Capítulo XI
"Para ti soy un villano, para los demás seré un héroe", había dicho Steve y sus palabras se repetían en su cabeza una y otra vez, como un mantra. Había pasado la noche en vela, pensando en eso. ¿Cómo podía ser un héroe un hombre que había jugado con los sentimientos de todas las personas que lo querían? ¿Un hombre que había asesinado a sus amigos? ¿Cómo había podido fingir todo ese tiempo? ¿Los habría engañado desde el principio? No entendía cómo no había sido capaz de verlo, de leerlo. Ella, que se jactaba de ser capaz de estudiar a cualquier persona ahora se encontraba completamente confundida frente a un hombre al que creyó conocer como la palma de su mano. Steve siempre había parecido tan abierto, tan transparente. Se leía sincero, sus ojos claros parecían no esconder nada. Todo lo que decía apestaba a verdad.
Incluso ahora.
Cada palabra que salía de sus labios, por más terrible y espantosa que fuera, sonaba a verdad. Y ella lo sabía, en el fondo de su alma lo sabía: él tenía razón. Escuchó una especie de conmoción fuera y se levantó de la cama, mareada aún. Se acercó a la ventana y se encontró con una vista que nunca antes imaginó ver: estaba en la Casa Blanca. Su habitación daba hacia el balcón principal al estar en una de las alas laterales del edificio. Fuera de las enormes rejas que rodeaban el palacete, se agolpaba una multitud. Decenas de miles de personas se agolpaban en la avenida, intentando acercarse más al edificio. Desde esa distancia podía ver las pantallas gigantes que habían instalado a ambos lados de la calle, para que nadie se perdiera lo que estaba a punto de pasar.
Tres reflectores gigantes, ubicados sobre el césped de la entrada daban hacia el balcón, iluminándolo con un halo que parecía casi místico. Dos estandartes enormes flanqueaban el balcón y, de pronto, los aplausos la ensordecieron. Steve salió al balcón, ataviado con un uniforme de corte militar enteramente negro, con pequeños detalles en rojo y sus condecoraciones al pecho. Llevaba una gorra en la cabeza y el cabello le caía sobre uno de sus ojos, haciéndolo ver condenadamente atractivo. Natasha lo observó sonreírle a la concurrencia y sus ojos escarlatas se posaron un segundo sobre su ventana antes de voltearse a la multitud. Él sabía que ella estaba observándolo y algo le dijo que lo hacía para ella.
Steve alzó una mano enguantada y los aplausos cesaron como por arte de magia. Decenas de miles de personas guardaron silencio y él se acercó a los micrófonos que tenían preparados para él con una sonrisa amplia, brillante. Sincera.
⸺ Queridos compatriotas⸺ su voz sonaba clara, firme, cálida y no había perdido la sonrisa. Sin embargo, los hombres armados a su espalda, los que colmaban el techo del edificio y los que contenían a la multitud daban el mensaje contrario. En medio de tanta seguridad, de la amenaza velada, él se erguía como una luz, como un refugio. Y Natasha lo comprendió: "Para ellos seré un héroe"⸺ Hoy traigo buenas nuevas para el pueblo de esta nación y para el mundo... HYDRA ha caído⸺ la gente prorrumpió en vítores y Natasha sintió un estremecimiento al notar que los estandartes que rodeaban el balcón no tenían la calavera de HYDRA, sino una estrella blanca rodeada de dos aros rojos, en un fondo negro: el símbolo de Steve.
⸺ Por Dios...⸺ susurró, mirándolo alzar la mano nuevamente para llamar al silencio. Él había ganado.
⸺ Aquellos que los atormentaron, que lastimaron a sus hijos, que les arrebataron a sus seres queridos con crueldad se han ido. Hoy comienza una nueva era, una era de paz y justicia⸺ Steve se acercó más al podio y recargó sus manos sobre él, acercándose a los micrófonos. Su voz se volvió más baja, más personal⸺ Ustedes me conocen. Saben quién soy y saben cuál es mi propósito en la vida. Yo sólo deseo la grandeza de este país y la paz para el mundo. Juntos, ustedes y yo, podemos lograrlo. Juntos, podemos avanzar hacia el futuro, hacia un futuro mejor en el que los fuertes no lastimarán a los débiles, sino que los protegerán. Un mundo en el que la injusticia desaparecerá. Un mundo al que yo pienso dirigir. Tomaré sobre mis hombros la responsabilidad de este gobierno y de su futuro⸺ la gente volvió a aplaudir y Steve se alzó cuan alto era, mirándolos ahora con severidad⸺ Quedarán aún algunos que se opongan a mi régimen. Rebeldes que sólo quieren ver este mundo destruido, que no comprenden que se necesita derribar todo lo establecido para construir algo nuevo, algo hermoso. Gente que se niega al cambio. Y gente que será destruida⸺ el hombre alzó una mano hacia su costado derecho y en una pantalla enorme se transmitió el video del bombardeo a las instalaciones secretas de los rebeldes.
