Capítulo 26

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Llegando a aquella fiesta mi boca se quedo pegada en el suelo. El lugar era como una mansión. Por donde pasaban los coches estaba divido por una enorme fuente, el lado derecho era la entrada que paraba en unas escalaras gigantescas, para que después se salga por el lado izquierdo.

Marcus salió del coche para abrirme la puerta y entregarle las llaves a un chico de traje negro casual. Comenzamos a subir esas escaleras que llevaban a una puerta de dos alas, de un color beige con toques dorados. Casi podía jurar que era oro.

Entrando el lugar era aún más enorme, me sentí en un baile de los tiempos de antes. Había gente pero no demasiada, era como si supieran la gente exacta que podía llenar el lugar pero sin que estuviera atascado de la misma.

Yo estaba embelesada con aquel lugar y agradecí internamente que Marcus haya contratado a alguien para que me alistara porque por mi mente jamás pasaba que fuera así de elegante y eso que dijo "un poco elegante", ¿Qué pasara cuando diga "elegante"? Vendré vestida con corset y una falda larga y esponjada.

-¿Te traigo un balde para tu baba?- hablo mi acompañante con una sonrisa burlona en su bello rostro.

-No me juzgues, todo esto es tan nuevo para mi- dije todavía mirando a mi alrededor -Para decirte que jamás había usado vestido largo.

-Ve acostumbrándote- menciono mirándome.

Su afirmación me descoloco un poco y quise cuestionar a que se refería con eso pero antes de que yo pudiera preguntar alguien hablo.

-Marcus mi amor- la señora Lancaster apareció recibiendo a su hijo en brazos. Detrás de ella estaba un hombre alto pero no tanto como mi adonis, con un parecido increíble al ya mencionado antes, deduje que era su padre.

Las tres personas que tenía enfrente clavaron sus ojos sobre mí y por un segundo me sentí pequeña y diminuta, creía que Marcus diría que soy solo su asistente o mejor dicho ex-asistente. Sin embargo, en esta posición no podía decir eso, así que active todos mis escudos y barreras preparados para cualquier golpe.

-Mamá, Papá, ella es mi Camila, mi novia- quede por un momento en shock ante su comentario pero salí rápido de mi trance al sentir su mano en mi cintura.

-Un gusto señores Lancaster.

-¿Como que señores?- esta vez hablo el señor Lancaster -, ella es Anne y yo soy George- sonrió mientras me extendía su mano, la cual correspondí.

-Estas realmente hermosa- Anne se acerco a mi y me dio un beso en cada mejilla.

-¿Qué pasa aquí?- una chica con el cabello corto y castaño se nos unió.

Al ver aquella chica delgada, cabello castaño con algunos toques dorados, labios delgados y ojos cafés claros como mi adonis. Era un clon de Anne.

Estos dos señores no tuvieron hijos, tuvieron copias.

-Camila ella es mi hermana Grace, Grace ella es mi novia Camila- los ojos de la que ahora se que se llama Grace se abrieron como plato y ni disimulo en lo más mínimo.

-¿Novia?- cuestionó mirando a Marcus.

-Sí, Grace, mi novia- afirmo sonriendo.

-Ven acá cuñada- Grace me dio un abrazo que respondí gustosa, se veía una chica amable y amigable.

Estaba casi soñando con todo lo bueno que había pasado esta noche y apenas iba iniciando hasta que, como siempre, algo pasa.

Otra persona se nos unió pero esta vez no era de mi agrado. Stella hizo su aparición con un vestido dorado en corte de sirena que se ajustaba a su cuerpo demasiado bien que hasta llegue a preguntarme como podía caminar con eso.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora