No pude evitar sonreír al ver al pequeño tan entusiasmado con los dibujos que le había dado y que tenía guardados por mi trabajo con los niños del kinder así ́que agradecía que después de tanto tiempo me siguieran sirviendo para que Johann se entretuviera un poco. Técnicamente me había costado un par de segundos y una paleta de dulce para poder ganar su confianza así que ahora mismo estábamos sentados en uno de los jardínes del campo.
—¿Quieres otro dibujo? —le pregunté con una voz amigable al ver que ya había terminado y comencé a buscar entre las hojas—. Tengo un dinosaurio y un caballo, ¿cuál prefieres?
Los miró por unos segundos tratando de decidir y al final extendió su mano: estegosaurio.
—¿Te gustan los dinosaurios? —lo miré con cierta sorpresa en mi voz a la vez que le daba la hoja.
Él asintió sin siquiera levantar la mirada mientras escogía de la pila de colores que le había dado bastante concentrado en lo que hacía ajeno a todo lo que ocurría alrededor y sólo alzó la mirada ligeramente cuando Jeon se acercó a nosotros con un gesto confundido al verme.
—No sabía que tenías un hermano menor —comenta cuando estuvo lo suficientemente cerca.
—No, la última vez que revisé mi árbol familiar sólo tenía una hermana menor —le respondí con una sonrisa viendo como se sentaba junto a nosotros—. Es el hermano de Kris, me pidió que lo cuidara por el día de hoy, se llama Johann.
—¿Y tienes algún plan? —pregunta claramente curioso pero al ver que sólo me encogía de hombros suspiró—. Oye Johann, te gustaría ir al zoológico con tu tía Haru y tú nuevo tío?
Él niño pareció emocionado por sus palabras y no le tomó mucho asentir con decisión y una sonrisa en su rostro haciendo que tuviéramos que separarnos para conseguir las cosas necesarias para poder ir.
—Bien, ¿qué dejó tu hermana para nosotros? —le pregunto una vez que regresamos al dormitorio para investigar en la mochila donde había algunos dulces y jugos, juegos de ropa, un neceser y algunas cosas para entretenerse —. ¿Qué te gustaría llevarte?
Johann no parecía particularmente entretenido con el proceso de selección así que metí en una nueva mochila un par de jugos, unas gomitas además de que tuve que cambiarlo de ropa haciendo que él por fin decida cambiarse la ropa para usar una pijama de oso e incluso riéndose cuando le acomodé la gorra que tenía unas orejas de oso para después irnos hacia el estacionamiento donde nos encontramos con Jeon en el estacionamiento a lado del coche de su hermana el cual habíamos tomado prestado para poder ir al zoológico.
—La vez pasada vi una cebra —habló Johann aferrado a los hombros de Jeon cuando por fin entramos.
—¿En serio? —pregunté con una sonrisa—. Hace tiempo que no venía al zoológico.
—¿Cuánto tiempo? —Jeon parecía interesado.
—Probablemente unos 10 años —murmuré recordando que había venido con mis dos familias además de que también Brant estuvo con nosotros.
—Bueno, si algún día vas a Corea hay un lugar increíble llamado Everland. June y yo solíamos ir mucho en nuestra infancia.
—¿Podemos ir a ver a los pandas? —nos interrumpe Johann.
—Claro que sí, iremos a ver todos los animales que quieras —le comenté alegre.
Mientras caminábamos por el lugar viendo la mayoría de los animales que estaban ahí notando que ambos se estaban divirtiendo por la visita y haciendo que no pudiera evitar tomar fotos para que Kris pudiera estar tranquila de que su adorable hermanito estaba en buenas manos, quien realmente quería ver todos los animales, desde las jirafas hasta los antílopes y los grandes felinos.
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Cuando escriba tu historia.
RomanceUna cafetería en Amsterdam fue donde lo vi por primera vez y aquella aura fría atrajo mi mirada imposible de quitarme la imagen de aquel sujeto, semanas después lo volvería a ver como maestro de escritura creativa en nuestra universidad con la oport...