¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo XX
Wanda no podía dar crédito a lo que acababa de oír. Natasha la miraba como a una enemiga, como a un estorbo que quitar del camino. Había dureza en su mirada, dureza que ella nunca había visto dirigida a su persona... y eso dolía. Dolía mucho saber que todo lo que había hecho por rescatarla, las noches que pasó en vela pensando en ella e imaginando los peores escenarios y que todas las lágrimas que derramó habían sido en vano. Su mente le decía que debía comprenderla. Natasha no estaba pensando por sí misma, sino que respondía a alguna especie de condicionamiento que la mantenía atada a Steve. Sabía que era así. Sabía que no debía enfadarse con ella... pero, su corazón decía otra cosa. Su corazón dolía y penaba y rabiaba, recordando a todos los que habían perdido en el camino, todo lo que habían sacrificado por nada.
─ Escucha, Natasha. Nadie te mantiene aquí contra tu voluntad...─ comenzó, pero, la mujer la detuvo con un gesto.
─ ¿Nadie, dices? Me trajeron aquí contra mi voluntad... me tienen encerrada en este cuartucho como si fuera una prisionera, observándome a través de ese espejo, vigilándome, como si fuera un peligro para ustedes... pero, no es contra mi voluntad, ¿verdad? ─ contraatacó de inmediato, ganándose otra mirada dolida de la menor.
Wanda iba a replicar, pero, la puerta del cuarto se abrió y entraron Tony, Clint y Bucky. El corazón de Natasha se saltó un latido. Clint la miraba con tal expresión de azoro, alivio y temor que no supo que hacer. Mucho menos cuando se abalanzó sobre ella y la abrazó con fuerza. Había algo en ese toque tan familiar, que la desarmó por un segundo y se permitió aferrarse a su torso, suspirando de alivio. Después de lo que había visto ese día en la Casa Blanca, luego de ver toda la destrucción causada en el antiguo refugio de los rebeldes, había pasado mucho tiempo preguntándose si él y su familia estarían bien. Ahora, podía comprobarlo al sentir la fuerza descomunal de su abrazo.
─ Me alegro tanto de verte bien, Nat... ─ murmuró el hombre contra su cabello y la pelirroja no pudo evitar la punzada de la culpa.
─ También yo me alegro de verte bien, Clint─ respondió, apartándose un momento de él para dedicarle una sonrisa triste─ ¿Laura y los niños están bien?
Él asintió y ella no pudo evitar un suspiro de alivio. Bien, al menos ellos estaban bien. Tony y Bucky la miraban ceñudos. Seguramente habían escuchado su conversación con Wanda y no estaban contentos de saber que ella quería irse, que todo el esfuerzo que habían hecho por "rescatarla", había sido en vano. Cuando Clint la soltó, la sensación de seguridad que había sentido por un momento, desapareció y volvió a ponerse en guardia, enfrentando a sus amigos con pose tensa y los labios apretados en una fila línea. Se hizo un silencio incómodo que por unos segundos y finalmente, fue Stark el que retomó la palabra,
─ Puedes irte si quieres, Natasha. Como te dijo Wanda, nosotros te detendremos ni te forzaremos a permanecer con nosotros... a veces las lealtades cambian y debemos estar junto a quien queremos, ¿no? ─ le dijo con tal intención en la voz que Natasha no pudo contener una sonrisa irónica.
