—Tamayo-san— el mayor de los Kamado llamó a la mujer una vez entramos a lo que, hacía un par de horas, era un consultorio médico muy bien equipado—. ¿Yushiro-san?— preguntó un tanto confundido al no encontrarlos.
—Estamos aquí— dijo el peliverde, lo que nos impulso a seguir su voz hacia otra puerta a medio cerrar—. No es necesario que vengáis. Pero si queréis venir, podéis bajar.
—¡Yushiro!— dijo a modo de regaño Tamayo.
—Era broma— se corrigió rápidamente, sacándome una leve risa.
—No le hagáis caso, podéis bajar Tanjiro-san, ___.
Bajamos las escaleras con cuidado (sobre todo para el pelirroja y sus heridas), llegando a un pequeño sótano levemente iluminado donde estaban resguardados. Siendo el pelirrojo inmediatamente abrazodo por su hermana.
—Nos fuimos hacia el sótano antes de que amaneciera— nos informó Tamayo en cuanto nos vio.
—¿Nezuko?— preguntó confundido cuando su hermana se separó de él. Volviendo a correr hacia ambos demonios, abrazando a Tamayo.
—¡Aléjate de Tamayo-sama! ¡Eso es una grosería!— gritó el peliverde con el ceño fruncido.
—Basta, Yushiro. No seas así— le reclamó la mujer—. No me importa.
—Sí— sonrió emocionado ante la respuesta que le había dado, mirándola con un leve sonrojo.
Nezuko cerró los ojos con una sonrisa, girándose para acariciar el cabello de Yushiro. Y al notar su gesto entre avergonzado y molesto, quedando paralizado durante unos cuantos segundos, lo que me hizo acercarme e imitar a la ojirosa.
—¿¡Qué creéis que hacéis!?— gritó mientras apartaba la mano de la menor molesto. Mientras que a mí me empujaba sin mucha fuerza, señalándome con una mueca—. ¿¡Y tú cuando has llegado aquí!?
—Ahora mismo Yushiro— reí levemente, acercando nuevamente mi mano a su cabeza. El cual esquivo retrocediendo un paso—. Oh, vamos Yushiro, deja de ser tan tierno, ambos sabemos que quieres mimos, ¿verdad que sí? ¿Acaso estás celoso porque no los estabas recibiendo?
—¡No soy tierno!— reclamó sonrojado—. ¡Y no estoy celoso! ¡No quiero tus... mismo!
—Ya ya, claro— dije con una sonrisa con los ojos cerrados.
—Esto, Tanjiro-san— dijo la mujer—. Nezuko-san ha estado actuando de esta manera desde que terminó la pelea. ¿Eso está bien?— mencionó un tanto confundida.
—Ah, no se preocupen por eso, no es nada preocupante— dijo con tranquilidad con una pequeña sonrisa—. Supongo que cree que sois alguien de nuestra familia.
—¡Parad!—gruñó el peliverde, apartando nuestras manos una vez más. Sosteniendo mi muñeca para que no pudiera continuar peinando su cabello.
—Venga, déjate querer Yushiro— sonreí con inocencia mientras forcejeaba un poco con él para continuar con los mimos.
—Nezuko os considera humanos— miré de reojo al pelirrojo, deteniendo mis forcejeos con el peliverde—. Por eso os defendió allí fuera— Nezuko se apresuró a abrazar a Tamayo—. No me gusta la sugestión que le impusieron a Nezuko, pero me alegra que conserve un poco de su...— miramos a la de kimono floreado, la cual tenía los ojos lloroso—. ¡Nezuko, sepárate! ¡Estás siendo muy irrespetuosa con Tamayo-san!— negué con la cabeza, dándole a entender a Tanjiro que no se tenía que preocupar por nada.
Di los dos pasos que me separaban de la mujer de cabellos negros, posando mi mano sobre su espalda, masajeándola levemente en un intento de reconfortarla.
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Kitsune [Kimetsu no Yaiba]
Fanfiction-Allí está ___- murmuró uno de los cazadores en el oído de su compañero. -Es muy bonita- respondió-. ¿Qué esconderá debajo de la máscara? -Seguro que tiene un fea cicatriz y le da vergüenza que alguien se la vea- rió mientras su compañero asentía dá...