Hola personitas, estos dos capítulos son porque hoy es mi cumpleaños y quiero que ustedes también sean parte de este día espero les guste y gracias por estar otro año conmigo.
En cuanto la clase comenzó todo el mundo se mantuvo en silencio y, a pesar de que aún había un aire frío por todos lados de alguna forma extraña había una extraña sensación en aquel salón de que varias chicas y uno que otro chico necesitaban abanicarse un poco, aunque debo decir que estaba justificada esa reacción, todo en Eclis Meyer era digno de admiración desde su fama como escritor y editor hasta su físico pero lo único que ponía una diferencia entre él y nosotros era su actitud fría que parecía como si hiciera crecer un muro de hielo impenetrable.
Al ser la primera clase no duró demasiado pero todos parecían estar pendientes en cada palabra que saliera de su boca a la vez que yo miraba la hora cada tanto.
—De acuerdo, aquí concluye la clase de hoy —cierra volteando a vernos—. No lleguen tarde mañana.
Comienzo a guardar mis cosas viendo la hora y haciendo las cuentas para saber cuánto tiempo tenía exactamente para llegar a un lugar.
—¿Te persigue la muerte? —pregunta Kris sacando un dulce de su mochila.
—Tengo que ir a ver a unas personas.
—De seguro están ansiosos de verte. Te cuidas, no regreses tan tarde.
—Está bien, tercera madre.
Acomodo los libros con una lentitud fingida esperando el momento oportuno donde ella estuviese sola pero al alzar la mirada me di cuenta de que había desaparecido y lo único que pude hacer fue suspirar con pesadez antes de ponerme el abrigo.
—Sabes que no es necesario que vengas —le gruño en cuanto pase a su lado al salir del salón—. ¿O acaso crees que no me puedo cuidar solo?
—Creo que eres un peligro en tu soledad —murmura siguiéndome—. De hecho vine a ver si realmente estabas dando tus clases.
—Que molestia.
Caminé hacia el estacionamiento quitándole el seguro a la camioneta para subir y bajar la ventana del copiloto.
—Sube.
Aiden sonríe antes de acomodarse en el asiento, ambos teníamos que ir a la editorial donde probablemente todos estuviesen un poco frenéticos por el nuevo libro que se iba a publicar además de que tenía que supervisar de que Aiden hubiera hecho un buen trabajo en mi ausencia ya que él era el segundo al mando del departamento de edición así que estuvo a cargo de revisar los manuscritos nuevos. Al llegar, me fui directo a mi escritorio notando la pila de manuscritos que estaban esperando por mí y una pila de los que habían llegado en estos días.
—Estamos trabajando los libros que les diste luz verde antes de tu viaje y ahora estamos revisando estos —explica señalando una nueva pila.
—¿Estamos cortos de personal?
—Sí, los pasantes ya se fueron hace unos días.
—¿Ya estamos en ese tiempo del año? —preguntó encendiendo la computadora—. ¿Quién reclutará este año?
—No seré yo, Meyer.
Volteo rápido notando a Tina, la jefa de mercadotecnia y quien tenía un rostro de molestia ya que era ella quien regularmente se dedicaba a preparar la convocatoria e ir a visitar las universidades a las que tenemos convenio para hacer la invitación a que realizarán su pasantía aquí y si llegaban a tener suerte, era contratados.
—Este año lo harás tú, bestseller —se acerca a mí dándome un golpe en el hombro—. Suerte con todos esos universitarios.
Se aleja con el sonido de sus tacones al chocar con el suelo a la vez que yo ponía mi segundo: Aiden...
—Juro que te lo iba a decir pero...
—¡Meyer!
Volví a gruñir antes de levantarme al escuchar esa voz llamándome y sabiendo lo que significaba así que sólo me quedo ir hacia la oficina del director y cerrando la puerta detrás de mí.
—Deberías de usar mi coche en vez de ir en esa maldita bicicleta —escuché a Jun regañándome al ver como intentaba calentarme las manos.
—Sabes que no lo hace con mala intención —interviene Kris sentándose a mi lado para ayudarme.
La verdad era que sí sabía manejar e incluso tenía mi propia licencia pero tenía problemas a la hora de entrar en el coche, podía hacer viajes cortos pero con los largos era como si sintiera que estaba encerrada además de que me costaba respirar, podía decirse que era un trauma por un accidente.
—No deberían pelear por algo así, Prometo usar el camión la próxima vez.
Aquello no les convenció demasiado pero se distrajeron en cuanto Angela entró con una charola donde se apilaban algunas rebanadas de pizza que la cafetería vendía y que ella recibía gratis porque su novio hizo amistad con el cocinero haciendo que de vez en cuando comiéramos sin necesidad de gastar un euro.
—Jun, celular —señalo antes de masticar.
Ella se levanta para ir hacia su escritorio sacando el celular de su chamarra y contestando en coreano haciendo que el resto comencemos a hacer suposiciones sobre lo que era la persona y que estaba diciendo.
—¿Apuesta inicial? —me mira Ang—. Yo inicio con que es su madre y está hablando sobre el kimchi que probablemente olvidó en Corea.
—Yo creo que es su compañera de la industria —sigue Kris con una sonrisa de seguridad.
Nuestra querida Jun podría en el mismo semestre que yo si no se hubiese tomado un año para intentar ser una idol pero por desgracia fue descartada después de 8 arduos meses aunque gracias a eso descubrió su pasión por la moda así que decidió estudiar diseño de modas aunque nunca perdió contacto con las chicas que estuvo en ese tiempo y que aún seguían en estado de trainees pero que ya era probable que debutaran.
—Está hablando con su hermano —estaba segura de mi respuesta con sólo escuchar unos segundos de lo que ella estaba hablando y ella me vieron esperando saber el motivo de mi seguridad—. Dijo oppa.
—Mi hermano está afuera —nos interrumpe Jun en alemán después de colgar para fruncir el ceño al ver como recibía 5 euros de Kris y Ang—. ¿Qué están haciendo?
—Nada —respondimos al unísono.
—Voy a ver a mi hermano pero necesito que tu vengas. Jeon quiere hablar contigo.
—¿Conmigo? ¿Por qué? —fruncí el ceño a la vez que ladeaba la cabeza con cierta confusión antes de abrir los ojos sorprendida—. ¿Acaso si va a casarse conmigo?
Tomé una sudadera poniéndomela en el camino para ir detrás de ella hasta la entrada de nuestros dormitorios donde vi que algunas chicas habían detenido su andar murmurando entre ellas a la vez que disfrutaban de la presencia de Jeon quien sólo tuvo ojos para su hermana a quien saludó en coreano y empezando una conversación que me costó seguir ya que mi conocimiento en el idioma era demasiado básico.
—Tu debes de ser Hari, ¿cierto? —me habla en alemán al verme detrás de su hermana—. Soy Jeon.
—Haru —corregí rápido y vi su rostro confuso.
—Haerin tiene un modo para reconocer quienes son cercanos o no por su apodo —le explica Jun a su confundido hermano—. Haru es para amigos y familia y Hari para los desconocidos y no tan cercanos.
Era un método que había adoptado hace unos años y que era bastante efectivo para conocer a las personas además de que algunos de la universidad ya estaban acostumbrados a escuchar como me llamaban de ambas formas.
—Quería hablar contigo porque quería presentar mi solicitud para unirme al club de danza. Riska me dijo que eso lo tenía que ver contigo.
Riska o Mariska era la líder del club pero ella sólo se encargaba de explicar los básico de nuestro club y yo, como segunda miembro era la encargada de procesar las solicitudes y sabía que los hermanos Kim eran bastantes diestros a la hora de bailar así que era claro lo que tenía que hacer.
—Nos reunimos los lunes, miércoles y jueves de 1:30 a 3 de la tarde —le sonreí extendiendo mi mano—. Así que espero verte mañana.
ESTÁS LEYENDO
Cuando escriba tu historia.
RomanceUna cafetería en Amsterdam fue donde lo vi por primera vez y aquella aura fría atrajo mi mirada imposible de quitarme la imagen de aquel sujeto, semanas después lo volvería a ver como maestro de escritura creativa en nuestra universidad con la oport...