✰Capítulo 36✰

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LEONE

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LEONE

La idea de Ariadna de hacer una cena virtual fue fantástica, a mí no se me había ocurrido antes. Le pedí que la hiciéramos unos días antes de nuestro aniversario porque había estado planeando algo para ese día. 

Consideraba que ya era tiempo de dar el siguiente paso con ella, y estaba cien por ciento seguro de que ella era la mujer con la que quería compartir mi vida. Por eso, iba a pedirle que se casara conmigo. Pero para ello tenía que pedírselo personalmente. Así que lo pensé mucho antes de tomar una decisión, y opté por ir hasta donde ella se encontraba para pedir su mano allí.

Tal vez era algo apresurado, pero de todas maneras quería verla. Y antes de irme, se lo conté a mi papá porque quería que supiera que viajaría. También porque últimamente tenía más comunicación con él y con mi hermana. A mi papá le pareció muy bien que yo diera ese paso tan importante en mi vida, pero a mi mamá le pareció una completa locura. 

No iba a decírselo, pero me escuchó cuando se lo estaba comentando a mi padre.

—¿Qué acabas de decir?— se acercó a la cámara mientras mi papá sostenía el móvil.

—Que voy a viajar mañana. Iré a visitar a Ariadna.

—Te vas a casar con ella, ¿escuché bien?— le arrebató el móvil de las manos.

—Sí...

—¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo se te ocurre semejante tontería?

—No es ninguna tontería, mamá.

—¡Claro que lo es!— elevó el tono de su voz— El matrimonio no es un juego, Leone. Y tú no puedes casarte con esa chica.

—¿Por qué no?

—Ya conoces mis razones. Además, eres muy joven para casarte.

—Ese es un tema que no voy a discutir contigo.

—¿Y en qué estabas pensando cuando decidiste viajar hasta allá? ¿No ves que puede ser peligroso?

Suspiré y cerré los ojos pidiendo un poco de paciencia.

—Escúchate, aún sigues con tus prejuicios. No voy a cambiar de opinión solo porque tú me lo digas.

—Te lo digo por tu bien. Y es la primera vez que hago esto, pero te pido, mejor dicho, te ruego que no vayas— parecía que estaba realmente preocupada.

—Y también me estás pidiendo que no me case con ella.

—Hijo, ella no es la indicada para ti. ¿De cuántas formas quieres que te lo diga?

—De ninguna porque no me apetece seguir escuchando que no quieres que esté con ella solo porque la ves de menos.

—Yo no la veo de menos, pero está claro que no es como nosotros. Y esas diferencias siempre traen problemas.

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora