Capítulo 2

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Me levanto como de costumbre a las seis de la mañana. No importa a que hora me duerma, el despertarme siempre ha sido una tortura para mi ¿Por qué? Nunca lo sabremos.

Las rutinas mañaneras son un poco tira y afloje, con el ganas de no ir, pero motivándote para crear hábitos y ser más productiva.

Fantástico

También es un gran indicio de quedar loca.

Ya lista para salir de mi casa me detengo por una llamada entrante.

-¿Alo?- digo aún con la voz media dormida. Me hace falta mi café mañanero.

-Necesito que vengas a departamento, hay una reunión importante y la tendré aquí. Ven rápido.

Después de decir eso colgó.

-Buenos días para ti también- bufé y me dirigí a mi nuevo destino.

Antes de que mi dedo tocará el timbre una chica rubia, esbelta con una cintura que en definitiva se tuvo que haber sacado varias costillas para que llegara a ser tan pequeña, unas piernas largas y bustos pequeños al igual que su trasero pero haciendo perfecta igualdad con su demás cuerpo, iba saliendo con una sonrisa que verla hasta yo sentí que la que había pasado una gran noche había sido yo.

Si claro, una gran noche que tu único orgasmo fue irte a dormir 15 minutos antes de tu hora habitual.

Ok la admito, termine mi trabajo antes y me llene mucho de orgullo el hacerlo tan rápido e irme a dormir temprano pero en definitiva no se compara nada con lo de esta chica que pasó a mi lado y me miro con una cara de repudio y asco.

Idiota.

Entré y me fui directo a mi pequeño escritorio en una esquina de la gran sala. Me dedique a ordenar todo para que la reunión privada de mi sensual y apuesto jefe estuviera en orden.

-¿Todo listo?

Salió de su habitación abrochando el ultimo botón de su camisa azul marino, iba tan hermoso como siempre, con sus pantalones de vestir negros haciendo juego con el saco que se estaba poniendo en este mismo momento.

-Todo listo, ya ordene que pusieran bocadillos en la mesa y agua, puse los papeles en orden y le puse el agua mineral que usted siempre pide en las reuniones al igual que deje una pequeña barra con su whisky favorito a la salida por si sale todo bien tomen una copa de celebración- hable tan rápido que me quede sin aire.

-Ok, quiero que estés al pendiente por si te necesito, no te distraigas en nada ni con nada.

Se giro para dirigirse a la sala de reuniones que tiene en su departamento pero antes de que diera el giro de 180° grados completo se volvió a voltear hacía mi y su expresión me confundió un poco.

-Ni con nadie- me recalcó tal cual niña chiquita y mi rabia se asomo.

Por esta razón esta última semana había querido golpearlo y es que me ha dado muchas indirectas de que distraigo con alguien. Es estúpido. 

Yo siempre hago bien mi trabajo y no me distraigo con nadie, pero no niego una cosa y es que los recuerdos que me invaden aún este ultimo mes han estado más fuertes que nunca y esta semana ni se diga. Como justo ahora, ver a mi jefe de esa forma y diciendo eso solo me llena de recuerdos de él.

-¿Pero quien es él?- dijo con un tono de furia que intentaba ocultar pero que no estaba sirviendo ya que se notaba demasiado.

-Es solo un amigo, la foto me la tome cuando aún tu y yo no andábamos- me estaba empezando a irritar.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora