—Saldré un rato Amane— sonreí con timidez, conteniendo las ganas de esconder lo poco que dejaba libre de mí rostro bajo el cuello del uniforme.
Seguía estando terriblemente avergonzada por lo que había pasado en la madrugada (y la culpa por haber sido tan despistada seguía pululando por mí cabeza de vez en cuando, aun si me había decidido a ignorar esos pensamientos). Pero, al final, ambas habíamos llegado a un acuerdo silencioso de no sacar nunca más el tema. Al menos hasta que yo no estuviera preparada, y me sentía muy agradecida con la albina por eso.
Había pasado tanto tiempo desde la última vez que me vieron y sentí tan vulnerable.
—___, ¿de verdad que esta vez no te irás?
Entendía bien su preocupación. Sabía que cuando las cosas me superaban en algún sentido, mí tendencia a huir para poder enfriar mí cabeza y desaparecer por un largo tiempo, aunque eso no era del todo mí culpa, hacía bastante tiempo que había perdido la noción del tiempo cuando estaba sola.
—No prometo nada— una ligera mueca de inconformidad se instauró en su rostro—. Pero mientras sea una pilar, obedeceré las ordenes de Kagaya, así que puedes confiar en mí, no me iré en un largo tiempo.
Diez meses. En diez meses volvería a mi solitaria rutina.
—Está bien ___, tienes mí confianza en ti— caminó los dos pasos que nos separaban, posando su mano sobre mí hombro con delicadeza, dando un ligero apretón—. Pero tengo una condición— ladeé la cabeza levemente confundida—. Llega antes del anochecer, quiero que estés presente en la cena.
—Lo estaré. No quiero perderme tú deliciosa comida— canturreé levemente con una sonrisa.
Cada día que pasaba, todo en este lugar se volvía más cálido. Todo esto cada vez me recordaba a esos primeros momento de mí infancia, pero seguía sin poder hablar.
—No vemos más tarde Amane.
—Eso espero ___, eso espero.
Salí de la casa tras ponerme las botas a toda prisa, mirando a ambos lados del camino dudando sobre cual de estos debía tomar para ir a la siguiente finca sin previo aviso, muy probablemente perdiéndome entre los pequeños desvíos que te adentraban al bosque.
Hela seguía enfadada conmigo (y probablemente eso iba a continuar de esa manera hasta dentro de un par de días), y nadie parecía dispuesto a guiarme por el gran entramado de caminos, principalmente porque estaba completamente vacío.
—Ya que— murmuré rendida, comenzando a caminar en dirección contraria a la que había tomado la mañana anterior, sin haber ideado el más mínimo plan antes.
Con un poco de suerte (cosa que parecía escasear últimamente en mí miserable vida), me acabaría cruzando con algún alma caritativa que pudiera ayudarme a llegar a cualquiera de mis posibles destinos.
—Andando ___, eso es lo que te toca hoy también— suspiré pesadamente. En cierta manera, estaba tan acostumbrada a hablar sola, que no me preocupaba que alguien más pudiera oírme—. Y muy probablemente lo que tengas que hacer el resto de la semana.
No estaba demasiado animada de que eso último se cumpliera.
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Kitsune [Kimetsu no Yaiba]
Fanfiction-Allí está ___- murmuró uno de los cazadores en el oído de su compañero. -Es muy bonita- respondió-. ¿Qué esconderá debajo de la máscara? -Seguro que tiene un fea cicatriz y le da vergüenza que alguien se la vea- rió mientras su compañero asentía dá...