✰Capítulo 37✰

526 95 89
                                    

ARIADNA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ARIADNA

Había tenido una semana un poco pesada por el trabajo, el cual era más desgastante que el que tenía en España, pero tenía que seguir en él porque quería seguir ayudando con los gastos de la casa mientras viviera allí. 

Así que tenía que sacrificar algunas cosas para ello, como mis horas de sueño, mis salidas con Sofí y mi comunicación con Leone. Aunque él también pasaba bastante ocupado porque tenía dos empleos diferentes. Y en esa semana no habíamos hablado mucho. Lo notaba muy distante; aún así, no quise preguntarle qué era lo que le pasaba. 

Pensaba que tal vez era por el estrés del trabajo.

Esa mañana no tenía ningún mensaje de él como de costumbre, por eso decidí escribirle de nuevo para saber si se encontraba bien. Pero no me respondió, y su última conexión había sido el día anterior. Tampoco contestó mis llamadas. 

Eso me preocupó, así que le escribí a Lucas para que me dijese si Leone había tenido algún problema, pero no supo decirme lo que le pasaba. Ni siquiera lo había visto en el apartamento. Lo único que me quedaba era esperar, aunque al pasar las horas, mi preocupación aumentó.

No sabía por qué por un momento sentí una presión en el pecho, como si estuviese teniendo un mal presentimiento. Como ya no podía más con la angustia, opté por marcarle otra vez. Estaba por marcar su número cuando recibí una llamada de un número que no conocía. Contesté de inmediato porque pensaba que tal vez se trataba de Leone.

Me quedé congelada cuando la persona que me había llamado me estaba explicando el motivo de la llamada. 

Mi hermano había tenido un accidente en la carretera, y al parecer no iba solo. Otro chico lo acompañaba. Y ese chico no era nada menos que Leone. ¿Cómo era eso posible? ¿Por qué Leone estaba con mi hermano?, ¿y por qué nadie me había dicho nada? 

Colgué rápidamente la llamada y salí lo antes posible de la tienda donde trabajaba. Había tomado un taxi y en el camino le llamé a mi mamá para avisarle, y a Sofía le envié un mensaje para que también llegara al hospital donde los habían llevado.

Mis pulsaciones iban demasiado rápido. No me habían dado detalles sobre su estado de salud y eso me tenía muy nerviosa. Temía que hubiese pasado lo peor. Llegué al hospital media hora después y lo primero que hice fue solicitar información en la recepción. 

La enfermera solo me dijo que uno de ellos había entrado a cirugía, pero del otro no tenía mayor información. Tampoco me dijo quién de ellos era el que se encontraba en el quirófano. Tenía que esperar a que los doctores salieran y me explicaran la situación de ambos.

No podía quedarme sentada, así que mientras esperaba, caminaba en círculos por toda la sala de espera. Hasta que por fin apareció un doctor y preguntó por los familiares de Alexander Martínez.

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora