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𝐀𝐥𝐲𝐚:
RESPIRA
RESPIRA
RESPIRA
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Me rompí en un llanto inconsolable, no lo puedo evitar. Quiero ser fuerte, de hierro e indestructible. Pero solo soy restos de angustias y decepciones.
Parece que, incluso después de muerta, seguiré decepcionando a Syrma. Llegar a un final tan patético e insulso, no es justo, creo que merezco una pequeña oportunidad para vivir.
Un fétido olor inunda mis pulmones de nuevo, el cadáver que esta descomposición está tan cerca de mi cuerpo, provocándome arcadas e intentos de vomitar. Trago saliva intentando calmarme, el olor es insoportable; así que, me giro para evitar ver el cuerpo.
«No llores.»
«No llores.»
«No llores.»
Vuelvo a removerme, incómoda por el bozal que tenía en mi rostro, y cierro los ojos, suspirando cansada. No dejo de pensar que quizá esto es una derrota, y no me exigí ni lo suficiente para mantenerme viva.
Pero no puedo ceder a la locura que me acecha, no puedo rendirme, todavía no. Sé que me rescatarán, no dejé a esos chicos vivos solo por pena... Tengo que vengarme de todos aquellos que celebraron mis derrotas.
Me abrazo a mí misma, tratando de bloquear el frío de la madera. Es humillante. Igual a la primera vez que llegué aquí.
«Abrí los ojos y con confusión vi mi alrededor.
Todo estaba de cabeza.
No.
Yo estaba colgada de mis piernas con cadenas gruesas.
Traté de gritar, pero una cuerda en mi boca evitaba la posibilidad de siquiera articular una palabra. El vestido que Aryx me había puesto, estaba completamente rasgado en las piernas y dejaba ver parte de mi intimidad.
