—Hey, chicos, estoy de vuelta— dije mientras me asomaba al interior de la puerta con una sonrisa—. ¿Qué tal... estáis?— mi tono alegre se apagó de golpe al notar las auras oscuras provenientes de Zenitsu e Inosuke. Adentrándome al cuarto con confusión—. ¿Estáis bien?
—¡___-chan!— el pesimismo abandonó de golpe el cuerpo del rubio, volviéndose un aura rosada, desconcertando levemente al Hashibira, quien se apresuró a sentarse en la cama mientras colocaba su máscara—. ¡Te he extrañado mucho ___!— prácticamente saltó de su cama, quedando de rosillas en el suelo, abrazando mi cintura con pequeñas lagrimas amenazando con salir de sus ojos—. No sabes lo feliz que pone volver a verte— murmuró, haciendo más fuerte el agarre.
—Ya estoy aquí Zenitsu— dije algo confundida por su actitud, separando sus brazos de mí cuerpo, ofreciéndole mi mano para que volviera a ponerse en pie—. Yo también te he extrañado— sus ojos ambarinos dejaron salir un par de lágrimas mientras sus mejillas se coloreaban—. Pero ya estoy aquí— estaba vez se colgó de mí cuello, escondiendo su rostro en este—. Pasemos un buen rato, ¿sí?— acaricié su cabello, intentando consolarlo.
¿Qué es lo que había ocurrido? A penas había estado una semana lejos de ellos.
—___— una voz familiar sonó desde la puerta, encontrándome a cierto pelirrojo con sonrisa amable y dulce—. Bienvenida— me giré por completo hacia él con algo de dificultad (pues tener el peso de cierto cazador con el aliento del rayo no me ayudaba). Escaneando a Tanjiro, mientras mi sonrisa se ensanchaba—. ¿Ocurre algo?— cuestionó confundido.
—No es nada Tanjiro, nada de lo que tengas que preocuparte al menos— estiré mi brazo hacia su cabeza, despeinando sus mechones rojizos—. Es solo que te has vuelto más fuerte— sus mejillas se colorearon un poco mientras dirigía su mirada hacia el suelo.
—¿Tan obvio es?— reí levemente.
—Para mí sí— dije con cierta obviedad, notando como el rubio refunfuñaba algo contra mi ropa, en busca de algo de atención. Era como un niño pequeño—. Sigue esforzándote de esta manera, conseguirás grandes cosas. Conseguirás todo lo que te propongas— aseguré, bajando la mano hacia su mejilla, fijando mis iris momentáneamente en la cicatriz de su frente—. Confía en mí, conseguirás sanar a Nezuko— cerró los ojos avergonzado, aceptando la suave caricia que le había proporcionado en la mejilla con mi pulgar.
Dirigí la mirada hacia el último integrante del lugar, quien parecía querer permanecer al margen de nuestra conversación a pesar de tener una personalidad demasiado energética y ruidosa.
—¿Inosuke?— pregunté confundida, con una de mis cejas arqueada. El nombrado ni si quiera se molestó en levantar la mirada—. ¿Le ocurre algo?— pregunté hacia los otros dos cazadores, quienes también negaron confundidos.
Y tras unos segundos de completo silencio, las fosas nasales de su máscara expulsaron una gran cantidad de un humo bastante denso, lanzando al aire un grito frustrado y furioso, poniéndose en pie de un salto repentino.
—Está a la perfección— aseguré en un susurro para mí misma con una sonrisa tensa.
Aoi ya me había comentado tras verme en la puerta que, tras haberse recuperado por completo, habían vuelto a hacer escandalo, aunque bien era cierto rubio se había contenido y apenas le incordiaba. El problema era cierto cazador con el aliento de la bestia.
—¡Monitsu! ¡Pienso acabar contigo!— gritó mientras se preparaba para correr en nuestra dirección.
El rubio se estremeció ante las palabras de Inosuke, separándose y huyendo lejos del pelinegro para poder ponerse tras el pelirrojo, resguardándose con temor mientras temblaba levemente.
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Kitsune [Kimetsu no Yaiba]
Fanfiction-Allí está ___- murmuró uno de los cazadores en el oído de su compañero. -Es muy bonita- respondió-. ¿Qué esconderá debajo de la máscara? -Seguro que tiene un fea cicatriz y le da vergüenza que alguien se la vea- rió mientras su compañero asentía dá...