✰Capítulo 26✰

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LEONE

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LEONE

Finalmente las vacaciones habían llegado. Estudiar y trabajar a la vez era bastante cansado, y ahora podía coger un leve respiro. 

También podía ayudar a Ariadna con lo del concurso, tenían menos de un mes para terminar el rodaje de la escena y aún no habían finalizado el guion. Se llevaron mucho tiempo en ponerse de acuerdo con lo que iban a hacer, pero lograron pensar en algo para la escena. 

Según lo que Ari me había dicho, sería una escena de drama y acción. Era una lástima que ellos no tuviesen que actuar en la escena, me hubiese encantado ver a mi a novia en acción.

A pesar de que estábamos en vacaciones, no pasaba mucho tiempo con ella, estaba muy ocupada con lo de la película y no quería robarle su tiempo. Pero siempre hablábamos por llamada y nos enviábamos mensajes todo el tiempo. 

Me gustaba la relación que teníamos, cada quien tenía su espacio y podíamos hacer las cosas que nos gustaba, juntos o separados. El haber abierto mi corazón con ella y el haberle hablado sobre mi pasado me había hecho bien, nos prometimos que no nos guardaríamos secretos y yo iba a cumplirlo.

Como tenía más tiempo libre, aprovechaba para practicar con mis instrumentos y escribir canciones. Ahora había encontrado otra inspiración y en cada una de ellas hablaba de Ariadna. No se las mostraba porque no quería abrumarla con tanto, pero de vez en cuando le contaba que había escrito una canción para ella. 

Así que básicamente pasaba todo el día en casa, ya que mi trabajo lo hacía ahí. Me aburría un poco, pero prefería eso a sentirme cansado a lo largo del día. Por lo menos tenía a Lucas, que siempre estaba dando la lata.

—¿Qué hay?, ¿holgazaneando como siempre?

Lucas acababa de llegar al apartamento. Otra vez había salido temprano.

—¿Holgazaneando? Estoy trabajando ¿no ves?— me encontraba sentado frente al ordenador que tenía mi habitación.

—Si a eso le llamas trabajar...— enarcó las cejas— Muero de hambre, ¿no habrás preparado algo de comer?— terminó de entrar a la habitación.

—¿No has almorzado todavía? Estoy ocupado por si no te has dado cuenta— corrí la silla del mueble con los pies y me estiré en el asiento.

—Sí, pero ya tengo hambre otra vez. Creí que habías cocinado algo— se sentó sobre mi cama.

—Puedes esperar hasta la cena— objeté, mientras masajeaba mi cuello.

—No me queda de otra— bostezó—. Sabes, podría acostumbrarme a salir temprano del trabajo todos los días— se acostó en la cama y sacó el móvil de su bolsillo.

—Cualquiera se acostumbraría a eso.

—Cosa que no sucedería en tu caso, tú puedes trabajar a la hora que sea y desde casa— empezó a usar el móvil.

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora