~Autumm~

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Una pequeña niña de cabellos castaños por debajo de los hombros, bastante alborotados con alguna que otra hoja y rama enredadas entre sus mechones se detuvo en seco, derrapando levemente en la tierra suelta, deteniéndose en seco en medio del bosque.

Su corazón latía de manera nerviosa contra sus costillas, oprimiendo sus pulmones, mientras que un horrible nudo en su garganta no ayuda en recuperar el aire perdido ni en regular su respiración, cada vez más pesada y corta.

Su mirada se dirigió rápidamente tras su espalda tras dejar de escuchar los pasos de la persona que debía estar siguiéndola. Sintiendo como todo su cuerpo temblaba con violencia al solo encontrarse con las llamas rojizas que se acercaban a su cuerpo con lentitud, pasando de árbol en árbol sin ningún tipo de prisa. Formando una oscura y espesa humareda que comenzaba a oscurecer aún más el cielo nocturno de luna menguante.

Un humo tan pesado que cada segundo que pasaba dificultaba aun más su respiración, entorpeciendo su visión debido al ardor que le provocaba en estos.

—¿Hermano?— murmuró en un tono bajo y nervioso, sintiendo como su boca se secaba de golpe al no recibir ninguna respuesta.

Sus pasos comenzaron a llevarle lentamente de vuelta a las llamas en contra de la voluntad de sus instintos primarios.

Solo pensaba en encontrarlo. No podía irse de este lugar sin él.

Se lo había prometido, y él le había dicho que no podía romper su promesa.

—Esto no es gracioso, no es momento para jugar— dijo con voz temblorosa, abrazándose a si misma de manera nerviosa, intentando hacerse más pequeña para que las chispas no pudieran alcanzarla.

No quería volver a ese lugar que había terminando siendo un infierno en la tierra en apenas una noche (y no solo por la presencia del fuego), pero si su hermano no estaba cerca, solo podía significar que algo malo estaba pasándole.

Los animales pasaban a su lado sin prestarle atención, cosa que le extraño debido al odio que estos tenían hacia ella aunque no llegó a prestarle demasiada atención, corriendo desesperados en dirección contraria, intentando escapar de las cegadoras llamaradas de distintos tonos de rojo y naranja.

—¡Hermano!— gritó en un jadeo alto, mientras que el fuego de su alrededor se hacía más violento amenazando con quemarla, emitiendo cada vez más calor—. ¿¡Dónde estás!?

Sus ojos se desplazaron rápidamente hacia arriba ante el fuerte crujido que venía en esa dirección, cayendo al suelo de culo al ver con una mueca de horror como un enorme árbol se precipitaba hacia ella, consumido por las llamas. Aterrizando sobre la tierra a apenas un par de pasos de su delgado y pequeño cuerpo.

—¿¡Qué haces aquí!?— gritó la conocida voz de su familiar.

Se apresuró a levantarse, ignorando completamente su adolorido cuerpo que pedía un descanso, mirando con ojos brillosos por las lagrimas y las llamas de su alrededor a su hermano mayor, el cual caminaba en su dirección con pasos irregulares y lentos en su dirección.

Estaba herido, lo sabía bien porque ella también lo estaba aun si había fingido que no le dolía tanto gracias a la sensación anestésica que le proporcionaba la adrenalina.

—Corre. Tienes que correr— ordenó con firmeza—. Debes de escapar de este lugar cuanto antes, no podemos dejar que...

—¡No pienso irme sin ti!— gritó la menor tozudamente, interrumpiendo las palabras del mayor, teniendo que cubrir su rostro como acto reflejo debido al chispazo que dio las llamas cercanas a su cuerpo—. Espera allí, ¡ni se te ocurra moverte ni un solo centímetro— advirtió con el ceño fruncido—. ¡Iré a por tu y te ayudaré llegar al pueblo, seguro que él puede ayudarte!— dijo con una sonrisa esperanzada al recordar a su amigo, aun sí tenía que seguir aguantando las lagrimas en sus ojos para que no escaparan—. Podremos salir de esta juntos, lo prometimos.

Kitsune [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora