Bostecé discretamente antes de seguir con las anotaciones sobre mi clase de derecho y viendo de reojo la pantalla de mi celular esperando que apareciera la notificación de que los resultados de mi conteo ya estaban listos. Era así en los días posteriores a mis visitas para que tomaran muestras de mi sangre y siempre me ponía nerviosa por lo que fuese a salir en ellos.
—Con esto concluimos la clase, recuerden enviar su trabajo sobre la promoción del derecho. Nos vemos el lunes.
Los alumnos se apresuraron a recoger sus cosas con bastante velocidad para poder llegar a su siguiente clase, en cambio yo me tomé mi tiempo para recoger mis cosas y salir entre las pocas personas que se habían detenido a platicar. Al entrar al salón de mi siguiente clase vi a Kris dormida sobre su mochila así que me senté a su lado evitando despertarla aunque ella lo hizo después de unos segundos.
—¿Aún no llega?
—Aún no, dormilona —respondo dejando mi celular a un lado.
—Ahora entiendo porque Jun dijo que estabas nerviosa —me mira antes de estirarse—. ¿Quieres ir por un helado al salir?
—Sabes que tengo clases.
Kris suspiró al oírme al mismo tiempo en que Eclis Meyer hacía su acto de presencia pidiendo que cerraran la puerta y dando inicio a la clase donde comenzó a hablar sobre las primeras ideas que tenía un escritor a la hora de dar inicio a una novela.
—He llegado a ver casos en que las ideas iniciales vienen en los momentos más mundanos o extraños —explica recargando la cadera en el borde del escritorio—. A uno de ellos se le ocurrió la idea de su bestseller durante una turbulencia.
Me di cuenta de que habían más estudiantes en el salón siendo la mayoría chicas que sólo habían entrado para ver a Meyer pero pude notar que todos estaban interesados en lo que él decía e incluso me hizo pensar que si él se dedicara a grabar audiolibros tendría más dinero en su bolsa y me incluía entre esas personas que lo ayudarían a tener más dinero.
—Oye Haru... ¡Haru! —escuché a Kriss susurrar pero estaba tan concentrada en mis apuntes que me sobresalte cuando ella me clavó el codo en las costillas y volteó a verla—. Teléfono.
No me tomó demasiado entender a lo que se refería cuando tomé mi celular para abrir mi correo leyendo los resultados y suspirando con alivio al ver los números.
—Parece que todo está bien —le avise con una sonrisa—. Sigue normal.
Con los resultados en niveles normales por fin pude disfrutar del resto de la clase sabiendo que tendría dos semanas sin ningún problema o necesidad de una segunda visita al hospital.
—Chicos, antes de terminar con la clase quiero dar un anuncio —lo escuche decir al tiempo en que todos comenzaban a guardar sus cosas—. Para aquellos que ya deben de realizar su pasantía, la editorial Caltes abre ciertos lugares para que puedan aprender y desarrollarse en el ámbito.
De un segundo al otro varios de los presentes se acercaron al escritorio, aunque yo también estaba interesada en ello, aún me faltaban dos semestres para poder aplicar una pasantía y al menos yo ya tenía el lugar donde lo haría.
—Los que van a aplicar llenen los formularios y yo les avisaré cuando sea el día y hora de la entrevista.
—¿Te vas a acercar?
—Aún me falta para eso, te veo al rato.
Me despedí de ella para salir del salón, a diferencia de mis compañeras de cuarto, yo había ajustado mi horario para poder tener los viernes libre y disponible a mi gusto haciendo que fuera fácil para hacer una estadía corta en otro lado y me quitaba la necesidad de tener que justificar mis faltas pero hacia que tanto los lunes como los miércoles estuviese repleta de clases así que tuve que asistir a teoría y metodología del trabajo para regresar al dormitorio y cambiar tanto mi ropa como mi mochila para algo más cómodo y tener que recorrer la universidad para poder llegar a nuestro salón de prácticas.
—Hola —saludo al entrar.
—Hola Hari —saluda Riska acercándose para abrazarme—. ¿Ya tuviste oportunidad de conocer a Jeon?
—Si, de hecho... —me interrumpo para ver mi reloj—. Ya debería de haber llegado.
—Será mejor iniciar ahora —aplaude atrayendo la atención de todos—. Comiencen a calentar.
Dejo mis cosas en una esquina y saqué de una bolsa una liga para atarme el cabello en una coleta, nuestro club de danza lo había creado Riska más que nada como un lugar para poder liberarte de todo el estrés universitario y lo único que hacíamos era improvisar algunas canciones o presentarnos en los eventos que hacía la universidad y no quedaba de más decir que éramos todo un conjunto de carreras así que habían desde ingenieros hasta periodistas.
—¡Lo siento! ¿Llegué tarde?
Todos volteamos a la puerta para ver a Jeon con una sonrisa a modo de disculpa y con el cabello revuelto.
—Para nada, llegas justo a tiempo —se apresura Riska para tomarlo del brazo y ponerlo en el centro—. Él es nuestro nuevo integrante y viene de ingeniería informática.
—Hola, soy Kim Jeon-ri —se presenta con confianza—. Pero pueden decirme Jeon.
—Bien, ahora nuestro nuevo compañero nos hará el honor de poner la coreografía del día.
—¿Qué?
Riska y yo nos volteamos a ver al notar su confusión, en el grupo se tenía la tradición para los nuevos integrantes y que era poner una coreografía con cualquier canción.
—¿No le dijiste?
—Creí que tú le dirías.
—Tú eres la líder del club. Se supone que debes de decirle eso, yo solo acepto las solicitudes después de que hablaran contigo.
—No se preocupen por eso —nos interrumpe Jeon acercándose a la computadora—. Descubrí un nuevo grupo de idols hace poco y por fortuna me sé la coreografía de una de sus canciones.
La canción comenzó a reproducirse a la vez que todos nosotros ponemos toda nuestra atención viendo los pasos hasta que la canción terminó y la pusimos de nuevo, la canción se llamaba Thanxx y era de un grupo era de 8 integrantes por lo que tuvimos que hacer cuatro equipos de tres integrantes y cuatro equipos de 2 integrantes para hacer cambios, entre todos nos ayudamos para mejorar los movimientos y que se vieran más fluidos. Para nosotros, hacer esto era demasiado divertido y hacía que la hora y media se fuera demasiado rápido.
—Con esto terminamos hoy, lo hicieron bien. Haru, necesito hablar contigo —Riska espera a que todos salgan para quedarnos solas—. ¿Cómo va todo para la fiesta de bienvenida? ¿Ya tienes preparado tu número?
La fiesta de bienvenida, era un evento que organizaba la universidad para recibir el nuevo semestre al igual que para promociones todos los club y equipos que se tenían para ver si se unían más miembros.
—No te preocupes por ello, lo tengo todo listo pero, ¿no sería mejor presentarnos con la canción de Jeon?
—Lo haremos después, lo prometo.
Sus palabras no me convencieron del todo pero decidí no darle importancia en ese momento a la vez que salía del salón con la sensación de que Riska tenía algo planeado para el club.
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Cuando escriba tu historia.
RomanceUna cafetería en Amsterdam fue donde lo vi por primera vez y aquella aura fría atrajo mi mirada imposible de quitarme la imagen de aquel sujeto, semanas después lo volvería a ver como maestro de escritura creativa en nuestra universidad con la oport...