Natasha se llevó las manos a la boca, conteniendo un grito. Todo había sido destruido. Todo. Sollozó sin poder evitarlo y retrocedió un paso, temblando de pies a cabeza. En el video se había omitido, por supuesto, el contraataque de Wanda. Todo lo que se veía era la destrucción total del que había sido su hogar.
⸺ No toleraré la existencia de nadie que atente contra la paz. Nos merecemos esta paz. Nos merecemos el futuro. Yo, juro solemnemente que los llevaré a ese futuro. Ya no deben tener miedo. No teman por el mañana, no teman por sus hijos... este mundo es nuestro y vamos a hacer de él un mejor lugar⸺ con eso, se cerró su discurso y los aplausos se escucharon a kilómetros a la redonda. Natasha observó a la multitud. A nadie parecía importarle lo que habían visto, miraban a Steve como si fuese un dios... la gente lloraba y aplaudía y gritaba sin control. Era como si estuvieran bajo una especie de encanto, como si los hubieran condicionado para adorar a Steve.
Lo que ella no sabía era que eso era precisamente lo que Steve había estado haciendo todo ese tiempo, usando la violencia de los soldados de HYDRA para aterrorizar a la gente bajo sus órdenes y luego, acudir él como un faro de esperanza a derrotar a los malvados. Los hombres de Steve habían bombardeado escuelas y hospitales, secuestrado a algunos y ejecutado a otros frente a la multitud. Él les había ofrecido el horror y luego, la esperanza. Personalmente, se ocupó de las ejecuciones públicas de los asesinos que él mismo había enviado. Convirtió a HYDRA en el enemigo y él se irguió como el héroe de la nación. Y ahora era un dios.
Natasha se dejó caer por la pared hasta el suelo, abrazando sus rodillas. Las lágrimas corrieron por sus mejillas, empapando el parche que cubría su ojo herido. La sal de sus lágrimas la lastimaba, pero, no le importaba. Pensó en toda la gente que había vivido en ese bunker, en los niños, en los voluntarios, en los chicos idealistas que habían peleado junto a ellos, a pesar de que aún no cumplían ni siquiera los veinte años. Pensó en Wanda y en Bucky, en Tony y Pepper, en Rhodey y María y Clint...pensó en su familia. Ya no tenía nada ahí fuera, lo había perdido todo. Era la última de los Avengers. Y, como tal, era su deber acabar con Steve Rogers.
Esperó largo rato, tranquila, a que él la fuera a buscar. Steve atravesó la puerta, ya libre del uniforme. Vestía ahora una sencilla camiseta y pantalones deportivos. La miró sentada en el suelo y suspiró, estirando una mano hacia ella para ayudarla a ponerse de pie. La pelirroja apartó la mirada, negándose a tomar su mano.
⸺ Supongo que lo viste todo, ¿no? ⸺ preguntó él con voz cansada, como si aquello hubiera sido algo inevitable.
⸺ Lo hiciste para mí, ¿cómo no verlo? ⸺ respondió poniéndose de pie y enfrentándolo con rabia en los ojos. Habría dado cualquier cosa por matarlo en ese mismo momento, pero, sabía que no era lo mejor. Tenía que encontrar el momento justo.
⸺ Yo no quise hacerlo, Natasha. Era necesario... no creas que no me dolió...
⸺ ¿Dolerte a ti? ¿Al que le rompió el cuello a uno de sus mejores amigos sin pestañear? Yo te vi, Steve... tenías razón sobre algo. Ellos te ven como un héroe. Pero, en realidad, eres un monstruo...⸺Steve retrocedió un paso, como si sus palabras le hubiesen dolido y se dirigió de regreso a la puerta. Tomó el picaporte y soltó un suspiro, girándose levemente hacia ella. Natasha lo observó y, por un segundo, sus ojos le recordaron a los del antiguo Steve.
⸺ Quizás, algún día, te darás cuenta de que los monstruos también tienen pesadillas...
ESTÁS LEYENDO
Long live the king
Fanfiction"A veces, la decisión más difícil es hacer lo correcto".