Estrellas de Neón ©

✰Capítulo 4✰

ARIADNA

Habían pasado dos semanas desde que llegamos y las clases ya habían comenzado. 

Tenía clases de lunes a viernes y había inscrito asignaturas en la mañana porque trabajaba en la tarde. Era un trabajo de medio tiempo. El primer día de clases me sentía nerviosa y temía perderme por los pasillos o no encontrar el salón principal donde recibiría mi primera clase. Gracias a Dios no fue así y pude movilizarme en las instalaciones con facilidad, a pesar de ser tan grande, las aulas estaban bastante accesibles y no había cómo perderse.

Me gustaron mis primeras asignaturas, durante los primeros semestres llevaría asignaturas como Historia de las artes audiovisuales, Narrativa, Escritura creativa, Producción audiovisual, entre otras. 

Yo amaba escribir, para mí el escribir guiones o historias era bastante sencillo, por eso supuse que me iría muy bien en escritura creativa. Todo marchaba bien en la universidad y en el trabajo, era súper distinto y aunque todo era nuevo para mí, pude adaptarme con el tiempo.

Durante las clases no veía a Sofía porque ella estudiaba otra especialidad, solo nos veíamos durante las horas de descanso o en el desayuno. Ella había escogido el Grado en Artes Visuales y Danza, y las asignaturas que recibía eran bastante interesantes y entretenidas.

💫💫💫

El tiempo transcurría rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya había pasado más de un mes. 

Me gustaba la vida que estábamos llevando y me sentía bien siendo independiente. Sin embargo, sentía que algo me faltaba. Nos iba muy bien, sí, pero nuestra rutina empezaba a ser muy monótona y eso comenzaba a aburrirme. Ya había conocido amigas y amigos nuevos al igual que Sofía, y eso lo mejoraba un poco porque siempre tratábamos de salir y hacer cosas diferentes. Si no hubiese sido de esa manera, hubiese muerto de aburrimiento.

Y hablo en serio.

En mi trabajo todo era igual, eso no lo podía cambiar, o no sabía cómo. Un día decidí quedarme hasta más tarde y hacer horas extras porque era viernes y no tenía muchas ganas de salir con mis amigos, además, necesitaba un poco más de dinero para comprar unas cosas. Opté por hacer horas extras al menos una vez por semana hasta que ganara lo suficiente para ello.

Esa noche en particular, el restaurante estaba un poco lleno. Seguramente era por ser día viernes, casi todos los viernes y fines de semana el local era visitado por más clientes. 

No podía mentir, me sentía cansada. Toda la semana había estado haciendo un proyecto para la clase de historia y estuve desvelándome un poco. Por esa razón, solo había salido el miércoles con mis amigos. Presentía que me quedaría dormida en cualquier momento, así que traté de estar en movimiento para que el sueño no me venciera.

Serví las mesas con normalidad y no sabía el por qué por un momento sentí como si me observaran. Bueno, había mucha gente y yo era una mesera, eso significaba que todos me miraban para que me acercara y tomara su orden o para que les llevara la cuenta.