Mis ojos comienzan a abrirse por la los rayos del sol que entran por mi ventana y todos los recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente, por instinto me intento girar pero no puedo al sentir unos brazos a mi alrededor y un pecho muy bien marcado contra mi espalda. Marcus. Una sonrisa escapo de mis labios y como pude me voltee para poder verle la cara a mi adonis y es que este hombre fue esculpido por los mismos Dioses. Sus largas y tupidas pestañas descansaban sobre sus pómulos haciendo juego con sus cejas pobladas y sus labios gruesos.
Definitivamente, este hombre es el más hermoso que mis ojos han visto.
Sus parpados se fueron abriendo dejándome ver esos ojos cafés preciosos que me tenían hipnotizada -Admirando la vista- sus mejillas se levantaron en una sonrisa.
¿Qué acaso ya estoy en el cielo Dios?
-Como evitarlo- dije imitando su acción y sonriendo de igual forma.
《》
Después de aquella mañana exquisita me pasé todo el día tirada en mi cama recordando cada detalle de mi cita con aquel glorioso hombre, pero como tenía que seguir con mi vida al siguiente día era hora de irme a trabajar y siendo sincera, estaba asustada.
¿Cómo tenía que tratarlo?
Llegando a aquel enorme edificio y pensando por todo el camino que lo mejor era que bajo ese techo mi comportamiento tenia que ser laboral y profesional. Nada más. Y así fue como actúe.
A los minutos de mi llegada comenzó una junta que por lo que vi, al concluir esta tuve que toparme por primera vez en el día con mi adonis.
-Los papeles ya quedaron y están en orden- comente entrando a la oficina y notando la presencia de Joan en esta -solo tiene que firmar para mandarlos a recursos humanos- concluí.
-Cami- Joan habló muy alegre y con una mirada traviesa.
Marcus te voy a matar.
-¿Cómo estás?- siguió este hablando con con tonito travieso y juguetón. -Dame yo llevo esto- me agarro los papeles que recientemente había firmado Marcus y salio de la oficina dejándome sola con él, pero como dije antes mi comportamiento en la empresa tenía que ser profesional y nada más.
A el le valio un carajo porque en cuanto la puerta se cerró me beso y es que ni siquiera me di cuenta en que momento llegó a mi lado pero es que como podía resistirme a semejante hombre. Así que mandando todo el razonamiento que hice en la mañana le seguí el beso.
Mis sentidos se alertaron cuando comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos las cuales pararon en mis nalgas para hacer presión en éstas.
-Marcus estamos en la oficina- definitivamente estaba teniendo mucho auto control para poder negarme ante tal propuesta muy tentadora.
-Sabes cual es mi fantasía sexual contigo en estos momentos- por favor no lo digas porque no podré resistirme. -Ver como tus pechos rebotan al mismo tiempo que te doy duro encima de mi escritorio- bien, mi auto control se fue a la mierda.
En un ágil movimiento me subió al escritorio y se puso entre mis piernas para profundizar aquel ansioso beso, mis manos bajaron lentamente por su abdomen encima todavía de toda la tela que me separaba de sentir su suave y delicada piel. Añadiendo que el recordar aquel tatuaje en su hombro izquierdo lo haga ver aún más sensual y deseable.
Para mi mala o buena suerte Joan entro a la oficina haciendo que alejara a mi ardiente jefe lo más rápido posible tomando mi postura normal.
¿Qué pasará la otra vez? ¿Nos verá follar?-Tienes que aprender a tocar la maldita puerta- soltó Marcus notablemente irritado.
-¿Me iban a dejar pasar?-añadió con una sonrisa burlona en su rostro.
-Definitivamente no- termino de decir mi adonis.
Estos dos teniendo una platica tan normal y yo estaba roja hasta los pies.
-Marcus creo que Camila va a explotar- volvió a hablar Joan señalandome. Maldito.
-Camila ve a seguir con tu trabajo, te veo a la salida- dicho esto salí como un rayo de aquella oficina donde esta mi sueño frustrado de tener sexo.Lo admito, también era mi fantasía sexual.
Cuando encontré a Stephi para contarle todo fue una liberación, necesito consejos porque no se como manejar esta situación.
-¡Te acostaste con el!- grito mi silenciosa amiga.
-Si quieres pegamos carteles en la oficina para que todos se enteren- noten el sarcasmo.
-Lo siento tienes razón y te lo diré claramente y sin rodeos- ya viene lo serio -tu folla con Marcus en todos los lugares posibles de esta oficina.
-¿Ese es tu consejo?- cuestione.
-Vamos Camila, ambos son jóvenes y se desean y tiene la oportunidad- bueno, comprendía su punto -tu sigue con tu trabajo al pie de la letra y si llegas más lejos sabes que es por ti misma y no porque sales con el, así que ¿Qué te impide?
-Nada, absolutamente nada.
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Siempre fuiste tu
RomanceCamila López era la típica pueblerina que parecía tenerlo todo, una familia grande y que la amaba, el novio dulce y tierno que daba todo por ella. Todo en su vida se estaba alineando hasta que por obras del destino -y tragedias-, sale de su pueblo s...