Capítulo XXI
Natasha permaneció unos segundos en el piso, procesando lo que pasaba. Su mente se había convertido en un nudo y las emociones amenazaban con ahogarla, atenazando su garganta como una garra cruel y fría que le robaba el aliento. Todo lo que creía cierto y puro, inamovible, de pronto se desmoronaba frente a sus ojos, tal como las paredes que amenazaban caer sobre ellos. Observó a Wanda ponerse de pie, ayudada por el sargento, mientras que la doctora encargada del ala gritaba órdenes a las enfermeras voluntarias y éstas ayudaban a los heridos y enfermos a abandonar la sala. Clint entró corriendo a la enfermería y buscó con la mirada a sus amigos.
─ ¡Rogers está aquí! Vino por ella...─ dijo, mirando un momento a Natasha, quien comenzaba a ponerse de pie, no sin dificultad. Bucky y Wanda compartieron una mirada.
─ No importa─ dijo el castaño, tensando su postura─ Ya le hemos dicho todo lo que necesitaba saber, ahora es su decisión si seguirnos o seguirlo a él. Ahora la prioridad es poner a la gente a salvo. Barton, dirige la evacuación. Todos los civiles que no estén en edad ni condiciones de pelear que aborden los trenes hacia Jersey. Los demás, a las armas─ el arquero asintió con un breve gesto y le dirigió una última mirada a la que fuera su mejor amiga.
Natasha sintió sus ojos sobre ella, pero, no le correspondió la mirada. No se sentía capaz, no cuando estaba tan confundida, que no sabía qué haría. La pequeña mano de Wanda se posó sobre su hombro y la pelirroja alzó su mirada contrita hacia ella, dejando escapar un suspiro.
─ Es tu decisión, Natasha─ le dijo perentoriamente, antes de salir corriendo detrás del sargento.
Los pesados pasos de las botas del Emperador se hicieron notar en la explanada que llevaba a la entrada del refugio de los rebeldes. Tras él, sus hombres avanzaban a paso lento, cauteloso, con las armas en ristre: aún recordaban lo que había pasado en el ataque anterior y nadie volvería a bajar la guardia ante ellos. Steve, por su parte, llevaba el escudo colgando de su brazo descuidadamente, como si no le preocupara en lo absoluto encontrarse rodeado de enemigos. Sin embargo, sus ojos permanecían bien abiertos, atentos a cualquier movimiento. Sabía que tenía la ventaja numérica, sabía que estaba mejor armado y que los había cogido por sorpresa, pero, no se confiaba en lo absoluto. Los rebeldes contaban entre sus filas con algunos de los seres más poderosos de la tierra y todos lo odiaban.
Profundamente.
Había dado la orden de que nadie atacara, no hasta que él diera la orden expresa. El misil que habían lanzado antes había sido sólo una manera poco sutil de llamar la atención, ya que la verdad era que no tenía intenciones de atacar con todo su poderío. Al menos, no mientras Natasha estuviera ahí. Ya luego tendría tiempo de aplastar a aquellas cucarachas, pero, por ahora, sólo le interesaba recuperar lo que era suyo. Caminó hacia las escaleras que llevaban a la estación de metro y no se sorprendió cuando Tony Stark, Pepper Stark y James Rhodes le salieron al encuentro, equipados con sus armaduras mientras, tras ellos, la gente corría, buscando refugio bajo tierra.
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Long live the king
Fanfiction"A veces, la decisión más difícil es hacer lo correcto".