Marcus
Ella volvió a entrar a la oficina y hablo.
-Ok, le daré mi punto de vista sobre esto.
Lucía frustrada y un poco nerviosa ya que se tocaba sus dedos entre sí y eso solo lo hace cuando esta nerviosa.
Si lo admito, la observo mucho.
¿Cómo no hacerlo? La chica es hermosa y desde que la vi lo supe, su cabello largo y castaño, su piel canela hermosa y esos ojos cafés profundo que hacía juego con sus labios carnosos.
Pero no podía permitirlo.
Jamás me he enamorado y cuando intente formalizar algo me traicionaron, así que por ahorita no es algo que quiera y no se si quiero el romance de cuento de hadas junto con una familia e hijos. Y ella, se ve que quiere todo eso, por ello últimamente me he comportado como un cabrón pero parece que solo ha echo que me una más a ella.
Su voz hace que vuelva a la realidad y evita que me ponga a pensar en todas las posiciones que quiero ponerla, porque sí, me atrae sexualmente de una forma inhumana.
-Ambas opciones soy muy buenas, son increíblemente buenos esas dos personas que escogimos- habla demasiado rápido como si quisiera llegar a un punto -la chica es de mente abierta con unas notas excelentes y siendo mujer podría abrirle más mercado a la empresa, por otro lado el chico es increíblemente profesional y dedicado, con una capacidad impresionante- ¿Acaso conoce a ese chico?, -pero se que su mente es muy cerrada y eso, siendo la empresa de su hermana una muy liberal, no es algo que necesite. Créame.
Bien, aquí pasa algo.
-Dígame de donde conoce a ese chico.
-¿Qué? Yo no lo conozco- dijo, de nuevo moviendo sus dedos. Estaba nerviosa.
-Señorita López, ni siquiera llego a leer el expediente, así que dígame, de donde conoce a ese chico- pequeña mentirosa.
-Es mi ex- soltó y un toque de amargura se noto un su voz.
Con que era su ex. Tal vez si hacía venir a ese chico hasta aquí y reconquistaba a esta chica podría olvidarme de ella y alejarla. Si, era buena idea.
Pero antes me la tiraba.
-Bien, el será el nuevo vicepresidente- me paré para salir de mi oficina, una hermosa rubia me esperaba en mi departamento.
-¿Qué no me escucho?- estaba molesta e irritada.
-Mire señorita López, yo la creía capaz de controlar estas decisiones pero si se dejo llevar por sus sentimientos me demuestra que no, no quiero quejas ni nada, el es el indicado y queda decidido- salí sin darle oportunidad de responderle.
Me olvidaría de ella pero antes tenía que buscar una forma de como llevarla a mi cama para cuando venga el ex, yo ya haya quedado satisfecho con mis deseos carnales y cumplido mis caprichos. Ella solo era eso, un capricho.
Aunque sí, quiero hacerla tocarla el cielo sin necesidad de quitar los pies de la tierra.
***
Después de una buena sesión de sexo le pedí a la rubia que se fuera que tenía algunos asuntos que resolver, aunque se fue demasiado enojada al final lo hizo y si, era una mierda por hacer eso con las mujeres.
Yo admiro, respeto y valoro a los mujeres, creo que son mas fuertes de lo que imaginamos pero los hombres le hemos echo creer que no, sin embargo, yo desde que conozco a una chica con la quiero acostarme les dejo claro que es lo único que quiero y aceptan.
El sexo no ha cambiado que quiera quedarme con ellas después de eso, hasta ahorita jamás ha pasado y yo espero que no pase. No es que no crea en el amor porque amo a mi padres y a mi hermana, solo que no creo en el amor que una persona que no es nada tuyo y te conoce apenas un tiempo, ¿Cómo alguien te puede amar así?
Despedí a la rubia y me fui a preparar un café cuando el timbre sonó, me pasa seguido que las mujeres regresen como queriendo confirmar que en serio les pedí que se fueran, pero la imagen que me encontré cuando abrí la puerta fue algo que me dejo en shock total.
Mi asistente estaba ahí, en una pijama horrible y sin abrigo, los labios casi estaban morados del frío que tenía y su piel más pálida de lo normal.
Había llorado. Sus ojos estaban rojos.
¿Por qué lloraste ojitos? ¿Y por que me dio un sabor amargo el saber que lloro?
-No lo haga venir, si el viene vendrá toda mi familia y me ha costado mucho olvidar mi pasado y el daño que me causaron- dijo con mucho esfuerzo de que su voz no se quebrara -no saben como son, no sabe como es él.
Las lagrimas comenzaron a salir y no se preocupo en detenerlas, no le importo que yo la viera así de vulnerable y ni siquiera miro mi abdomen, ya que andaba solo con mi pantalón de pijama.
-Tengo heridas que aún no sanan. Ellos no son mi familia, ellos no son nada mío. No me aman porque si lo hicieran no me hubieran causado el daño que me hicieron y soy fuerte en serio que soy fuerte, puedo superar que vengan pero es que no quiero. Esto es mío. Y se que suena egoísta yo siempre he creído que en el fondo estoy... -su voz se entrecorto. Ya no pudo controlarlo más -podrida, pero es que con todo lo que he pasado- ok esto ya era mucho para mí.
Estaba en shock.
-Camila- no sabía que decir.
-No tiene que decirme nada, no quiero su lastima solo quiero que no le de el trabajo. No me importa que suene egoísta- esos ojos cafés me miraban profundamente.
Sus labios se estaban poniendo más morados.
-Pasa, te estas congelando aquí afuera.
-Dígame que no le dará el empleo a él- que mujer tan terca.
Pero como no doblegarme ante esos ojos.
-No se lo daré. Pasa- por fin me hizo caso esta mujer.
Se encamino a la sala y le pase una cobija para que se tapara, necesitaba tomar calor mientras yo le preparaba un café.
-Toma- le pase la taza y ella soltó un pequeño gemido por el contacto caliente que llego a sus manos.
-Se que es una falta de respeto el venir así, a estas horas y en mi estado. Usted es mi jefe pero es que forma parte de las únicas dos personas en mi vida en estos momentos y sentí que podía mostrar este lado mío- yo estaba sin palabras.
-Es una muy buena opción, tiene estudios, notas excelentes y un curriculum perfecto- y era cierto, su ex realmente era una muy buena opción.
-Dijo que no le daría el trabajo.
-Pero tienes razón- esos ojitos brillaban por fin otra vez -la chica es una mejor opción por su registro- brillaban más de lo normal -obviamente también sus calificaciones son increíbles y...-
Me abrazo. Ella se abalanzo a mi y me abrazo.
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Siempre fuiste tu
RomanceCamila López era la típica pueblerina que parecía tenerlo todo, una familia grande y que la amaba, el novio dulce y tierno que daba todo por ella. Todo en su vida se estaba alineando hasta que por obras del destino -y tragedias-, sale de su pueblo s...