Ella siempre ha sido una hermosura total:
Desde su cabello ondulado, su piel suave y voz quizá un poco, sólo un poco más gruesa de lo habitual en las mujeres, hasta sus labios rosados que exigen una probada, una deliciosa probada para llevar a la adicción.
Manuel ha sido bendecido al vivir con ella, al ser consciente de su existencia antes que los demás chicos; ha sido bendecido por ser consciente de su desarrollo físico, y ser quien tuvo mucho qué ver con su mentalidad.
Ella era una cosita hermosa y chiquita que temía, y hacía lo que él pidiera para mantenerlo en calma, para no enojarlo.
Así que él escogía el juego que jugarían, el cual siempre era el de las cosquillas...
Donde Karoline es quien recibe las cosquillas,
los toques donde no debería,
los toques donde una niña no debería tener por parte de su enamorado y puberto hermano mayor.
Mientras ella se reía, él sólo gozaba de su dulce inocencia, anhelando con el pasar de los días obtener más y más. Por lo cual, su mirada lujuriosa hacia Karoline no podía ser escondida.
Tampoco podía esconder a Karoline siempre. Era una niña, y resultaba que constantemente quería salir a explorar y jugar con otros niños.
Algo que era totalmente absurdo, porque ya lo tenía a él.
Él era suficiente, suficiente, SUFICIENTE, y por esa razón obligaba a la menor a mantenerse encerrada en casa para que jugara sólo con él.
No podía tener a nadie más.
La celaba incluso con su propia madre, con su propio padre.
Y Karoline lloró una vez porque quería una galleta de las que hacía mamá pero su hermano no le permitía hablarle a ella para poder obtenerla.
—Tienes que hacerme feliz y estás enojándome, Karoline —le dijo esa vez—. Vamos a jugar ahora, y será a las cosquillas. Quítate esa camisa.
Pero sus padres llegaron a su encuentro por el llanto de la pequeña, y pronto lo notaron, se espantaron, no estaban de acuerdo con ello...
Decían que no era sano, que no era sano que sus ojos se posaran en su dulce hermanita con lo que no podía ser más que algo enfermizo.
Él no se quedó callado. Era casi un hombre, bien podía comenzar a poner los puntos sobre las íes.
Sus padres lo golpearon brutalmente cuando les dijo la verdad:
Quiero casarme con ella.
Quiero ser su todo,
Quiero ser su mundo.
Quiero ser la única persona por quien respire, y por quien muera también.
Quiero convertir su cuerpo en mío.
Su mente, su corazón; quiero que todo lo que le pertenezca me pertenezca a mí.
Quiero que me mire, y no sólo vea a su hermano mayor. Quiero que vea a un chico y gran futuro hombre que la ama y amará.
Que siempre, siempre, siempre la amará, porque ella es su todo.
Quiero tenerla sólo para mí.
Los golpes no fueron nada a comparación del dolor que surgió en su corazón cuando notó las lágrimas de desesperación en su madre.
Los golpes no fueron nada a comparación de las palabras que ella dijo tan horriblemente:
—¡No puedes desear a tu hermana!Puedes cuidarla, puedes amarla, pero no de la manera que crees que es correcta. ¡Esa manera es enferma!
Esa última frase resonó en su cabeza.
—No puedes tenerla como tuya, porque es una persona, Manuel, ella no es una pelota de fútbol, o una camiseta deportiva. Ella es una persona, no puede ser tuya como si no fuera más que un trofeo; algo sin vida que puedas tener.
Su padre agregó, mientras envolvía su mano herida en un vendaje por golpearlo:
—Si quieres que algo con vida te pertenezca, consigue a un perro, a un gato, o a una rata, de esas que llaman hamster. Hay muchos animales allí afuera buscando un dueño, Manuel. Tu hermana no es un animal, y seriamente no busca un dueño, porque ella es su propia dueña.
Los golpes no fueron nada a comparación de la cruda decepción en los ojos de ellos, como también en su interior al darse cuenta de que su real amor no era aceptado, no era comprendido.
Los golpes no fueron nada a comparación del sufrimiento de su pequeña y dulce hermana cuando recibió la noticia de que sus padres habían muerto envenenados con comida que escondía nada más que un potente veneno de rata.
A él de dolió más que varios golpes, porque sólo él era el merecedor de todas sus lágrimas.
💣
Hola~
Espero que estén bien,
y amándome ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Ahqué
¡Los hamo!
Gracias ❤️
La Lu
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Ángel, el Demonio © +21
Teen Fiction❝El dolor, se transforma en odio. El odio, creará locura... creará monstruos❞. En un mundo lleno de basura (humanos), la inocencia es destruida y retorcida cruelmente para crear víctimas que no pueden salir del oscuro hoyo que les atormenta; y...