Capítulo 23

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Siempre me considere una buena persona, amable y respetuosa, haciendo justicia a la buena educación y los valores que me inculcaron mis padres.

Prefería callarme y evitar problemas, solo hablaba si era justamente necesario y eso solía ser muy pocas veces.

Por esa razón es que preferí alejarme de aquí, de toda este gente porque si llegaba al punto de ebullición en el que me encuentro ahora, todo se iba a derramar.

Y si, antes prefería no encender el fuego para no llamar la atención, en estos momentos haré que se quemen todos.

Estaba asustada porque el hombre que tengo al lado no conoce mi pasado ni la faceta que mostraré ahora, así que me gire para mirarlo y este me sostuvo la mirada. Se lo di a entender y el lo capto. El sabía que la bomba iba a explotar así que soltó mi mano para que estallará.

Analice a todos con la mirada y me centre en mi primer objetivo. Esteban. Camine solo unos pequeños pasos hasta que nuestra dirección conecto.

-Comenzare contigo porque creo que fue la primera traición que recibe de esta gente a la que la tengo que llamar familia- sus ojos se le abrieron un poco pero mantuvo firme la postura. -Tu y yo éramos cercanos, mi mamá te adoraba y te consideraba su propio hijo pero en cambio, en cuanto comenzaste a ver que estas dos personas- señale a mis abuelos - comenzaron a crecer y a necesitar de ti saliste huyendo bajo las faldetas de la familia de tu mujer porque tu madre no te enseñó lo que es tener los suficientes pantalones y aún así eso no te justifica que no salgas al maldito mundo y consigas hacerte cargo de tu pareja, de tu hijo y el que viene en camino.

Avance más hacia el y alce un poco mi cabeza, ya que no había mucha diferencia de tamaño. -Y si hablamos de responsabilidades, eres tu el que se tiene que hacer cargo porque te dieron todo a ti, a mi no y estoy segura que aún siguen solucionándote las cosas.

Visualice a las personas faltantes en la sala, cuando vi a mi próxima víctima me dirigí hacia ella que palideció en cuanto noto que ella era mi objetivo.

-La considere mi segunda madre por mucho tiempo, pensé que seria mi fuente segura si mi madre mi faltaba pero no, solo me mostraba una faceta hipócrita porque mis padres tenían más sustento económico que ustedes.

-No tienes ningún derecho en...- la voz de Esteban me interrumpió.

-¡CALLATE!- grite provocando que mi garganta ardiera un poco.

Al escuchar mi potente grito este se cayó de golpe y solo apretó los labios.

-En cuanto mis padres murieron, mejor dicho en cuanto su fuente de dinero se acabó lo único que hicieron fue dejarme en el maldito olvido, solo les importaba de donde iba a sacar dinero yo para poder mantenerla a usted y a su marido que es un maldito holgazán mantenido- espete con tan furia que hasta sentí como mi saliva salió de mi boca escupiendo un poco por la rudeza que use al hablar.

-Y ustedes dos- me gire bruscamente hacia mis abuelos. -Jamás me quisieron, solo le daban y le demostraban amor a Esteban y para ser sincera me viene valiendo porque recibí todo el amor de mis padres- avance hasta quedar frente a mi a ambos, -así que no vengan a buscar cosechas donde nunca sembraron algo y donde lo hicieron- señale a mi primo -parece que lo hicieron muy mal.

-¿Quien te crees niña...- la interrumpí de golpe porque no iba a permitir que me hicieran sentir menos nunca más.

-No me creo, lo soy- respondí de una forma altanera inflando un poco mi pecho.

Y por último deje la cereza del pastel. Christopher.

-Te agradezco cada uno de los buenos momentos que vivimos juntos que te aseguro que los puedo contar con mi mano y me sobran dedos- intento hablar pero se lo impedí -no intentes decirme algo o justificarte porque no lograras nada. Tu jamás me amaste ni mucho menos me quisiste, tu solo amabas el hecho de que por mi poca falta de amor propio te hacia incrementar tu ego pero que crees, yo tampoco me enamore de ti.

Camine hasta que quede frente a frente, lo observe cada detalle de su rostro y note que no era el mismo, yo me había creado una imagen de el para poder llenar el vacío que mis padres dejaron.

-Me enamore de una ilusión que yo cree por el dolor que estaba sintiendo- sonreí maliciosamente y a Chris se le salieron los ojos al comprender lo que iba a hacer.

-¡Familia! ¿Saben la verdadera razón por la que terminé con esta escoria de persona?- señale a mi querido ex y me toque la oreja simulando que estaba lista para escuchar sus respuestas -¿No? ¡No hay problema¡ Yo se los diré encantada

-Camila basta- el susodicho hablo intentando calmarme. El no tenía idea de que por mis venas corría el enojo y la furia.

-Tranquilo, solo quiero informarles que te encontré con mi mejor amiga metidos en tu cama- solté de golpe haciendo que todos quedarán sorprendidos -y es que no llegue a tiempo para cortarle el rollo y que este ser ingenuo y estúpido no se viniera adentro, así que si, dejo embarazada a la persona con la que me engaño- termine con una sonrisa burlona en mi rostro y me gire hacia Marcus agarrándolo del brazo.

-Sin nada mas que decir nos retiramos porque tenemos una agenda muy ocupada- jale del brazo a mi adonis que parecía que estaba en estado de shock y le di una mirada Amelia para que nos siguiera.

-Eso es perra- Amelia grito en cuánto llegamos a mi casa -¡Dios! Te veías jodidamente bien mandando a la mierda a todos.

Yo solo podía ver a Marcus que me miraba de una forma tierna, quería abrazarlo y sentirlo a el, su seguridad, su paz, sentirlo por completo.

-Hey- ni siquiera note que mi prima me hablaba. -Me tengo que ir a contarle todo a mi mamá, nos escribimos, te amo- salió fugazmente de mi casa que ni tiempo me dio de reaccionar.

Volví a mirar a mi adonis, lo quería y lo necesitaba a él. No me importa si después me arrepiento pero en estos momentos solo necesitaba a alguien o mejor dicho, necesitaba a Marcus.

Así que sin dudarlo o tan siquiera pensarlo camine hasta el y lo bese.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora