Capítulo 27

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Marcus

Mi cuerpo estaba tenso, frio, rígido y todo por aquella castaña que llego a mi vida a ponerla de cabeza.

Yo no quería una relación: ella me hizo cambiar de opinión.

Yo siempre me cuidaba en el sexo: ahora por lo embobado que me tenia ni me acorde de los preservativos.

Yo no quería hijos: ahora ella esta embarazada.

Me dirigía a casa de Joan porque necesitaba hablar con alguien y el, aparte de ser mi primo era mi mejor amigo.

En cuanto llegue comencé a tocar el timbre como loco haciendo que la abriera con cara de molestia.

-Estoy a punto de tirarme a un tío que esta bueno de cojones para que vengas tu a...

-Camila esta embarazada- solté sin avisar.

A Joan casi se le salen los ojos y vi como su barbilla llego al suelo.

Después de que mi primo sacará a su ligue pidiéndole disculpa porque tenía un problema familiar, centro toda su atención en mi.

-¿Qué mierda no sabes como usar un jodido condón?- dijo en cuanto aquel desconocido chico salió de su casa.

Le explique todo con lujo de detalles, lo que había pasado ese día tanto antes como después. Lo de la fiesta y que la presente como mi novia, cuando me confesé con ella. Todo.

Creí que me diría un sermón enorme, que me haría entender que a pesar de mis deseos de no tener un heredero tenía que hacerme cargo de la pequeña cosa que crecía en el vientre de aquella chica. Sin embargo me hizo una pregunta que me descoloco.

-¿Estas seguro que no quieres tener hijos?- lo mire con cara de confusión.

-¿Que acaso no me conoces o que?- bufé.

-Por eso lo pregunto, tu desde que empezaste a andar con Stella dijiste que no querías hijos- asentí -¿Pero y si no querías hijos con ella?

-Explícate si.

-Tu con Stella no querías formar esa familia porque no estabas enamorado de ella, pero tu mismo dijiste que lo que te pasa con Camila es diferente a todo lo que habías sentido con todas tus conquistas pasadas, ¿Con ella no te imaginas un futuro juntos?- me miraba tan detenidamente esperando mi respuesta.

-Solo piensa en ella, como se vería con su vientre abultado, con sus antojos y hasta sus berrinches- y tal cual el lo dijo me imagine todas esas etapas del embarazo en Camila.

Ella era hermosa y estoy muy seguro que se vería aún más hermosa con aquella panza, verla comiendo cosas raras y diciéndome que es lo que su cuerpo y el bebé le exigí. Por mi mente pasaba miles de las caras que haría cuando hiciera berrinche y a pesar de que me ha echo pocos me encanta ver como junta las cejas y sin darse cuenta saca su labio inferior haciendo un puchero.

Ella es un poco de todo, es tan independiente y sabe salir por si sola de las cosas, no necesita de nadie pero es humilde. No se deja dominar por nadie, solo he conocido su lado sumiso en la cama -y me encanta- y a pesar de eso, llega a tener sus días en que es una niña chiquita que necesita que la abracen y la protejan.

Camila tiene tantas facetas y cada una de ella me encanta, la conozco por completa tanto por dentro como por fuera, porque sí, me aprendí su cuerpo como un vil estudiante.

-Ahora imagínate cuando vean por primera vez a aquel feto, las consultas, cuando nazca que Camila sufrirá mucho con eso pero valdrá la pena cuando tengan en brazos a aquel pedazo de carne- Joan siguió hablando al ver que me quede callado.

Mi cuerpo tembló al escuchar que ella sufriría al momento de parto y yo sabía que era cierto, no había estado en ninguno pero escuchaba que era muy doloroso. No quería que ella pasara por eso, pero como lo dije antes, tiene tantas facetas que se que en se momento sacará su lado más fuerte solo por ese bebé.

Por otro lado yo no se si aguante eso, me asusta la verdad. Camila se ve tierna y dulce y lo es, pero también es la persona más fuerte que he conocido. Sin embargo, yo me veo como una roca pero el tener un hijo me espanta.

Me piden que supere dos miedos de golpe, admití estar enamorado de ella y ahora quieren que admita que si me emociona tener un hijo junto aquella terca que me enamoro como si fuera un puberto.

-Marcus...- que no diga otra cosa por Dios -no te emociona tener un bebé en brazos, a tu hijo. Tuyo- dicho aquello tuve otra imaginación: era yo con un niño en brazos, mi hijo. Bien podría ser niño o niña pero sería mío -bueno y de Camila también- pero ahorita quería imaginarme solo a mí con ese bebé.

Descubrí una cosa, quería una niña.

-¿Entraste en estado de coma o que?- y este seguía hablando.

-Quiero que sea niña- dije sin pensar y mi primo sonrió.

-Ves a decírselo a Camila, no a mí.

Haciéndole caso a mi primo me dirigí de nuevo a casa de Camila y sin importar que era tarde, al llegar ella me abrió la puerta. Estaba en pijama y con el cabello mojado, sus ojos estaban un poco rojos, podía ser por el shampoo pero la conocía y sabía que había estado llorando pero no lo admitiría solo por verse fuerte.

Me maldije internamente por hacerla llorar, todo por mis miedos e inseguridades pero si ella me daba esta oportunidad por mi vida juro hacerla feliz en todo jodido momento, porque se lo merece. Se merece el mundo a sus pies.

No decía nada, solo me miraba dándome a entender que dijera algo o me mandaría a la mierda y yo quería decir tanto pero de mi boca no salía ni una palabra.

-No tengo toda la jodida noche así que si no me vas a decir nada, adiós- cuando intento cerrar la puerta reaccione y la detuve.

-Quiero que sea niña- note la sorpresa en su rostro pero el brillo en sus hermosos ojos -o niño, realmente no importa eso, solo se que quiero tener ese bebé, nuestro bebé.

-Yo creí que no querías tener hijos- menciono dudosa por lo dicho mío anteriormente.

-No quería tener hijos con Stella- aclaré -. Lo admito sí, me asuste en cuanto ella apareció otra vez en mi vida pero no porque la ame, es más nunca la llegue amar. Me asuste porque verla a ella me hizo confirmar todo lo que siento por ti, porque a ti te amo Camila.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora