Capítulo 9

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Camila

Ha pasado una semana desde aquel día que no almorcé por los caprichos de mi sensual y odioso jefe, una semana desde que me beso e hizo como si no hubiera pasado nada entre nosotros y desde entonces me trata peor que antes. Me trata como la mierda.
Estoy cansada, no he dormido ni comido bien y eso me tiene sumamente débil que a veces al pararme tan rápido me mareo un poco. Realmente siento que estoy a un paso de la anemia en tan solo una semana, Marcus tiene un don para joder a la gente.

Mi límite llego hoy en la mañana en mi baño que me caí justo después de pararme del retrete, todo me dio vueltas que no pude mantener mi cuerpo de pie y caí de nalgas al piso, así que después de mi pequeño accidente decidí que hablaría con Marcus para pedirle este fin de semana de reposo ya que me sentía un poco mal, solo espero que entienda y no se comporte como un cabrón.

《》

Tenía 15 minutos de haber llegado cuando lo vi entrar y mi estomago brinco ¿Cómo es que el tiene este efecto en mi aún? Después de como se ha portado conmigo y si estoy como estoy ahorita es por culpa de el, porque piensa que soy un robot que no come ni duerme.

-Buenos días señor Lancaster ¿Podemos hablar?- dije en cuanto se puso enfrente de mí dispuesto a darme más trabajo.

-Necesito que termines el papeleo para la junta con los socios, tenemos un problema con la venta que se viene y...

-Le dije que si podemos hablar- lo detuve ya que al parecer pensaba ignorarme.

-Estamos hablando ¿De que otra cosa tenemos que hablar nosotros si no es de trabajo?- su mirada es tan fría y su voz tan neutral, sin ningún sentimiento.

-Quería pedirle si puedo tomarme este fin de semana libre de trabajo- su mirada fija en mí -Es que amn, me he sentido un poco mal esta semana y quería descansar.

-Espero el papeleo en una hora, la junta empieza a las 10- soltó y siguió su camino directo a su oficina.

Que hijo de puta, le valió lo que le dije. Que le jodan.

《》

Había terminado con esfuerzo todo el maldito papeleo, mi cabeza palpitaba de dolor y tenía un asco de mil demonios. En serio estaba mal. Y lo peor era que no sabía si había echo todo este trabajo bien, ya que mi vista se nublaba de vez en cuanto y el dolor no me dejaba razonar bien.
Enfrente de la enorme puerta me detuve un segundo a tomar un poco de aire y calmarme un poco, después de eso toque. -Pase- se escucho esa voz monótona.

-Aquí está todo el trabajo y esta todo listo para la junta- le di el montón de papeles y el comenzó a checarlos.

-¿Pero que coño es esto?- carajo, algo no iba bien -Camila todo esto esta mal- me llamó por mi nombre ¿eso esta bien o no?.

Después de eso solo comencé a escuchar gritos pero no comprendía lo que me decía o mejor dicho me gritaba. Mi vista se comenzó a nublar y en vez de ver a Marcus como un toro sacando humo de lo molesto que estaba solo podía ver una mancha borrosa que poco a poco se volvió gris hasta que todo era negro y de ahí, no recuerdo nada.

Marcus

Todo el jodido papeleo estaba mal y enfurecí como loco.

-¿Pero que coño es esto?, Camila todo esto esta mal- la jodida reunión empezaba solo en cuarenta minutos. -Mierda Camila ya no dará tiempo y te dije que había un problema con una venta- al parecer la empecé a aturdir ya que su mirada se perdió y su piernas le temblaron -¿Qué es lo que te pasa?- antes de que pudiera hacer algo ella calló al suelo, corrí tan rápido hacía donde estaba y viéndola de cerca note lo pálida que estaba.

-Mierda- me paré y agarre el teléfono -Joan te espero en el estacionamiento, ahora, ves rápido es una emergencia- cargue a Camila entre mis brazos.

Cuando llegue al estacionamiento Joan me vio y su cara se volvió en una de confusión y preocupación. -¿Pero que coño le ha pasado?- la miro a ella y después a mi.

-Deja de hablar y conduce al hospital, ahora- carajo Camila despierta.

En estos momentos me maldije al no hacerle caso y presionarla más de la cuenta, si ella me pidió unos días de descanso es porque verdaderamente los necesitaba y ahora está desmallada entre mis brazos. Por mi culpa. Me siento la maldita mierda ahora mismo, la veo tan vulnerable e indefensa y la culpa invade mi ser de una manera sobre natural, me porte con ella de esta forma porque me hice creer a mi mismo que no sentía nada, que se me iba a pasar tratándola como un idiota pero ahora mismo la impotencia me desespera.

Llegando al hospital la puse en una camilla y le explique a la enfermera lo que pasó, ahora solo quedaba esperar y volverme loco por no saber como estaba.

-Marcus ella estará bien- Joan toco mi hombro para tranquilizarme, no me había percatado de que todo mi cuerpo estaba tenso.

-Se que lo estará pero si ella está así es por mi culpa. Me porté como un cabrón- maldije caminando de un lado a otro.

-Ella te gusta ¿verdad?- soltó tan de repente que me descolocó.

¿Ella realmente me gusta? Tengo claro que me hace sentir de una forma que nunca he sentido y claro que me gusta, ella me atrae de todas las formas posibles y lo sé, lo he pensado toda esta semana pero decirlo en voz en alta es admitirlo, es hacerlo real. No se si estoy listo para eso, pero recuerdo ese beso que me dejo deseando más y verla tan vulnerable en mis brazos hace unos momentos, que antes de que pueda pensarlo lo digo.

-Ella no solo me gusta. Me encanta.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora