✰Capítulo 40✰

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ARIADNA

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ARIADNA

Claramente mi mamá no estuvo de acuerdo con que viajara a Italia por muchas razones, pero aun así me apoyó. Sabía lo mucho que estaba sufriendo por Leone y que esa era la única opción que tenía. Además, aunque ella no estuviese de acuerdo, yo iba a ir de todos modos. 

Al menos ya habíamos arreglado las cosas con Sofía. Ella estaba dispuesta a ayudarme con eso, sin su ayuda me hubiese sido imposible ir porque no iba a poder dejar sola a mi madre. Comenzaba a mejorar con la terapia, pero todavía le faltaba mucho para estar del todo bien.

Antes de viajar tuve que sacar todos los ahorros que tenía y también hice un préstamo porque no sabía cuánto tiempo me quedaría en ese país. Esperaba que no fuese mucho porque no logré juntar tanto dinero como esperaba. Asimismo, hablé con Fiorella para me recibiera. Nunca había viajado a Italia, así que era necesario que alguien me recogiese al llegar allá. 

Tampoco le gustó la idea, pero le advertí que con o sin su ayuda iba a hacer todo lo posible por ver a Leone.

Dos días después ya estaba lista para viajar. Fiore me había buscado un sitio para quedarme porque obviamente no podía ir a su casa. Me quedaría en el apartamento de una de sus amigas, el cual estaba cerca del campus de su universidad. Ella iba a ayudarme con la condición de que le obedeciera en todo y yo acepté. 

No podía ir al hospital donde se encontraba Leone sin que ella me acompañase, aunque supiera cómo llegar sola. Su hermana tenía que acompañarme siempre porque ella se encargaría de distraer al personal para que yo pudiese entrar a su habitación sin que nadie me viera.

Era un trato justo. Lo único que quería era verlo.

Tal como lo imaginé, mi llegada no fue tan sencilla. Me encontraba en un país que no conocía, y esta vez estaba sola. Fiore solamente me acompañó al apartamento de su amiga y me dejó allí instalada. Me prohibió que saliera a algún lugar a menos que fuera necesario. 

Agradecía que la amiga de Fiorella trabajara todo el día porque era muy difícil comunicarme con ella, no hablaba español y yo apenas había aprendido unas cuantas cosas en italiano en el tiempo que estuve con Leone.

Se acercaba navidad y año nuevo y empezaba a sentirme muy triste porque me había alejado de mi familia y no estaba cerca de Leone porque todavía no lo había podido ver. Iba a ser muy duro para mí, era la primera navidad en la que no estaría mi hermano. Y me dolía mucho, no solo por mí sino también por mi mamá y por Sofía. 

En un momento de debilidad quise correr y regresar a mi casa porque sentía que la soledad iba a acabar con la poca estabilidad emocional que tenía, y también porque no quería que mi madre tuviera otra recaída.

Pero lo pensé mejor y me dije a mí misma que tenía que ser fuerte. Si estaba ahí era porque así lo había decidido y no podía echarme para atrás. Y confiaba en que mi mamá iba a estar bien con Sofí. Tal vez no podía hacer nada para que Leone despertara como por arte de magia, pero sentía que mi presencia le haría bien. 

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora