✰Capítulo 23✰

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LEONE

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LEONE

Todo parecía tan surreal, después de tanto tiempo de querer tener algo con Ariadna, al fin lo había conseguido. 

Era inexplicable lo que sentía por ella, y cada día ese sentimiento crecía más. Siempre me correspondió y yo fui demasiado ciego para darme cuenta. Pero ahora que estábamos juntos no iba a dejarla ir jamás. Esta vez iba a hacer todo lo posible para que se quedara conmigo, no volvería a dejar que nadie me quitase al amor de mi vida. 

Bien dicen que existen dos amores en nuestra vida, el primer amor y el amor verdadero. Y Ariadna era mi amor verdadero.

Aunque ya la había conquistado, no dejé de hacer cosas por ella ni de cortejarla. Le iba a demostrar que de verdad la quería y me encantaba verla feliz, así que siempre le tenía algo preparado. Tampoco perdí los detalles con ella, y aun con cosas sencillas, Ariadna era feliz. 

Era un poco raro estar con nuestros amigos ahora que ya sabían que éramos novios, siempre supieron que nos gustábamos, pero era diferente que lo pensaran a que les demostráramos que así era. Y Sofía no paraba de molestarnos, ella siempre quiso que estuviésemos juntos, y el que terminásemos de esa manera la llenaba de orgullo. Sobre todo porque le dimos la razón.

Lucas conoció por fin a Ariadna, la llevé a nuestro apartamento al día siguiente de haber hablado. Luego de eso, él casi siempre se encontraba ahí cuando ella iba por sus clases. Aunque siempre nos quedábamos en mi habitación para más privacidad. 

Sin duda le pareció una chica muy linda, yes que en verdad lo era. Y se llevaban muy bien, Ariadna era súper amigable y hacía amistades en todos lados. Eso también me encantaba de ella, no era una chica tímida y era muy segura de sí misma.

Al menos uno de los dos sí había triunfado en el amor. Lucas y yo habíamos ido a buscar a Marta el día que acordamos, pero no dimos con ella. Y fue así durante dos semanas. Él quiso darse por vencido, pero no lo permití. No habíamos llegado tan lejos para que se rindiese tan rápido. 

La íbamos a seguir buscando, y lo haríamos hasta que la encontráramos. Por eso, lo planeamos mejor antes de ir a su casa, tal vez nos apresuramos mucho y ella sabía escabullirse muy bien, por esa razón nunca la encontrábamos.

Quedamos en que iríamos al bar que Marta solía frecuentar, ella iba a ese lugar casi todas las noches. Era un poco peligroso, pero era la única opción que nos quedaba. Debíamos ser cautelosos, no solo por ser un lugar de mala muerte, sino también para que ella no se escapara. 

Así que una noche fuimos a ese sitio después del trabajo. Si lo hacíamos el fin de semana, ella estaría alerta. No obstante, al ser un día de semana, no se esperaría que fuésemos a buscarla, y menos a un bar.

Y tuvimos suerte.

Marta se encontraba ahí, pero no estaba sola. Había un tipo con ella y parecía que discutían. No alcanzamos a escuchar lo que decían porque la música estaba muy alta. Lucas quería intervenir para defenderla. Yo no lo dejé, no podíamos acercarnos así como si nada. 

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora