Capítulo XXVI: Please

407 65 7
                                    


Capítulo XXVI

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XXVI

Natasha sintió la insistente mirada de la doctora Zola y frunció ligeramente el ceño mientras se acomodaba la manga de la camiseta luego de que le extrajeran sangre por segunda vez en dos días. La mujer parecía más apagada de lo normal, lo que era difícil de detectar detrás de aquella máscara de profesional indiferencia que parecía ser su única expresión. La espía, sin embargo, era experta en leer a las personas y podía ver a leguas que algo estaba mal con la pequeña mujer. Se bajó de la camilla y dirigió sus pasos frente al escritorio de la doctora, sentándose y esperando a las preguntas de rutina. Durante su cautiverio, Zola había estado a cargo de ella y Natasha se había habituado a las revisiones periódicas y a los constantes exámenes. Euphemia rodeó su escritorio y se sentó frente a ella, sacando una libreta de anotaciones.

─ Supongo que sabe usted que las cosas están por complicarse, ¿no es así, fraülein? ─ preguntó, mientras escribía una serie de indicaciones en su libreta.

Natasha se tensó en su puesto, pero, terminó asintiendo.

─ ¿Es por eso que está preocupada, doctora? ¿Teme por su seguridad? ─ preguntó y Euphemia alzó la mirada, posando sus ojos lechosos en los de ella. Aquella mirada tan impenetrable le provocó un ligero estremecimiento. Al cabo de unos largos y tensos segundos, la mujer volvió su atención a la libreta.

─ No es así, fraülein. Mi seguridad está en manos de Herr Rogers y no tengo nada que temer, ¿verdad? ─ aseveró, arrancando la hoja y extendiéndosela. Natasha creyó notar una nota de sarcasmo en su voz, pero, fue tan sutil que no pudo decir con certeza si era verdad o sólo producto de su imaginación.

─ Claro...─ asintió sin mucha convicción y posó su mirada sobre los suplementos vitamínicos que le había recetado─ ¿Para qué es todo esto? ─ preguntó, curiosa.

Euphemia se reclinó en su silla y volvió a darle una de aquellas largas miradas impenetrables.

─ El tratamiento con células madres destinado a facilitar la cicatrización de la herida de su rostro ha dado muy buenos resultados. Pero, ahora necesitamos fortalecer su piel y para eso necesita consumir estos suplementos vitamínicos. Una tableta al día, sin falta. Y nada de alcohol, café, cigarrillos, ni baños demasiado calientes. Tampoco debe consumir alimentos crudos ni esas clases de pescado. Ya di aviso a la cocina, así que prepararán sus comidas de acuerdo a las indicaciones─ respondió con aquel frío tono impersonal que le imprimía a su voz cuando hablaba de su trabajo.

Natasha miró la larga lista de indicaciones y suspiró pesadamente.

─ La verdad es que la cicatriz no me molesta en lo absoluto... apenas y se nota─ dijo, ladeando el gesto.

─ Son órdenes de Herr Rogers─ murmuró, volteando hacia la pantalla de su ordenador, dando por terminada su reunión. Natasha se levantó de la silla y se fue refunfuñando entre dientes por sus repentinas restricciones. "Ni que estuviera embarazada", la escuchó decir al salir de su laboratorio.

Long live the kingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora