Estrellas de Neón ©

✰Capítulo 12✰

LEONE

Había decidido pasar tiempo con mi familia en navidad y fin de año. 

El año anterior preferí quedarme en España y había planeado quedarme ese año también porque no quería dejar solo a Lucas, pero me surgió un viaje de negocios en Italia y aproveché para quedarme de una vez. 

Lucas me aseguró que no había problema, ya que él visitaría a su familia ahí en España. No tenía muchos familiares, solo sus padres y sus dos hermanos. Y para no quedarse solo durante la noche, iría a quedarse a su casa.

Es verdad que extrañaba a mi familia. Sin embargo, me sentía mejor viviendo solo (con mi mejor amigo, pero solo al fin de cuentas). Amaba mi libertad y me gustaba ser independiente. Solo de esa manera podía hacer las cosas que en realidad me gustaban y así nadie podía controlarme o decirme qué hacer. 

Además, cuando había ido de visita para las vacaciones durante el primer año que viví en España, mi mamá no dejó de fastidiarme todo el tiempo que estuve con ellos.

No estaba de acuerdo con lo que estaba estudiando, ni con lo que estaba haciendo con mi vida en general, y tal vez nunca lo estaría. 

Ella y mi papá pensaban totalmente diferente, mi papá sí me apoyaba y por eso me sugirió que no viajara tanto a Italia, aunque no me viesen, porque solamente de ese modo mi mamá iba a dejar de insistirme y también evitaríamos muchas discusiones. Tomé en cuenta sus recomendaciones, por eso no los visitaba con frecuencia.

Esa navidad fue distinta, mi mamá parecía como si ya hubiese entrado en razón. No mencionó nada acerca de mi carrera, ni me cuestionó nada sobre mi vida o sobre mi trabajo. Quizá creyó que me estaba alejando con todo eso y que, si continuaba así, no iba a volver a Italia nunca. 

La convivencia fue muy amena y pude contarles muchas cosas de las que no les había hablado antes. Temía que, si hablaba sobre la universidad, mi madre me daría otro de sus sermones, pero pude hablarles con toda libertad.

Qué bueno que pude tener una navidad y un fin de año tranquilo con mi familia, como hace mucho no habíamos tenido. Si no hubiese sido de esa forma, me hubiese arrepentido de no haberme quedado en España y de no haber acompañado a Ariadna. 

Ella y su amiga Sofía me invitaron a que estuviese con ellas durante las fiestas, y yo con gusto hubiese aceptado, pero lamentablemente no pude por mi trabajo. Tal vez para el año siguiente sí me quedaría.

Pensaba que ahora Ariadna ya me veía como su amigo, después de lo que pasó en aquella fiesta, creía que su confianza en mí había crecido. Al menos pude verla antes de viajar. El viaje se pospuso y pude asistir a la fiesta, a la cual me habían invitado anteriormente y a la que no iba a ir, no hasta que supe que Ariadna estaría allí. 

Quién sabe lo que hubiese ocurrido si yo no hubiese aparecido en el momento justo, y si le pasaba algo no me lo hubiese perdonado, aunque no hubiera estado en mis posibilidades ayudarla.