Capítulo extra (2) - primera parte: confesiones

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Escena situada 4 días después de que Xander le confesó a Ariadna que estaba enamorado de Sofía.


XANDER

Desearía ser menos tímido con las chicas. Así podría decirle a Sofía que me gusta sin dudarlo tanto. Han pasado 4 días desde que hablé de esto con Ariadna, y no me he atrevido todavía a decírselo a Sofí. Estuve pensando mucho y llegué a la conclusión de que sí estoy enamorado de ella, por eso no quiero estropearlo todo. 

Quiero hacer las cosas bien, y quiero hacerlo hasta que esté seguro de ello. Leone me dio algunos consejos, pero sigue siendo difícil para mí hacer todo lo que me dijo. Creo que he repasado lo que voy a decirle a Sofía más de treinta veces, y aun así siento que durante el momento que lo haga, voy a olvidar todo y me voy a bloquear.

Esta mañana he salido a comprar flores, girasoles para ser exactos. Son sus flores favoritas. Yo también conozco sus gustos, los he memorizado casi todos. Espero que todo me salga bien, no quiero asustarla ni presionarla. 

Voy camino a su casa y siento que estoy temblando de los nervios, es algo muy tonto porque he convivido con ella muchos años, pero no puedo evitar sentirme así. Aún no le he dicho a Ariadna que voy a hacer esto ahora, tal vez lo haga más tarde. No quiero distracciones, y sé que ella va a querer controlar todo. Yo quiero mucho a mi hermana, pero a veces es muy pesada.

Estaciono el auto frente a la casa de Sofía y toco el timbre. Ojalá que se encuentre aquí porque no puedo esperar más. He dejado las flores en el auto en caso de que sea ella quien abra la puerta, no quiero que las vea todavía. Por suerte es su madre quien me abre y me invita a pasar. 

Me dice que Sofía está en su habitación y que puedo esperar en la sala mientras ella le avisa que estoy aquí. Así que aprovecho para regresar al coche y buscar las flores. Unos minutos después, su madre aparece de nuevo y me indica que puedo subir a la habitación de Sofí. Dejo las flores en la sala y camino hacia su cuarto.

Justo ahora me encuentro subiendo las escaleras y siento que me falta el aire. Creo que me estoy arrepintiendo de hacer esto. 

¿Y si mejor me voy? 

Puedo inventar una excusa y decir que se me presentó algo. Aunque eso no estaría bien, además, ya estoy aquí. No puedo echarme para atrás, no después de todo lo que ha pasado. En este instante siento que los nervios me están traicionando.

—Vamos. Tú puedes hacerlo, Xander— me doy ánimos a mí mismo.

Estoy a punto de dar media vuelta y regresar por donde vine cuando Sofía aparece en el corredor.

—Hey, hola— me saluda con una sonrisa. La sonrisa más bonita que he visto.

—Hola— le devuelvo el saludo y trago saliva.

Hoy se ve muy linda. No entiendo por qué nunca noté antes la forma de sus labios, o que tiene una lluvia de pecas sobre su nariz y mejillas. Trato de sonreír, pero creo que solo muestro incomodidad.

—Pensé que ya te habías marchado, has tardado mucho en subir— dice, y yo salgo del trance en el que me encontraba.

—Ah es que recibí una llamada y tuve que contestar— miento, y espero que se crea esa mentira.

—Oh está bien. ¿Pero no era algo importante?

—Mm no, era algo relacionado con el trabajo. Pero ya lo solucioné.

—Bien— comienza a estrujar el dobladillo de su blusa. Parece que está nerviosa, pero no creo que yo tenga algo que ver con eso.

—Em bueno, estoy aquí porque quiero pedirte una disculpa— suelto de pronto. En parte es cierto, tengo que disculparme por cómo me comporté el día de mi cumpleaños.

Estrellas de Neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora