran roble hablando y riendo con ánimo-ustedes pueden elegir un buen lugar, no tan cerca del lago por favor, a veces el olor a pescado es un tanto fuerte-sonríe con diversión y camina lejos de nosotros.

-Me gusta este lugar-digo en voz alta.

-¿Esta parte del césped o este pueblo?-pregunta papá mirando a su alrededor.

-Ambas.

Dos horas más tarde papá se aleja para comprar unos helados de un puesto del otro lado del pequeño lago. Casi comió toda la canasta que tía Sarah armó para nosotros y admite continuar hambriento.

Por mi parte, con Joshua nos la pasamos comentando el ánimo tan relajado que se extiende por todo el parque.

-¿Ves a ese hombre de ahí?-un señor de sombrero marrón está a unos metros de nosotros sentado con una mujer que no para de hablar mientras lo empuja con su dedo-observa como aprieta sus puños y mira hacia otro lado, está enojado y mira como mueve su pie con ligereza, se está conteniendo apuesto a que su esposa no deja de decirle lo inútil que es-suelta una risa-por allá-una pareja de adolescentes se encuentra hablando junto a un rosedal-mira como ese chico desvía la mirada y ríe a cada instante, está muy nervioso le gusta esa chica y trata de desviar la atención de su rostro tocándose el cabello.

Encuéntrame a tu lado ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora