Capítulo VIII

91 6 3
                                    

Tuve que contarle a Jun todo lo que había pasado durante la entrevista en nuestro camino de regreso y era como si estuviera haciéndola de nuevo ya responder nuevamente las preguntas que me hicieron.

—Entonces, ¿van a mandarte mensaje si te quedaste?

—O si no lo hice.

—Deberías tener un poco de fe —me sonríe entrando al estacionamiento—. Y no te estreses demasiado pensando en los resultados. Por lo que me contaste te fue bien.

—Tengo demasiado en que pensar en este momento.

—Bien, significa que no pensarás a cada hora en los resultados.

Bajé del coche sintiendo frío y esperando que pronto llegase la primavera, caminamos hacia nuestro dormitorio donde encontré a Kris y Ang, quienes habían movido los escritorios para poner algunas cobijas y almohadas además de que habían algunas latas de cerveza haciendo que volteara a verlas con una ceja levantada.

—Deja de hacer caras —me riñe Kristine lanzándome una almohada—. Tenemos refresco y jugo para ti.

No pude evitar reír, yo era la única del grupo que no tomaba ni una gota de alcohol más que nada porque era pésima tomando así que siempre tenían para mí un jugo o un refresco además de que cuando salíamos terminaba siendo el conductor designado, sólo por eso tenía mi licencia.

Lo primero que hice fue cambiarme la ropa por unas leggins y una blusa holgada para sentarme con ellas, gracias a una compra compartida teníamos un mini proyector para ver películas y series, aunque no pude concentrarme en lo que estábamos viendo ya que ellas dos también me hicieron preguntas con respecto a mi entrevista aunque bastó una advertencia parte de Jun para que dejaran de hacerlo. Pero gracias a la entrevista tenía toda la tarde libre aunque el resto tendrían que ir pronto a sus clases haciendo que su ingesta de alcohol fuera demasiado moderada.

—Ya vuelvo —habla Ang levantándose y sacudiéndose las migajas de las papas y consiguiendo que Jun y Kris comiencen a reclamar.

—¿A dónde vas?

—Aún no tienes clase —señala Kris viendo su reloj—. Faltan unos 10 minutos.

Bajo mi lata de jugo viendo la situación rápido: va a orinar —respondí con calma mientras una sonrisa burlona asomaba por mis labios.

—Dios, ¿no lo puedes decir de otra forma? —se queja Ang.

—¿Miccionar?

Las otras dos ríen al escucharme viendo a Angela meterse al baño y no pasó mucho antes de que yo también me levantara, tal vez no tenía clase pero tenía que practicar.

—¿A dónde vas a ir tú?

—Tengo que ir al salón de danza.

—¿Para la fiesta de bienvenida?

Asentí tomando un bolso pequeño para meter las zapatillas de ballet, una botella de agua y una toalla pequeña y el resto también tomó sus mochilas no sin antes recoger la basura y dejando todo en su lugar aunque tuve que reacomodar rápido mi escritorio ya que todo tenía un lugar y un orden.

—No vayas a practicar hasta morir —escuché a Kris—. Y toma esto —me extiende un paquete de pañuelos y se pasa el dedo por la nariz—. Sólo por si acaso.

—Escuché que harás el cisne negro —interrumpe Jun rápido—. ¿Tienes que usar? Puedo hacer algo rápido para el viernes.

Ella no pudo esconder su decepción al saber que ya tenía que usar ya que normalmente ella era la que hacía la mayoría de la ropa que nosotras tres usábamos más que nada por la experiencia y siempre le había gustado hacer la ropa para mis presentaciones pero esta vez no pude resistirme a hacer una compra en Amsterdam después de enterarme de que me tocaba hacer la presentación.

—Las veo al rato.

Me despido de ellas desviándome en el camino mientras sacaba las llaves para abrir la puerta del salón para dejar mis cosas junto a la mesa encendiendo la computadora para poner la música para escucharla una vez en lo que me ponía las zapatillas de ballet. El cisne negro era una pieza que había practicado más que nada por diversión en los ratos libres que tenía y sólo la había presentado una vez así que decidí darle una oportunidad para hacerlo este viernes que era cuando debía presentarme así que tenía que aprovechar estos días para mejorarlo así que me levanté, puse de nuevo la canción y tomé la posición inicial.




—No puedo creer que tengamos demasiadas solicitudes —habló Aiden impresionado.

—Eso fue porque la mayoría querían ver un poco más a tu editor —me señala con la barbilla Tina, quien estaba leyendo una solicitud.

—Sabía que tu buen rostro iba a servir de algo —sonríe el presidente orgulloso a la vez que me daba un golpe en la espalda.

Tuve que sonreír ligeramente dejando la solicitud que estaba leyendo, para hacer esto tuve que avisar de antemano la cancelación de nuestras clases ya que no estaba dispuesto a ver los rostros expectantes de mis alumnos además de que el presidente era muy meticuloso cuando teníamos que hacer esto así que revisamos las solicitudes de uno por uno dando nuestros puntos de opinión aunque ahora ya sólo era para un grupo reducido. Me quito los lentes para dejarlos sobre la mesa antes de levantarme para ir al área de descanso para prepararme una taza de café para que me mantuviera despierto por otro rato.

—¡Meyer!

Suspiro de forma pesada antes de caminar de regreso a la sala con la taza en mano notando lo cansado que estaba el resto del equipo: ¿a quienes tenemos hasta ahora? —pregunto entrando.

—Estos para pasantía y estos para auxiliar.

La primera pila eran de unas 10 personas todavía pero en la segunda sólo eran unas 4 solicitudes y tuve una enorme curiosidad de revisar sólo para ver si su nombre estaba en alguna de ellas pero cuando lo iba a tomar el director los quitó de la mesa.

—Voy a revisar estos con Tina —señala viendo a los presentes—. Ustedes ya pueden volver a su trabajo.

No pude evitar ver como Tina se levantaba con un suspiro pero era algo normal entre ellos dos al ser esposos, aunque eran una combinación verdaderamente extraña.

—Cada vez que abrimos lugares nuevos hace eso —gruñe pasando a mi lado—. Espero que tome una buena decisión.

—Los pasantes vienen a aprender así que ellos no tienen tanto problema... —habla Aiden mientras acomodaba la sala.

—La posición de auxiliar es el problema, necesitamos a alguien capacitado.

El motivo por el que estábamos solicitando auxiliar temporal era porque el chico que tenía esa posición trabajaba a tiempo completo pero con su segunda carrera tenía horarios diferentes así que tendrían que alternarse los días con la persona nueva.

—¿No era más sencillo contratar a alguien de tiempo completo?

—Como sea, supongo que tendremos a los nuevos la siguiente semana así que, ¿Aiden? —pregunta Tina atrayendo su atención—. ¿Tú darás el recorrido inicial?

Mi segundo parecía bastante emocionado por volver a ser mentor de los novatos así que yo sólo esperaba que entre los nuevos pudiera ver a esa persona de nuevo.

Cuando escriba tu historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora