—¿Dónde está mamá?— preguntó el mayor de los hermanos en un susurro, posando una mano sobre los cabello castaños de la niña en un vano intento de tranquilizarla al verla tan nerviosa, intentando encogerse en su lugar—. ¿No ha vuelto aun?— negó con la cabeza.
—Todavía no ha subido del pueblo— murmuró, intentando hacer más pequeña en su lugar. Siguiendo con la mirada al mayor de ambos hermanos, observando como dejaba la leña en un rincón de la habitación—. Está tardando más de lo habitual, ¿le habrá pasado algo?
—Se habrá entretenido hablando con alguien mientras compra, no te preocupes.
—No tengo un buen presentimiento— el mayor la observó de reojo mientras se estiraba, intentando eliminar la tensión de sus hombros—. Algo no va bien— se miraron a los ojos—. Tú también lo sientes, ¿verdad que sí?— asintió tras unos segundos de duda.
Ambos tenían la misma sensación recorriendo sus cuerpo, de que algo malo iba a pasar -o incluso que ya había pasado-. La noche había llegado con bastante más rapidez de lo que pensaban aun si el invierno no tardaría en entrar al lugar.
Volviendo su atención rápidamente hacia el pasillo al escuchar pasos dirigiéndose en su dirección, poniendo los pelos de punta a ambos chicos mientras el miedo comenzaba a invadirlos lentamente.
Eran dos pares de pasos que conocían a la perfección, y ninguno de ellos pertenecían a su progenitora. Porque habían llegado a un punto en el que podían distinguir a quien le pertenecían los pasos a pesar de que a penas hacían ruido.
La pequeña ___ de a penas de nueve años se removió en su lugar con el pánico inundándola cuando las dos figuras aparecieron en la puerta. Corriendo rápidamente para esconderse tras su hermano, aferrándose a su ropa con todas sus fuerzas mientras contenía las ganas de llorar.
Ambos hombres clavaron la mirada en ambos niños, ignorando la mala mirada que le daba el mayor a pesar de que se sentía pequeño frente a esos dos, con miedo a lo que pudiera pasar a continuación.
—Cariño, tenemos que hablar con ___. Así que ven conmigo, es un tema bastante importante para nosotros— dijo el progenitor de ambos niños con una sonrisa paternal mientras se colocaba frente al otro hombre—. No tienes porque estar tan asustada, ya sabes que no vamos a hacer nada. Solo será una pequeña charla con papá.
—Tú ya no puedes considerarte nuestro padre, no haces más que dañar a tus hijos. Así que deja de llamarte de esa manera— respondió con seriedad el mayor, retrocediendo un paso—. Me das asco. Ya no eres nada para nosotros.
—Vete— ordenó el varón de ojos rojizos—. Yo me encargo de todo.
El progenitor de ambos niños asintió ante esa orden, y sin importarle nada de lo que pudiera pasarles a los dos niños al no estar presentes, se alejó sin tan si quiera mirar hacia atrás saliendo de la casa unos segundos después.
—Ven aquí de una vez— gruñó, dando un paso hacia ambos niños—. No tengo toda la jodida noche para ti.
—Eres un imbécil que solo se está aprovechando de nuestra familia. Que solo logró engañar a nuestro padre— gruñó mientras daba un paso hacia el frente, intentando hacer distancia entre la menor y el demonio—. Déjanos a mi hermana y a mí en paz— ordenó, haciendo un movimiento rápido para ocultar las vedas bajo las mangas de su camisa—. Nosotros no te hemos hecho nada, no somos importantes para ti. Ni si quiera sabes que hacer con nosotros para conseguir lo que sea que quieres.
—¿Acaso crees que lo que tú me digas me importa?— respondió con el ceño fruncido, poniéndose a apenas un paso de él, mirándolo con desdén—. Me da igual tú y tu maldita familia.
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Kitsune [Kimetsu no Yaiba]
Fanfiction-Allí está ___- murmuró uno de los cazadores en el oído de su compañero. -Es muy bonita- respondió-. ¿Qué esconderá debajo de la máscara? -Seguro que tiene un fea cicatriz y le da vergüenza que alguien se la vea- rió mientras su compañero asentía dá...