"Recuerdo la vez que te vi por primera vez, yo intentaba poner mi mirada en otro lugar y no en ti. No éramos nada y ni siquiera habíamos hablado, solo sabíamos que existíamos, que estábamos ahí compartiendo el mismo aire y la misma colonia porque si, éramos vecinos y jamás compartimos nada hasta ese momento que nuestros ojos se conectaron y por mi cuerpo pasaron tantas cosas. Una corriente eléctrica que paso desde mi espina dorsal hasta mis pies e hizo que mis piernas temblaran poniendo a prueba mi postura, y justo cuando intentaba no caerme de culo al piso por mi mente pasó fugazmente un recuerdo vago que no sabía que tenía... Estábamos tú y yo con nuestros amigos en común en el cuartito detrás del escenario, ¿lo recuerdas? Probablemente no, eres muy despistado y olvidadizo, pero sé que estábamos ahí los dos y yo le cerré la puerta a mi primo -un bueno amigo tuyo por cierto, ¿por qué me haces más difícil olvidarte?. Mi tía te dijo que porque lo hiciste y tu dijiste que fui yo, dijiste mi nombre y justo en ese momento en que el café de tus ojos hacía contacto con el café de los míos recordé el sentimiento de nerviosismo que causaron en mí tus palabras ese día ¿acaso siempre tuviste ese poder sobre mí?"
Ese poder tan fuerte que en este mismo momento quiero que recorra todo mi cuerpo y llegue a mi puño porque estoy en frente del tarado de mi jefe que lo único que sabe es estar de amargado y mandarme trabajo extra, y si yo soy amargada pero sonrió un poco.
Él también lo hace solo que no contigo
Tú cállate.
-¿Me está escuchando señorita López?- hablo con su peculiaridad y temible seriedad, torciendo un poco su boca demostrando que se estaba desesperando por mi repentino silencio.
No me juzguen, que después de casi 6 meses trabajando aquí jamás había tenido algún contacto con él, y justo cuando nuestras miradas se encontraron recordé al amor de mi vida -o a quien imaginaba que era el amor de mi vida- y quedé paralizada, congelada y hasta el momento sigo en mi lugar viendo esa cara de adonis que mi jefe tenía.
Haz algo, estás quedando como idiota y te quedaras sin trabajo.
Por primera vez concuerdo, no podía quedarme sin trabajo, necesitaba el ingreso ya que ser una pueblerina extranjera en esta ciudad enorme necesitaba tener un buen ingreso para sobrevivir.
-Lo siento, ¿Qué me decía?- dije mojando mis labios que habían quedados secos.
Mi sensual jefe agarro los papeles de su escritorio y me los dio.
-Necesito que llenes todos estos documentos y me los tengas listo para mañana al final del día.
Asentí como respuesta y salí de la oficina y solté todo el aire que no sabía que había estado reteniendo, y es que en esto se ha convertido mi vida: en recordar al miserable de mi ex y mi miserable vida de antes -no es como si la que estuviera viviendo ahorita fuera le mejor pero al menos no me rodea gente falsa.
¿Me tengo que presentar? No, pero quiero hacerlo.
Soy Camila López, una chica de un pueblo lejano de México que fue engañada por su pareja de tres años y ni más ni menos con quien creía que era su mejor amiga, al enterarme de esta traición que me tiro a mi cama por casi un mes, acepte una oferta de trabajo en Londres, Inglaterra y decidí venirme para acá.
¿Muy cliché? SÍ, pero no me quito créditos, mis notas siempre fueron buenas y la oferta no me sorprendió, lo que me sorprendió fue que me llego justo cuando más lo necesitaba.
Gracias universo.
Mi actual residencia donde vivo hace seis meses y solo conozco la calle de mi departamento a mi trabajo, el súper más cerca y el café callejero más delicioso que he probado.
Hace siete meses que no sé nada de mi antigua vida, porque mi familia apoyo a mi ex ya que ninguno sabía la verdad y me dejaron de apoyar, así que me vine a Londres con valor mexicano. Ya que descubrí que mis buenas notas no me aseguraban nada aquí, tenía que empezar desde abajo para poder ir subiendo.
Actualmente la gente diría que sigo con la misma vida miserable que llevaba, pero la paz que tengo ahorita mientras sostengo mi café y me dirijo a mi departamento a continuar haciendo mi trabajo no se compara.
Es paso a paso, todo con calma.
Sé que me la vivo trabajando y que debería de hacerle caso a mi compañera de trabajo Stephi y salir a tomar un trago, divertirme un poco pero aunque este lejos de mi lugar natal los recuerdos aún me invaden y por el momento mi corazón y mi cuerpo están cerrados, enfocados solo en mi trabajo y seguir escalando en mi vida laboral, a mi vida amorosa ya le prestare atención después.
Llego a mi casa y dejo las llaves en su lugar y guindo mi abrigo, pongo mis cosas en mi cómodo sofá que me espera para hacerme compañía mientras termino el montón de papeles que me encargo mi jefe
Ya mencionando a mi torturador, que les puedo decir de él.
A parte de que esta guapísimo.
Es la persona más intimidante del planeta, jamás lo he visto sonreír o mostrar un poco sus sentimientos o tan siquiera que llega a sentir. Todo el tiempo está trabajando y si no viera como salen chicas de su departamento -porque a veces me toca a trabajar con el hasta tarde en su departamento que él dice que es su zona de trabajo favorita- creería que es gay
A pesar de que pasó la mayoría del tiempo con el siento que no hemos establecido una conexión, y si, para que negarlo ese hombre fue esculpido por los mismos dioses.
O mejor dicho, es un Dios.
Así es, con esos brazos tonificados, con todo el pecho marcado que te dan ganas de pasar todas las manos por él y recorrer cada mínimo detalle, sus piernas tonificadas y el gran paquete que se le marca, lo admito, si ha pasado por mi mente el cómo se sentiría ser tomada por el, se ve un hombre con experiencia y yo...solo he estado con el innombrable
Mi vida sexual apesta, solo he tenido cinco meses viviendo esa experiencia y después pasó lo que ya les conté, así que a los 21 años de mi vida, casi 22 puedo decir que aún soy inexperta.
Quitando todos esos pensamientos de mi cabeza, porque aunque haya querido que mi sexy jefe me quitara lo inexperta no podría porque como ya dije, aún no establezco una conexión con él, y no me refiero a una relación sino esa conexión, esa química que debe de haber para que pasemos a otro paso, no importa que paso sea ese o cuantos nos saltemos, sin embargo, con Marcus Lancaster no creo poder lograr eso.
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Siempre fuiste tu
RomanceCamila López era la típica pueblerina que parecía tenerlo todo, una familia grande y que la amaba, el novio dulce y tierno que daba todo por ella. Todo en su vida se estaba alineando hasta que por obras del destino -y tragedias-, sale de su pueblo s...