Capítulo 25

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Joshua

Unos golpes en la puerta me ponen en alerta. Con cuidado dejo el libro en mis manos sobre la mesa a mi lado y camino en silencio hacia la dirección de esos golpes. Observo por la pequeña mirilla y veo a Olivia.

-Sé que estás ahí-grita-¡abre la puerta!-levanta la mirada hacia el pequeño ojo de vidrio y me estremezco-sé que estás ahí.

Suelto una maldición en silencio y abro con pesadez.

-¿Cómo entraste?

-Me encontré a Jasper afuera, el me dejó entrar.

-Vete a casa, Olivia-hablo sin abrir la puerta completamente.

-No hasta que hablemos, tú mismo lo dijiste-frunzo el ceño-el poder de la conversación, ¿recuerdas?

Niego lentamente.

-No tengo ganas de hablar, me voy a dormir.

-Entonces voy a quedarme aquí-veo como se hace a un lado. Diablos, esa chica no se cansa de ser una molestia.

Cierro la puerta, me doy vuelta y camino hasta el lugar donde me la pasé la última hora para seguir con mi lectura, pero no puedo concentrarme. Estoy como quince minutos mirando la misma oración porque mi mente definitivamente no está puesta en las palabras frente a mí.

Miro la puerta. ¿Se habrá ido?

Dejo todo a un lado y me dirijo hasta la habitación con la idea de dormir pero me detengo apenas entro.

Mierda.

Giro y voy hasta la puerta principal para abrirla totalmente.

-Estaba considerando ir a pedirle una almohada a Jasper-dice la rubia sentada junto a la pared. Se levanta limpiando la suciedad de sus jeans y me enfrenta.

-Es tarde, vete-amago con cerrar la puerta pero ella se interpone.

-Si no quieres hablar conmigo entonces escúchame a mí-la miro con dureza esperando así asustarla y que se vaya pero no aparta su mirada en ningún momento como si me estuviera batiendo en duelo-sabes que no me voy a rendir fácil. Si no me dejas pasar voy a quedarme aquí afuera, cansada y aburrida...y cuando estoy en ese estado suelo cantar canciones de los 80s-se acerca a mí-y no quieres escucharme cantar.

Suspiro con pesadez sabiendo que lo dice en serio. Abro la puerta y dejo un espacio para que pase.

Veo como camina hasta el pequeño intento de sala y sin sentarse vuelve a enfrentarme.

-¿Qué quieres?

-Eres un idiota.

-Vaya, dime algo nuevo-bufo riendo.

-No tienes un plan, nunca lo tuviste, tampoco nos usaste para nada-dice-¿crees que voy a creerme todo lo que dijiste?

-Lo hiciste.

-Fue un simple momento de debilidad-arruga la nariz. Se ve adorable cuando está molesta.

-¿Por qué de la nada pareces saberlo todo de mí?

-Porque yo también te observé.

Levanto las cejas.

-¿Estás jugando a los investigadores ahora?-me doy la vuelta para caminar hasta el refrigerador. Necesito agua.

-En la escuela no sonreías-ese comentario hace que me detenga y vuelva mi mirada hacia ella-siempre parecías en tu mundo. Cuando estabas con tu grupo no participabas mucho en las conversaciones, siempre fuiste del tipo introvertido.

Encuéntrame a tu lado ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora