𝑫𝒆𝒔𝒆𝒐
𝐀𝐫𝐲𝐱
Desperté con un dolor de cabeza, de cuello y de espalda fenomenal, me encontraba tirado en el suelo como si fuera la mierda del perro.
Veo la hora en el reloj y me doy cuenta que son las diez de la mañana.
Me cago en mi puta suerte.
Me levanto muy aturdido y en eso, me fijo en la habitación... Que no es mía, toco ligeramente mis brazos y me doy cuenta que estoy sin camisa. Solo un nombre aparece en mi cabeza.
Esa maldita mujer.
«Alya»
Recuerdo que ayer en la noche, entré para avisarle que nos íbamos a Milán.
Salgo del cuarto corriendo y busco entre los pasillos esa cabellera negra con delicadas ondas que me vuelven loco ¿Se habrá escapado?
No, descarto esa idea por lo inverosímil que suena... Tengo las calles y todo el puto edificio rodeado por el ejército de Padre. Si ella hubiera salido, me la habrían traído de rodillas.
¿Y si escapó con otro hombre?
No, no, no y no; ella no salió del maldito cuarto. Justamente para que nadie la viera, la tocara o tan solo respire el mismo aire que ella.
Mi corazón molesta, al pensar que está con otro hombre en su cama; mientras se desviste y se deja tocar por otro hombre.
Me detengo en seco al darme cuenta de mis propias emociones. Nunca había percibido tal posesividad en mí y mucho menos por otra persona. Lo único que me importó siempre, fue la conquista y la lealtad hacia mi destino, tal emoción banal e incomprendida para mí, como la «inseguridad» o los «celos», es totalmente ajeno a mi egoísta corazón.
Pero, el tan solo pensarla con otro...
Mierda.
Doy un golpe en la pared.
La mantuve encerrada todos estos días y nunca salió, el único que entró fue...
¡Doble mierda!
Más te vale que estés en la puta sala y llamando al puto ejército, antes de que pueda degollarte amigo mío.
Saco mi celular y marco un número.
—Comandante Crux —hablo por el celular —, le ordeno una misión de búsqueda y captura a Minerva Alya.
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NUESTRA CONDENA © COMPLETA / EN EDICIÓN
RomanceTrilogía Las palabras prohibidas - Libro I (Completo) 𝐈- 𝐂𝐮𝐚𝐥𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨 (𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫, 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫 𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫) 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨, 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬: 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨, 𝐀𝐦𝐨𝐫...